Crónicas clasemedieras: La ira
Por Omar G. Villegas |
La ira es irrefrenable. Acumulativa. Hay enojos que se esconden en la memoria como minas listas para explotar. Se puede hacer hasta el esfuerzo más supremo, pero no creo que sea posible desterrarla de nuestro repertorio de sensaciones y reacciones. Se puede soportar. Atenuar en algunos casos muy precisos, mas no desaparecer.
Hay personas que solo nos provocan ira. Crispación. A las que nada más relacionamos con esa sensación desagradable, cáustica, abrasadora de un enojo in crescendo. Las razones de ese vínculo pueden ser muchas y variadas. La mera antipatía o actos execrables, agresivos, discriminatorios u ofensivos contra uno. Burlas o abusos de poder. Necedades. Tarugadas.
El asunto es que con los años y tras varios libros de filosofía del bienestar y psicología positiva leídos he descubierto que la ira es inherente a las personas. A mí. Que con los años se vuelve más virulenta. Que el único atenuante es darle la espalda, maniatar las manos, cerrar la boca y dejar que nos golpee todo el tiempo que se le dé su gana. Hasta que se canse.
El gran y miserable triunfo es que el único malherido sea uno mismo. Y si nadie se da cuenta de que fuiste víctima tu triunfo será rotundo. Yo trato de tener éxito todos los días.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Shutterstock
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