Septiembre 07, 2019

Celdas pintadas de rosa ayudan a calmar la agresividad de los prisioneros en Suiza

Celdas pintadas de rosa ayudan a calmar la agresividad de los prisioneros en Suiza

El color rosa es mayormente usado para representar la femineidad; sin embargo, estudios conductuales realizados a lo largo de las últimas décadas señalan que el color rosa tiene un efecto calmante y es asociado con la felicidad; es por este motivo que varias prisiones en Suiza han tomado la medida de pintar celdas de cárceles con el color rosa con la intención de calmar a los prisioneros y que baje el nivel de agresividad en las instituciones presidiarias…

Es mundialmente conocido que los colores influyen significativamente en el estado de ánimo de los seres humanos.

Cuando se tiene una determinada experiencia repetidamente, rodeado siempre de un color en específico, se empieza a asociar ese color con la forma en que nos sentimos o nos comportamos en ese momento. Lo cierto es que los seres humanos asociamos distintas experiencias con distintos colores, pero… ¿esto puede traducirse en un determinado comportamiento?

Si bien el color rosa evoca a la femineidad, también es asociado con la felicidad y la compasión. Sin embargo, psicólogos han argumentado desde hace tiempo que el color rosa puede tener un efecto calmante en las personas, es por esto que algunas cárceles de Suiza han sido pintadas de rosa con el objetivo de calmar la agresividad de los reclusos.

Facebook Didier Crombez

Baker-Miller Pink, el rosa de la antiagresión…

A finales de los años 70, el investigador Alexander Schauss realizó una serie de experimentos para demostrar el impacto del color rosa en el comportamiento humano. En uno de sus polémicos estudios, hizo que los sujetos masculinos miraran un cartel rosa brillante con los brazos extendidos, y procedió a demostrar con qué facilidad podía empujarlos hacia abajo. Cuando repitió el experimento con el color azul, la fuerza de los sujetos supuestamente regresó.

Impresionados por los hallazgos de Schauss, los oficiales navales Gene Baker y Ron Miller pintaron celdas de detención en sus bases navales con el mismo tono de rosa brillante, registrando un cambio drástico en el comportamiento de los prisioneros. El color se hizo conocido como Baker-Miller Pink y fue utilizado por varios guardias de prisión en la década de los 80.

Cool Down Pink, una versión más suave…

Treinta años después de los estudios realizados con el Baker-Miller Pink, el psicólogo Oliver Genschow realizó diversas pruebas para verificar los efectos calmantes del color rosa brillante. El estudio arrojó como resultado que el color no calmaba a los reclusos agresivos.

Pero el 2011, la psicóloga suiza Daniela Späth llevó a cabo sus propios estudios con su propio tono de rosa, una versión mucho más pálida y suave que llamó: «Cool Down Pink».

El nuevo tono de rosa fue aplicado en distintas celdas de Suiza. El personal se encargó de informar el comportamiento de los reclusos que fueron colocados en las celdas rosas, dicho comportamiento fue menos agresivo en comparación con los de las celdas regulares.

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No obstante, muchos de los privados de libertad no están contentos con las famosas celdas, debido a que las describen como humillantes y manipuladoras, comparando estas celdas con las habitaciones de niñas pequeñas.

Otros investigadores sugieren que este tono de rosa puede generar efectos negativos si los prisioneros se sienten emasculados al tener un color tradicionalmente femenino en las paredes.

A pesar de que la controversia en torno al color persiste, muchas cárceles suizas siguen utilizando el Cool Down Pink en diversas celdas. Países como Alemania, Estados Unidos, Polonia, Austria y el Reino Unido también están convencidos del efecto positivo de este color en los presidiarios.

Con información de: BBC / Periodismo / El Siglo de Durango 

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