Crónicas clasemedieras: ‘La casa de papá’ por Omar G. Villegas
Por Omar G. Villegas |
El otro día me acordaba de papá. De camino al trabajo por la mañana pensaba en la casa que mandó construir durante años en un pequeño pueblo que devino un caótico suburbio de la Ciudad de México.
Imaginé las ilusiones, el esfuerzo y el dinero que ahí fue depositando durante años. Recuerdo cuando, siendo yo un púber, me mostró los planos que él mismo diseñó, tal vez en ratos de ocio o en pausas de sus jornadas de trabajo.
Me acordé de cómo fue comprando materiales poco a poco, con esfuerzo. Grandes camiones descargaban en el patio, aún sin pavimento, arena, costales de cemento, varillas, grava, sobre los cuales yo jugaba con mis hermanos.
Rescaté de la memoria cómo, pausadamente pero sin tregua, se fue irguiendo la edificación: su utopía: un cuarto grande para cada quien, baños, estudio, terraza, una sala y un comedor amplios, jardín.
Sin embargo, ocurrió que después de años, justo cuando estaba por terminar la casa, todos nos empezamos a ir. Papá jamás ha dicho nada pero lo intuí embargado por esa sensación que se desencadena cuando estás a punto de terminar una larga película y se va la luz, o cuando estás por cruzar la meta y te tropiezas.
Ya en la tarde, de regreso a mi depa, volví a reflexionar al respecto. En el metro se sentaron junto a mí dos hombres mayores. Trabajadores de construcción. Lo digo porque estaban tostados por el sol, cubiertos con ese polvo de cal y cemento que no logra quitar la ducha, con una pequeña mochila salpicada de mezcla en las manos callosas.
Platicaban animados sobre unos terrenos que habían tomado. Sin servicios. Seguramente en los suburbios de la Ciudad de México. Su voz sonaba esperanzada aunque con un poco de preocupación de que en cualquier momento todo se desmoronara. Estaban forjando su utopía en un país de azares.
Entonces a mi cabeza vino la cara de papá. Su casa que, finalmente, dejó inconclusa. Sólo le faltaban unos detalles. No sé si quedó desilusionado o, por el contrario, emocionado con la idea de que cada uno de sus hijos comenzara a alcanza su propia quimera. Quizá un poco de las dos. En todo caso yo le agradezco que su nos haya hecho parte de sus anhelos.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Pueblo México Shutterstock
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