Junio 26, 2017

El pensamiento positivo sí funciona, afirma la ciencia

El pensamiento positivo sí funciona, afirma la ciencia

Por Daniel Colombo |

Millones de seres humanos viven con mejor actitud en el mundo. El trabajo personal, la psicología, el coaching profesional y el entrenamiento en disciplinas de distinto tipo, contribuyen a su auto desarrollo y enfoque, que se manifiesta en un mayor bienestar y asertividad a la hora de resolver problemas.

Sin embargo, hay otro tanto de personas que viven sumidas en la decepción, el desencanto, la conmiseración y la tristeza. ¿Por qué?

La ciencia ha encontrado evidencias del poder del pensamiento positivo; no sólo desde una aspiración puramente “cosmética”, sino transformadora de raíz de las cadenas neuronales que todos tenemos. De su uso apropiado depende, en gran parte, la posibilidad de ser más positivos al gestionar la vida.

Un estudio realizado por investigadores de Estados Unidos, España y Francia reportó la evidencia de que los cambios moleculares específicos en el cuerpo enfocados en la atención plena (conocida también como “Mindfulness”) contribuyen en gran medida a un resultado superador. El estudio fue publicado en el Periódico Psychoneuroendocrinology (Psico Neuro Endocrinología).

En concreto, este estudio investigó los efectos tras un día de práctica intensiva de meditación y pensamiento positivo, enfoque consciente y otras técnicas. Hubo dos grupos: uno de personas que meditaban habitualmente, y otro de no entrenados, que fueron invitados a hacer actividades tranquilas, no específicamente meditativas.

Tras ocho horas de ejercitación, el primer grupo mostró diferencias genéticas y moleculares en su organismo, que incluyeron algunos niveles alterados de la maquinaria de regulación génica, la reducción de los genes que promueven las inflamaciones, y la habilidad para recuperarse físicamente más rápido ante situaciones estresantes.

«Según nuestro conocimiento, este es el primer trabajo que muestra alteraciones rápidas en la expresión genética de sujetos asociados a la práctica de la meditación mindfulness», dice el autor del estudio Richard J. Davidson, fundador del Centro para la Investigación de Mentes Saludables y profesor de psicología y psiquiatría en el William James and Vilas, de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos.

«Lo más interesante es que los cambios se observaron en los genes que son los objetivos actuales de los fármacos anti-inflamatorios y analgésicos», dice Perla Kaliman, el primer autor del artículo e investigador en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, ​​España (IIBB-CSIC -IDIBAPS), donde se llevaron a cabo los análisis moleculares.

 

·       ¿Por qué se producen estos resultados?

 

Los científicos afirmaron que la actividad genética puede cambiar según la percepción de cada ser humano. Esto se basa directamente en su habilidad de inteligencia emocional, actitud de vida y cadenas de pensamientos recurrentes que trae cada persona, incluso en forma inconsciente.

El Doctor Bruce Lipton, que participó del estudio, explicó que “la actividad genética puede cambiar a diario. Si la percepción en tu mente es reflejada por la química de tu cuerpo, y si tu sistema nervioso lee e interpreta el medio ambiente y luego controla la química de la sangre, entonces puedes literalmente cambiar el destino de las células mediante la alteración de tus pensamientos.”

¿Qué significa? Que al cambiar tu percepción, tu mente puede alterar la actividad de tus genes y crear más de treinta mil variaciones de productos por cada gen. Él da más detalles al decir que los programas genéticos están contenidos dentro del núcleo de la célula, y se puede volver a escribir esos programas genéticos al cambiar la química de tu sangre.

