Santa serenidad
Por Omar G. Villegas | Crónicas clasemedieras |
La Semana Santa suele ser una época de remanso en la Ciudad de México y, creo, en toda urbe en los países católicos. Estos días libres son aprovechados por ejércitos de citadinos que salen despavoridos de la metrópoli para tomar unos días de descanso. Sobre todo en las playas que, al igual que otros destinos populares, se atascan de paseantes luchando por un pedacito de sol, arena y mar.
Aun cuando la capital es invadida por hordas de turistas, su constante y desbordado flujo de desastre mengua y quienes vivimos en ella somos capaces de disfrutar un ritmo de vida más humano y tranquilo a menos de que se vaya a sitios turísticos que, esos sí, no sólo se mantienen llenos sino que se desparraman de visitantes.
Yo como periodista no suelo tener puentes ni vacaciones de Semana Santa, aunque de vez en cuando algunos días libres me tocan y los suelo pasar en la ciudad precisamente para evitarme las aglomeraciones en los destinos de “descanso” que son alcanzados por el desbarajuste. Este año intenté unirme a esos ejércitos de turistas citadinos pero finalmente no lo logré. Supe demasiado tarde de mis días libres y ya todo estaba muy caro y lleno.
Pero quedarse en la ciudad quizá fue una mejor opción, o al menos así me consuelo, pues este 2017 la Ciudad de México estuvo muy disfrutable. En años anteriores, los más recientes, no mucha gente salió de vacaciones quizá detenida por las fatídicas noticias de crisis y despidos. Y este, aunque las noticias de corrupción política y complicaciones económicas están a la orden del día, México parece sentirse capaz de regalarse unos instantes de esparcimiento y así lo hizo.
Durante la Semana Santa de 2017 la Ciudad de México se descongestionó y los capitalinos fuimos capaces de experimentar ese sueño de vivir en una urbe genuinamente habitable y no en un terrible campo de sobrevivencia. Traslados de horas se convirtieron en traslados de minutos, las filas y los amontonamientos dieron paso a sitios transitables y fluidos, la gente incluso estaba más relajada y amigable.
Pero bueno. Se acabó la Semana Santa y con ella este sueño de una ciudad en paz a la que poco a poco le va regresando ese latir frenético, incesante, que taladra la cordura y la paciencia. A resistir y mientras tanto a paladear los restos de la Santa Serenidad de la Semana Mayor.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Shutterstock
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