Te lo agradezco, pero ¡no!
Te lo agradezco, pero no… así se dijeron Shakira y Alejandro Sanz en una canción vieja vieja vieja, pero buena buena buena -como diría Miguel Ángel Landa- que tengo pegada por estos días.
La melodía me hizo recordar que no hay nada más chévere que estar tan claro en la vida, que podamos identificar qué nos conviene y qué no, dándonos incluso el chance de ser amables y rechazar lo que, aunque nos acaricie el ego, no nos llevará por el camino de la felicidad.
Me ha pasado antes y por eso lo que aprendí lo comparto :
– En la vida hay cosas obtenibles y otras sostenibles.
– Las cosas obtenibles son alcanzables, es decir, las puedes conseguir/lograr, no son imposibles.
– Por otro lado, las sostenibles, las puedes conseguir -en algún casos con algún nivel de complejidad- y además, las puedes mantener en el tiempo, porque están alineadas con tus valores, tus creencias, con lo que eres.
Te daré un ejemplo: imagina que en mi camino de conferencista me encuentro con quien me proponga ser modelo de Victoria Secret , dejando a un lado mi propósito de tocar corazones y cambiar vidas a través de la palabra. Gracias a este cuerpito de playa -¡Si Luis!-, podría decir que sí y obtener el puesto de trabajo sin siquiera saber modelar o teniendo celulitis. Ahora, ¿cuánto tiempo duraría este cuento de hadas si mi motivación está en otro lado, si para mí la familia es prioridad, pero este nuevo trabajo trajera problemas con mi esposo?
¿Lo ves?
– Si alguna situación o propuesta de la vida te genera la duda de si aceptarla o no, prueba con preguntarte: ¿esto es obtenible o sostenible? Y entre ambas opciones, haz lo posible por seleccionar lo sostenible. Es decir, por escoger aquello que te hará feliz a largo plazo y te brindará más que sólo un ratito de felicidad.
Foto: Shutterstock
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