‘Que tus hechos hablen más que tus palabras’, por Christopher Barquero
Christopher Barquero| Life Coach @ChrisBarquero |
¿Qué impresión te causa llegar a un gimnasio y ver que tienes mejor cuerpo que el entrenador?
¿Qué tal la chica que usa tremendo escote, vestido ajustado o minifalda, y hasta ha desarrollado el arte de caminar sensualmente, pero se ofende porque sus compañeros de trabajo y jefe la seducen?
¿Qué sensación te produce el ir al especialista en nutrición para que te ayude a bajar de peso y resulta que él carga unos 130 kilos?
¿Cómo puede atraer una mujer al amor de su vida cuando se pasa diciendo que «todos los hombres son unos perros, que son lo peor de la raza humana»?
¿Qué opinas del deportista que se fuma una caja de cigarrillos al día o del terapista que en vez de ayudarte se apoya en ti como paño de lágrimas?
Estos pequeños grandes ejemplos -que supongo fácilmente podrás identificar alguno parecido cercano en tu entorno y/o quizás en tu propia vida– ilustran a la perfección que muchas personas predican muchas cosas que no practican. Y eso, a todos, nos saca de onda, ya que existe un abismo entre lo que dicen y lo que hacen, cuando lo ideal es enseñar con el ejemplo.
Es evidente que mucha gente camina por la vida sin congruencia, esa coherencia entre lo que dicen, piensan y hacen. Y permíteme decirte que ser congruentes, es un aspecto esencial para lograr nuestros objetivos, metas y sueños en la vida.
La congruencia es la armonía y el balance que existe entre nuestros pensamientos, acciones y emociones; donde nuestras acciones son un reflejo de nuestros pensamientos y emociones. Todo lo contrario a los ejemplos anteriormente mencionados.
Es necesario lograr que nuestros actos sean el reflejo de nuestras palabras. Más aun, que nuestra vida hable de nosotros por sí sola. Como dicen popularmente:
«más bien se trata de poder demostrar sin tener que decir absolutamente nada».
Debemos convertirnos en nuestros propios vigilantes para evitar ir por la vida como la mayoría, para quienes es más fácil decir, que demostrar. De ahora en adelante, pon más esfuerzo en demostrar.
Inma Capo, Directora del Instituto Internacional de Programación Neurolingüística, asegura que esto de ser congruente «es como ser el director de nuestra propia orquesta: no se trata de que todos los músicos toquen el mismo instrumento, sino que todos se pongan de acuerdo en la melodía a interpretar. El resultado de la congruencia es el poder personal, el carisma, la energía, y la base sobre la que se apoya el liderazgo». Mejor explicado, imposible.
Tener congruencia en la vida es necesaria porque:
Si pides algo al universo, a la vida, a Dios, a la energía, a la fuente -como tú quieras llamarle, si es que reconoces que existe algo superior– pero tu deseo no está alineado con tus acciones, por más decretos e intensión que tengas, ese sueño no se manifestará tan pronto como deseas.
Es el caso de Martin, a quien la infidelidad de su mujer le llevó al divorcio. Ya supuestamente recuperado y listo para poder abrazar una nueva relación, Martín siempre compartía con sus amigos que para él «todas las mujeres son fáciles, infieles e interesadas». Así que por un lado, supuestamente deseaba que llegara a su vida una chica especial con quien compartir, pero por otro lado, ese deseo se veía empañado por lo que pensaba de las mujeres en general, basado en su resentimiento por la experiencia ocurrida. Y como eso era lo que realmente brotaba de su corazón y mente, era complicado que el universo le entregara lo contrario.
O el caso de Sebastián, quien con amplia carrera en el mundo de la administración deseaba y estaba totalmente preparado para lograr un ascenso laboral. No obstante, aunque su deseo era ese, en su mente y con sus acciones sólo demostraba envidia, crítica y resentimiento hacia quienes sí lograban una mejor posición laboral, y destacarse en su profesión. Entonces, lo que pensaba y creía, era contradictorio a lo que deseaba. Atraía no lo que decía, sino lo que creía.