¿Y esto para qué sirve?  Significa que tenemos la habilidad de cambiar los resultados de nuestra vida, si cambianos la forma de pensar. «La función de la mente es crear coherencia entre nuestras creencias y la realidad que experimentamos», dijo Lipton. «Lo que esto significa es que tu mente ajustará la biología y el comportamiento de tu cuerpo para que encajen con tus creencias. Si te han dicho que te vas a morir en seis meses, y tu mente se lo cree, es muy probable que vayas a morir en seis meses. A eso se le llama el efecto nocebo, el resultado de un pensamiento negativo, que es lo contrario del efecto placebo, donde la sanidad está mediada por un pensamiento positivo».

Para entender mejor ese ejemplo: se trata de un sistema de tres partes. Existe una parte de ti que jura que no quiere morir (tu mente consciente); la que, al estar condicionada por la parte de ti que sí cree en lo que te diagnostica el médico (su pronóstico con la mente subconsciente de por medio); y se pone en marcha una reacción química del cerebro, para asegurarse que tu cuerpo se adapte a tu creencia dominante.

¿Qué es tu creencia dominante? Es aquella a la que le has entregado todo el poder. Esto puede ser reciente, o viene desde tu infancia. El resultado es el mismo: en lo que crees es en lo que te conviertes.

Para la neurociencia, el subconsciente controla el 95 por ciento de la vida.

Cuando le preguntaron al Doctor Lipton qué pasa con la parte que no quiere morir (la mente consciente), y si ésta puede afectar la química del cuerpo, respondió: “todo se reduce a como ha sido programada tu mente subconsciente. Es en este lugar donde están todas tus creencias más profundas. Y son éstas las que en última instancia darán el voto decisivo de esta elección entre vivir o morir.”

·       Las cadenas de creencias limitantes

Aquí van algunas ideas breves para comprender como funciona el sistema de creencias en cualquier persona:

a.     Todos los seres humanos vivimos situaciones sobre las que no tenemos ningún control.

b.     Estamos programados desde antes de nacer con las creencias de nuestros progenitores.

c.     Por ejemplo, cuando nos enfermamos siempre nos dijeron que tenemos que ir al médico (esto significa que “hay que creerle al médico”).

d.     Muchas personas a las que no les gusta ir al médico, mejoraban justo antes de ir a la cita.

e.     Esto significa que tenemos también la posibilidad de tener respuestas positivas para influenciar sabiamente en el resultado de nuestra vida.

f.      Si te dominan tus creencias negativas, tu vida será muy desafiante.

g.     Hay creencias positivas, y creencias limitantes. Son estas últimas las que determinan tus fracasos y situaciones no benéficas para los resultados que buscas.

h.     Si ejercitas y practicas el pensamiento positivo, paulatinamente, a lo largo del tiempo, la cadena de creencias limitantes se debilitará, y se potenciará sólo aquello que apoye tu crecimiento y desarrollo.

i.      Esto requiere de práctica constante, vigilancia permanente las 24 horas todos los días, estímulo continuado y perseverancia.

El cortisol, hormona que genera el estrés, se segrega mucho más frecuente en personas con creencias limitantes, hasta invadir prácticamente toda su vida. Desde niveles sutiles hasta grandes manifestaciones de estrés que incluso generan enfermedades graves, el cortisol regula la actividad cerebral, y determina de qué forma las personas reaccionarán “como manotazos de ahogados” para salir de esa situación, si así lo quieren. Muchas personas se acostumbran a vivir en un estado permanente de negatividad, zozobra y ansiedad; con el tiempo, esto se transforma en un trastorno vital del que es muy difícil salir.

Del otro lado tenemos las endorfinas, hormonas que generan sensaciones de bienestar, felicidad y placer.  Están siempre presentes y dispuestas para rescatar de cualquier situación acuciante. La ciencia ha determinado que el trabajo continuado de auto conocimiento, profundización en la resolución de conflictos vitales, estimulación de experiencias de felicidad y armonía, y cualquier práctica que ayude a alcanzar ese estado, son herramientas apropiadas para lograr un mayor equilibrio vital en todos los aspectos; inclusive recuperándose de enfermedades con muy mal pronóstico médico.

