Agosto 05, 2016

Crónicas clasemedieras: ‘Ladrillos quemados’ por Omar G. Villegas

Crónicas clasemedieras: 'Ladrillos quemados' por  Omar G. Villegas

Por Omar G. Villegas |

Hace un tiempo leía “La guerra no tiene rostro de mujer” de la Nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich cuando me topé con un párrafo que me conmovió profundamente y que reproduce el testimonio de una superviviente de la Segunda Guerra Mundial al recordar cuando su novio le propuso matrimonio en medio del horror.




“‘La guerra se ha acabado. Estamos vivos. Hemos tenido suerte. Cásate conmigo’”. Sentí ganas de llorar. De gritar. ¡De darle una bofetada! ¿Matrimonio? ¿En este momento? ¿En medio de todo aquello me habla de matrimonio? Entre el hollín negro y los ladrillos quemados… Mírame… ¡Mira cómo estoy! Primero, haz que me sienta como una mujer: regálame flores, cortéjame, dime palabra bonitas. ¡Lo necesito! ¡Lo estoy esperando tanto!”

Las palabras de esta mujer que relata su experiencia inadvertida en las trincheras me remitió, no sé a través de qué mecanismo de ilación, a las conversaciones con mi amigo Carlos de la O, un joven artista visual. No sobre la guerra, sino sobre algo más cotidiano que puede resultar desgarrador, desconcertante, destructivo: el amor. Cómo, perplejos, tratábamos de comprender esa experiencia que Carlos y yo mirábamos entonces más con un sentido místico que palpable. Platónico con toda la imposibilidad que ello implica.

No pretendo comparar nuestras confusiones sobre el amor con las de aquella mujer que sobrevivió a una experiencia casi mortal que ni siquiera soy capaz de comprender a cabalidad. Simplemente la imagen de ella me dio una idea para vislumbrarnos a Carlos y a mí luchando por encontrar respuestas en medio de un campo de batalla emocional. Del fango y la duda. Del dolor y la esperanza. De la sensación de fracaso.

Las palabras de esa mujer me encauzaron a hipótesis que Carlos y yo hemos aventurado. A una en particular: más que entre grandes hazañas, el amor brota en los actos sencillos y de la manera más inadvertida. Pero insisto. Esto es sólo una sugerencia modestísima y obvia que toma como punto de partida el testimonio de una mujer que fue tan valiente como para darle acceso a la posibilidad del amor pese al sufrimiento, pese a la tragedia, pese a las ilusiones perdidas y la más insondable desesperación. Pese a sí misma. Una lección.

Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |

Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.

Foto: Hombre reflexionando / Shutterstock

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