En el caso de las relaciones sentimentales lo que realmente vale es lo que se siente y se demuestra y no lo que se dice sentir. Recuerda que quien no demuestra lo que siente, está dispuesto a perder lo que quiere.
El escritor español Carlos Burgos comenta sobre el tema en uno de sus blogs, «Exige hechos, no atiendas a palabras. Si te quiere, te echa de menos, si desea estar a tu lado, si desea besarte o acostarse contigo, el mero hecho de necesitar todo ello implica CONTACTO. Implica cercanía, relación, cohesión. Y la distancia nunca ha sido elemento deseable ni de proyección alguna para una relación afectiva». Más claro que el agua.
Quien te quiere, te busca, te lo demuestra, se esmera por compartir y fortalecer una relación. (Dicho sea de paso, esto es válido para cualquier tipo de relación, no sólo de pareja, sino que de amistad, compañeros de trabajo, de estudio, o socios profesionales).
Ser congruente es ser un libro abierto a quien realmente eres, y no dejarte manipular e influenciar por los demás, pues a pesar de que debemos convivir en sociedad, eres tú quien elige sobre qué principios, ideales y convicciones llevas tu vida. Por ejemplo; suelo pasármela fenomenal sin tomar alcohol en una fiesta -nunca en mi vida he tomado– a pesar de que todos los presentes me digan que me la pasaría mejor si bebiera. Pero soy fiel a mi convicción de que no necesito de nada de eso para pasármela bomba. Lo que sí tengo claro es que no todos se mantienen firmes, y sin esfuerzo como yo, ya que es frecuente que algunos caigan en complacer a los demás para poder encajar socialmente, perdiendo su esencia, congruencia.
Así, la falta de congruencia es muchas veces para tener aceptación social. Conozco a una persona que siempre alardeaba de tener más dinero y mejor posición social que sus amigos, siempre llevaba ropa de marca, invitaba a cenas costosas y fiestas de gran «nivel». Llegó un día en el que nos enteramos que para poder hacer eso hasta la renta de su departamento había dejado de pagar, y ni hablar de los bancos que andaban detrás suyo -y no precisamente para aumentarle su crédito por ser buen cliente–. Todos su estatus era imaginario. El más engañado y el más perjudicado: él. No había congruencia en su vida, decía ser una persona que en realidad no era.
La falta de congruencia puede salir a la luz en cualquier momento y por supuesto borrará todo lo que hayamos podido decir, incluso la credibilidad que quizás hemos podido ganar ante los demás.
Laura era famosa en su trabajo por mal informar, criticar y hablar pésimo de su jefe. Manifestaba que su superior no le merecía el mayor respeto, que estaba en esa posición por favores familiares y no por méritos profesionales. En fin, hablaba pestes de su superior. Cuando un día éste le dio una orden, y de paso le llamó la atención en frente de varios compañeros, ella simplemente agachó la cabeza. ¿Y todo lo que decía? Esa fue la pregunta que se hicieron todos los demás.
Si realmente deseas manifestar quién eres, debes vigilar entonces tu comportamiento, cómo vives, qué haces, cómo lo haces, qué dices y cómo lo dices. Aprende a ser congruente, sincero, a caminar en paz por la vida. Al principio deberás de mantenerte vigilante, después se convertirá en tu estilo de vida.
Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!
Christopher Barquero | Twitter: @ChrisBarquero | Facebook: Chris Barquero | Instagram: @ChrisBarquero
Christopher Barquero es periodista, productor y conductor de televisión costarricense radicado en México. Trabaja para la cadena Televisa y es colaborador de CNN. También dirige su propia agencia de relaciones públicas y mercadeo. Christopher es Life Coach, dedicado a impartir sesiones de Life Coach, Coach Ejecutivo y Empresarial. Es ferviente seguidor de las filosofías para el desarrollo, crecimiento personal y espiritual del ser humano, así como todo lo relacionado con la inteligencia emocional, autoayuda, meditación, metafísica, alimentación, ejercicio, programación neurolingüística, aplicación mental, kabbalah y yoga. Actualmente escribe su primer libro, una guía para el bienestar emocional, físico y espiritual.
Foto: Hombre en la cima Shutterstock
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