Leer la Biblia en Semana Santa
Por Omar G. Villegas | Crónicas clasemedieras|
Llegó Semana Santa y algo que suelo hacer de manera personal es interrumpir lo que esté leyendo para remitirme a la Biblia. Yo tengo una edición de bolsillo de la española Desclée de Brouwer, de Bilbao, que contiene textos traducidos directamente del arameo, del griego y del hebreo.
La Biblia es un texto al que regreso sin motivo específico o con cualquier pretexto, y Semana Santa es uno idóneo. Para mí se trata de una obra literaria de honduras y alcances espectaculares. Cautivadora.
Es, también, una fuente primaria para rastrear la vida, obra y pensamiento de Jesucristo, un personaje singularísimo en la historia y un pensador y revolucionario. Un pensador revolucionario cuyas ideas, muchas de ellas, han sobrevivido más de dos mil años y han sido motivo de estudio, apasionamiento, fe e, incluso, disputa.
Algunos de sus postulados ciertamente han sido arrebatados por personas que los utilizan de forma mezquina o maniquea, y otros han perdido vigencia. A mí me interesa de manera particular cómo concebía la relación de las personas con la otredad. Jesucristo en su tiempo se rodeó de personas que levantaban suspicacia: niños, mujeres (prostitutas incluidas), pobres, enfermos, marginados, renegados. Y les otorgó una dignidad de ser.
Mi lectura de la Biblia no es hermenéutica o erudita, pero tampoco literal y simplona. Creo que la Biblia nos exige un acercamiento informado y desprejuiciado en tanto que se trata de un libro cargado de significados, algunos propios y otros extrañamente atribuidos. Yo me considero una persona agnóstica y desde ahí creo que la mejor lectura es laica: acercarse a la Biblia como a cualquier obra literaria. Con curiosidad, apertura e inteligencia. Al final de cuentas en cualquier obra se puede descubrir conocimiento o una lección.
Y la Biblia está repleta de lecciones. De imágenes, de historias, de personajes, de referencias. El Génesis, por ejemplo, es un relato entretenido y violento que no le pediría nada a cualquier novela gráfica. Por sólo citar un ejemplo. Así que estos días quizá podría ser una buena opción asomarnos a la Biblia aunque sea para contrastar que todo lo que nos afirman que ahí se dice es realmente así o no. Al final de cuentas, de la Biblia y de cualquier libro uno tiene una lectura y aproximación personales y, en esa medida, se puede uno (re)encontrar en ellos.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Leer la biblia / Shutterstock
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