9 formas de equilibrar tus emociones negativas
Por Daniel Colombo |
Las emociones son el termostato a través del cual percibimos y accionamos el mundo. Irrumpen en todo momento, ya sea promoviendo momentos de dicha, bienestar y felicidad, y también, de tristeza, desazón, depresión, angustia y sufrimiento.
¿De qué depende la regulación de las emociones? ¿En qué forma la actitud personal las determina? ¿Es posible controlarlas?
A partir de siglos de estudios de las emociones humanas, los expertos han coincidido en que lo que verdaderamente determina tu gestión emocional, es la forma en que reaccionas ante lo que te pasa, y no el hecho en sí mismo.
Esto significa que tu interpretación de las emociones puede cambiar la forma en que las vives.
En otras palabras: la forma de tu accionar en concreto frente a los acontecimientos que despiertan emociones, va a condicionar directamente tu actuación.
· Algunos ejemplos
Para comprender este concepto, sencillo y sutil al mismo tiempo, van estos ejemplos, sin que sean concluyentes, ya que la conducta humana no es una ciencia exacta y depende de los contextos y de cada estructura de la personalidad:
¿Por qué dos deportistas que pierden el mismo evento en el que participan, pueden accionar de formas totalmente opuestas? Por su elección consciente de cómo encarar la situación del triunfo frustrado.
En una misma familia, cada miembro acciona de una forma diferente frente a la pérdida de un ser muy amado por todos. ¿Por qué? Por la configuración interna del mapa emocional que se hace individualmente, que determina la forma de resignificar este duelo.
¿Qué pasa en el caso de una persona que pierde su empleo y no logra reinsertarse; frente a otra que, siendo del mismo nivel y aún con menos experiencia, puede hacerlo en poco tiempo? Su auto determinación y el sentido de auto valoración, el meta programa interno del éxito y la actitud con la que afronta la situación.
· El cerebro tiene amígdala
Ningún ser humano puede evitar sentir emociones, ya que cumplen una función de evolución, y marcan escalones en el sentido de supervivencia frente a lo social y a los entornos.
En el cerebro hay un pequeño órgano llamado “amígdala” que es la parte que dispara las emociones. Lo hace en respuestas automáticas, por ejemplo, sacando tu lado agresivo o de escapar cuando aparece una amenaza. Por eso el controlar las emociones suele ser tan difícil de controlar: hacerlo, sería anular esta respuesta con la que venimos programados.
Cuando las personas son emocionalmente vulnerables, suelen vivir atemorizadas y preocupadas incluso por situaciones que no existen. Algunas manifestaciones concretas son la ansiedad (por algo que aún no ocurrió), se desconectan y se marchitan (depresión), el estrés (con su imposibilidad de poner límites, por ejemplo, al cuerpo físico extenuado por el cansancio extremo) o la tristeza (cuando no se logra resignificar un hecho de cualquier tipo, para transformarlo en aprendizaje).
· Cómo reconducir las emociones
Si bien no es posible controlar las emociones, sí es factible reconducirlas para crear una respuesta diferente de la amígdala, que dote de significado y trascendencia, aprendizaje e internalización, de cada situación que te impacta emocionalmente.
Algunas formas de ejercitar esto:
– Reconocer y anticipar: por lo general, hay pequeños indicios o signos que anticipan un desencadenante que se puede re-conducir hacia algo más positivo, sin anular la emoción de base (ya que el sentirlas es parte de la condición humana). Lo que ayudarás a cambiar es la respuesta automática.
– Elaborarlas: a veces en solitario o con ayuda profesional, encontrar el significado de base es sumamente útil para seguir aprendiendo y transformándote en un ser humano más maduro e integro.
– Procesarlas: dar espacio para la reflexión profunda y honesta, para, desde allí, hacerte preguntas poderosas y esenciales, y así, reconducirlas hacia un mejor resultado.
– Encuadrarlas: gran parte del desequilibrio emocional parte de la incapacidad de poder categorizarlas, por el cúmulo de sensaciones que implican. Una teoría reciente explica que existen 4 tipos de emociones básicas, que disparan sentimientos más complejos: miedo, enfado, tristeza, alegría. Si puedes encuadrar lo que sientes en alguna de estas categorías generales, es más sencillo el camino de encontrar la luz para esclarecerlas y activar estrategias de afrontamiento.
La tristeza dura hasta 4 veces más que la alegría
· 9 técnicas para equilibrar tus emociones negativas
Sin importar lo que te afecte, incluso en aquellos casos donde crees que no vas a poder salir jamás de allí, puedes aplicar y combinar estas técnicas.
La práctica continuada hará que paulatinamente disminuya la intensidad del sufrimiento; y, a la vez, te abras internamente a una mirada más enfocada en el auto aprendizaje y el significado del momento. Allí encontrarás parte del sentido.
Recuerda que no se trata de “tapar” o esconder tus emociones, ya que son uno de los motivos psicosomáticos más frecuentes que derivan hasta en enfermedades terminales. Se trata de encauzarlas de manera diferente e integrada.
Ya que vas a necesitar a travesarlas de todas maneras, lo que si puedes elegir es equilibrarlas y elaborarlas para darle un nuevo significado:
1. Piensa en momentos parecidos que hayan sido puntos de referencia en tu vida.
2. Intenta no focalizar sólo en lo que te preocupa
3. Haz cada día una lista de gratitud de aquellas cosas que, más allá del sufrimiento presente, también están presentes.
4. Practica respiración consciente. Toma aire por la nariz y suéltalo suavemente por la boca; diez veces continuadas, varias veces al día.
5. Camina en la naturaleza y toma algo de sol.
6. Comparte juegos con los niños, o un buen paseo con tu mascota.
7. Conversa con alguien de mucha confianza, no para victimizarte, sino para compartir tu carga siempre que el otro esté con disposición a escucharte y acompañarte.
8. Transforma cada frase negativa que te digas, en forma muy consciente, en una frase con significado positivo. Por ejemplo, haz el esfuerzo de quitar el “No…” de tu auto charla negativa o tus expresiones en este periodo.
9. Meditar, yoga, leer un libro estimulante, aunque al principio no puedas concentrarte; rezar y orar a lo que sientas que puedes o creas; y hasta forzarte a tener una mínima actividad social -como ir a hacer las compras- te ayudará a reencauzar las emociones negativas.
Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr | Ig: @daniel.colombo
Coach especializado en alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional
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