L’Aquila, en ruinas dos años después del terremoto
A las 3,32 horas exactas de la madrugada del 6 de abril de 2009 un potente terremoto de 5,9 grados en la escala Ritcher arrasó la localidad de L’Aquila, en la región de Los Abruzos, en el centro de Italia.
Dejó a su paso 309 muertos, más de 1.600 heridos, 65.000 personas sin hogar, unos 10.000 millones de euros en daños y un montón de escombros por doquier. Pero dos años después de aquel terrible seísmo la situación no ha cambiado muchos: L’Aquila sigue en ruinas, hay cascotes por todos lados y las tareas de reconstrucción apenas han arrancado.
Ni siquiera el hospital de L’Aquila muestra un aspecto muy distinto al que exhibía horas después de la sacudida que destrozó la ciudad: algunos de sus pasillos siguen repletos de escombros, son varias las salas operatorias abandonadas y los sofisticados aparatos médicos languidecen repletos de polvo. El Ayuntamiento de la localidad también continúa en estado ruinoso. Y la cúpula de la catedral sigue hecha añicos. En L’Aquila aún hay en total 4,2 millones de toneladas de escombros por recoger y 16.000 edificios dañados o destruidos. Solamente 460 inmuebles han sido completamente restaurados.
Y qué decir de las víctimas. Dos años después aún hay 37.733 personas que no han podido volver a sus hogares, según los últimos datos. De ellas unas 23.000 viven en estructuras del Estado, 13.000 reciben ayudas para pagarse un alojamiento y 1.328 residen todavía en hoteles. Y los servicios esenciales brillan por su ausencia en la mitad de los alojamientos procurados a las víctimas. Según un estudio llevado a cabo por las universidades italianas de Florencia, Marche y L’Aquila, las tareas de reconstrucción en Los Abruzos avanzan con mayor lentitud que en Indonesia, donde en octubre de 2010 se registró un devastador seísmo y tsunami.
Esa situación ha provocado que aumenten los casos de ansia y depresión en la zona, lo que el Departamento de Salud Mental no duda en achacar directamente al terremoto. De las 15.000 víctimas del seísmo entrevistadas en el estudio realizado por las universidades de Florencia, Marche y L’Aquila resulta que el 43% sufre o ha sufrido estrés traumático, una cifra que se dispara al 66% entre las mujeres. Los casos de dependencia al alcohol o a las drogas han aumentado. Y el paro también ha crecido, nada menos que en un 6%. De hecho, 22 meses después del terremoto sólo el 65% de los encuestados afirmaba tener trabajo. La conclusión de los estudiosos es que el 6 de abril de 2009 no sólo se destruyó l’Aquila, sino que también murió su comunidad.
El primer ministro no aparece
Berlusconi ha visitado más de 30 veces L’Aquila en estos dos años, prometiendo siempre ayudas y celebrando que las tareas de reconstrucción iban viento en popa. Sin embargo, hoy que se cumplen dos años de la tragedia no se dejará caer por el lugar. «Berlusca, no te dejes ver», advierten algunas pancartas colocadas por los vecinos en el lugar, dejando claro el malestar que embarga a muchas de las víctimas del seísmo ante la gestión del mismo por parte de Gobierno.
Lo que no pasa es el dolor. Esta madrugada, justo a las 3.32 horas, 20.000 vecinos de L’Aquila se han reunido en la plaza de la catedral para recordar con 309 campanadas a las 309 víctimas del terremoto.
06/04/2011
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