¿Buscas servicio o servilismo?
Por Omar G. Villegas | Crónicas clasemedieras |
Comparto primero el origen de este texto. Hace unos días me dio por confirmar que las redes sociales han resultado espacios de denuncia y queja inmediatos y de impacto. Efectivos en muchos de los casos. Van desde grandes señalamientos a instituciones, poderosos o empresas hasta las pequeñas protestas por un servicio o producto que se consideraron deficientes. Sobre estos últimos me referiré, que son la mayoría.
Muy a menudo en mi timeline aparecen comentarios que piden no ir a uno u otro establecimiento porque atienden de “malas maneras” o porque el servicio no cumplió con las expectativas de quienes acudieron o incluso por la apariencia de las personas que prestan el servicio. Razones «dignas» (muy entre comillas) de queja en esta era de «el cliente es primero», «al cliente lo que pida», «el cliente siempre tiene la razón» y demás consignas que deben ser coronadas con una actitud de servicio total y absolutamente entregada.
Se extiende esta «cultura» de atención a clientes de empresas que fuerzan a sus empleados a sonreír a toda costa, a saludar con nombres de pila y referirse a los clientes como si se tratara de amigos de toda la vida pese a que no medie ningún vínculo ni afecto real. Una actitud al puro estilo Stepford Wives y que, al menos a mí, me resulta incómoda y desconcertante por impostada.
Esa “cultura”, a mi parecer y muy en sintonía con estos tiempos, ha creado clientes muchas veces consentidos, berrinchudos, volátiles, más enfocados en la forma que en el fondo, con un grado mínimo o nulo de tolerancia a la frustración porque pareciera que no pueden tener ninguna que para eso pagan. Personas más preocupadas porque les sonrían que si su producto tiene la calidad que debe por el precio que están pagando o si se elaboró de la forma adecuada.
Me fui al diccionario a buscar las definiciones de servicio y servilismo para ver si no estaba confundiendo peras con manzanas. Entre las definiciones que la Real Academia sugieren para servicio dice: «organización y personal destinados a cuidar intereses o satisfacer necesidades del público o de alguna entidad oficial o privada» y «función o prestación desempeñadas por organizaciones de servicio y su personal». Por otro lado, servilismo define a quien «de modo rastrero se somete totalmente a la autoridad de alguien». A mi parecer la diferencia es sustancial: dar un servicio es un trabajo y el servilismo es obediencia ciega, entrega, sujeción.
Con esto no quiero decir que como cliente no se pueda exigir o se tenga que aceptar todo lo que nos dan, pero sí comprender que quienes nos brindan un servicio no son nuestros lacayos, que si bien están para atendernos, los caprichos y la desconsideración salen sobrando, que ellos también tienen malos días y, sobre todo, que, creo, cuenta más un servicio especializado, certero y en forma aunque sea lacónico que una tararata mareadora que no resuelve nada y te da por tu lado.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Atención en cafetería / Shutterstock
- Me gusta 3
- Me encanta 0
- Me divierte 0
- Me asombra 0
- Me entristece 0
- Me enoja 0