«Nuestros genes son muy dinámicos en su expresión y estos resultados sugieren que la tranquilidad de nuestra mente puede realmente ejercer una influencia potencial en su expresión», dice el científico Davidson.

·       Clave: trabaja sobre tus creencias subconscientes

No se trata de dejar de sentir y de estar ausente de los problemas del mundo y de la vida: mejor aún, se trata de estar totalmente consciente de lo que puedo hacer a mi favor, para tener una mejor calidad de vida, mayor felicidad y bienestar en todos los aspectos, con una consciencia práctica en cada momento de desafío que se presente. Esto te permitirá salir más rápida y efectivamente.

El Doctor Lipton explica que «El principal problema es que las personas están conscientes de sus creencias y comportamientos conscientes, pero no de las creencias y los comportamientos subconscientes. La mayoría de la gente ni siquiera reconoce que su mente subconsciente entra en el juego, cuando lo cierto es que la mente subconsciente es un millón de veces más potente que la mente consciente y que operamos del 95 a 99 por ciento de nuestras vidas desde programas subconscientes.»

«Tus creencias subconscientes están trabajando ya sea para ti o en tu contra, pero la verdad es que tú no estás controlando tu vida, porque tu mente subconsciente sustituye cualquier control consciente Así que cuando estás tratando de recuperarte desde un nivel consciente – citando afirmaciones y diciéndote a ti mismo que eres saludable – puede haber un programa subconsciente invisible que te está saboteando «.

Aquí encontrarás ideas para que te ejercites en este punto. Como siempre, es tu elección: sólo si lo haces, tendrás el beneficio. Si no quieres cambiar, continúa como hasta ahora.

1.     Trabaja conscientemente tus pensamientos.

2.     Por cada pensamiento negativo se necesitan entre 27 y 33 pensamientos positivos para, al menos, neutralizarlo.

3.     Desarrolla una rutina positiva.

4.     Medita o toma tiempo en silencio para reflexionar.

5.     Evita los ambientes con bullicio.

6.     Esquiva a personas que son permanentemente negativas y conflictivas.

7.     Toma cursos y seminarios de distinto tipo.

8.     Incorpora algo de ejercicio físico.

9.     Desconecta tus dispositivos tecnológicos cuando no los necesites imperiosamente.

10.  Descubre tu don y habilidades (por ejemplo, un hobby que te saque de tus preocupaciones cotidianas)

11.  Nútrete de lecturas, películas y conversaciones positivas y estimulantes.

12.  Lo que resistes, persiste: busca experimentar el fluir con las situaciones. Evita reaccionar cuando estás en situaciones de emoción extrema.

13.  Descubre los pequeños hechos cotidianos que te hacen bien: una mirada, un saludo, un abrazo, una sonrisa.

14.  Elimina mirar noticiosos, especialmente antes de dormir.

15.  Agradece al levantarte, durante el día y antes de conciliar el sueño.

16.  Escucha a tu cuerpo: siempre da buenos consejos y señales.

17.  Utiliza la técnica de las afirmaciones positivas: te sorprenderás que la mayoría del tiempo lo has hecho, pero en negativo.

18.  Crea momentos de paz y quietud incluso en tu trabajo.

19.  Comparte tu experiencia a medida que logres avances.

20.  Pide apoyo a tu entorno.

21.  Fija tu mirada en aspectos positivos de la vida. Lejos de dejar de ver todo lo desafiante que siempre existe, podrás filtrar mejor qué es lo más conveniente para ti.

22.  Observa tu comunicación: si tienes tu vocabulario plagado de palabras negativas, hirientes, capciosas e irónicas, es hora de tomar consciencia y dejarlas de lado. Reemplázalas por formas de verbalizar cualquier cosa que quieras decir, de otra forma más conducente para ti y los demás.

Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr | Ig: @daniel.colombo

Coach especializado en alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional

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