A propósito del Día del Sol: 13 mitos sobre broncearse
Quemaduras, fotoenvejecimiento y cáncer de piel son algunos de los principales daños que generan las radiaciones ultravioletas (UV). Por eso, cada año, dermatólogos y organizaciones de todo el mundo intentan ofrecer un panorama más claro sobre los mitos y realidades al tomar el sol.
A propósito del Día del Sol este 21 de junio, te traemos algunos de los mitos más comunes sobre la exposición ante el astro rey.
Mito 1: En días nublados, no es necesario protegerse del sol. FALSO
Las nubes no filtran los rayos ultravioletas por ende, en días nublados también es necesario usar cremas protectoras, sombrillas o toldos, pues podemos sufrir graves quemaduras aún cuando el sol se siente menos.
Mito 2: En el agua el sol no perjudica. FALSO
El efecto lupa que produce el agua potencia la radiación que recibe nuestra piel. Por esto, es importante usar protección resistente al agua y evitar nadar o permanecer en la superficie acuática para no sufrir el efecto del reflejo solar en el agua.
Mito 3: Las personas de piel morena no necesitan protección. FALSO
Si bien la piel morena tiene menos riesgo de sufrir quemaduras, los rayos ultravioletas siguen penetrando en la piel, pudiendo ser causa de manchas, arrugas, daños celulares y hasta envejecimiento de la piel.
Mito 4: Tomar el sol sin crema seca los granos, espinillas y puntos negros. FALSO
Éste puede ser el efecto estético o visible, pero la realidad es que el sol puede hasta provocar un rebote acneico que lejos de producir el efecto deseado, nos perjudica.
Mito 5: Sobre la piel bronceada no es necesario volver a usar protector solar. FALSO
El fotoprotector siempre es necesario. Aunque el color y el grosor de la piel nos protegen naturalmente de las radiaciones solares, no estamos libres de sus daños cuando nos bronceamos: ésta es siempre una respuesta de defensa de la dermis ante la agresión que indefectiblemente produce el sol.
Mito 6: Si uso protector, puedo tomar sol todo el tiempo que quiero. FALSO
Los protectores solares filtran un porcentaje, pero no la totalidad de las radiaciones solares. Además, como suelen evitar que nos pongamos enrojecidos o colorados al tomar sol, no tenemos la alarma del dolor y podemos dañarnos todavía más. Además de utilizar el protector siempre, hay que repetir la aplicación cada hora y media o dos. De lo contrario, no sirve. El protector solar no es todo. También debemos respetar los horarios en que no debemos exponernos: por lo menos, no hacerlo en forma directa entre las 10:00 am y las 3:00 pm.
Mito 7: En zonas de lunares o tatuajes, aplicar un protector más potente que en el resto de la piel. FALSO
La piel es un órgano y se comporta como un todo, cuando se expone, debe protegerse en su totalidad; el factor de protección elegido tiene que ser el mismo en todo el cuerpo, y está en relación con el tipo de piel.
Mito 8: Antes de exponerse al sol, conviene tomar algunas sesiones de cama solar. Son rayos menos nocivos y, además, con una base tostada o la piel más oscura el riesgo es menor. FALSO
La exposición a la luz solar, potenciada por el creciente uso de camas solares, es la responsable del 90% de los tumores de piel. Por otra parte, se calcula que recibir 10 o más sesiones anuales de bronceado a través de camas solares contribuye al envejecimiento prematuro de la piel y aumenta considerablemente el riesgo de sufrir cáncer cutáneo.
Mito 9: Los protectores solares no sirven; sólo los recomiendan los dermatólogos o los laboratorios «para vender». FALSO
Son muy útiles. La gente tiene que aprender a usar los protectores solares apropiados para cada uno, y en forma correcta. Son necesarios en todo tipo de piel, lo que varía es el grado de protección que hace falta.
Mito 10: El cáncer de piel aparece muy rara vez, ¿para qué preocuparse? FALSO
El de piel es el más común de todos los cánceres, representa la mitad de las patologías cancerígenas. En los últimos 20 años, la incidencia del melanoma, el más agresivo de estos tumores, se triplicó. Pero de 1930 a la fecha aumentó un 2000 por ciento. Los datos indican, además, que en la mayoría de los países no deja de incrementarse año tras año, asociado a una imprudente exposición al sol, y sus efectos estarían vinculados al deterioro de la capa de ozono.
La Organización Mundial de la Salud revela que hay al menos 132.000 nuevos casos de cáncer de piel por año en el mundo y 66.000 muertes causadas por este mal.
Mito 11: Antes de las 10:00 am y después de las 3:00 pm el sol es seguro: no es necesario usar protector solar. FALSO
Hay que usarlo siempre, porque el riesgo es mayor a ciertas horas del día, pero el sol nunca es inocuo. Entre las 10 y las 3 las radiaciones inciden en forma perpendicular, con mayor fuerza y más directo sobre la Tierra. Los filtros solares son indispensables. Siempre debemos utilizarlos, ajustándolos al lugar y a la actividad que realizamos. Por otra parte, cualquier escenario parece aumentar el peligro. La arena, el cemento, el agua o la nieve son muy refractarios. Por eso hay que evitar exponerse en esas horas, por lo menos en forma directa, estemos donde estemos.
Mito 12: Debajo de una sombrilla, toldo o árbol es imposible que nos “quememos”. FALSO
No es tan fácil escapar de las radiaciones. Si las sombrillas son de tela común, las dejan pasar; con un leve movimiento, las hojas de los árboles también; la sombra perfecta difícilmente existe.
Mito 13: El bronceado mejora la depresión y aumenta la autoestima. FALSO
El bronceado no cura la depresión. “Los estados depresivos se relacionan con inadecuados niveles de un neurotransmisor, la serotonina, y el bronceado tiene poco que ver con eso.
Pero, para muchos, tener un tono tostado es sinónimo de estar a la moda, verse más delgado o estilizado y, por lo tanto, sentirse bien. No necesariamente mejora la depresión ni aumenta la autoestima, sino que hay una cultura social del bronceado.
Foto: Mujer bronceándose Shutterstock
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