Oratoria: 10 consejos para brillar en tu presentación
Por Daniel Colombo |
Es una realidad que no podemos eludir: en cualquier ámbito profesional y personal la oratoria es una herramienta estratégica para comunicar información acerca de cualquier proyecto u objetivo, porque te permite aprovechar mejor las oportunidades de impactar en cualquier clase de auditorio.
Los primeros 10 a 15 segundos son claves al salir a escena, para que el auditorio se haya formado una idea de vos. Si sentís un poco de temor, ansiedad e inseguridad, este artículo te ayudará con 10 consejos prácticos para lucirte y brillar:
1) Conoce a tu público: Es muy complejo afrontar una situación de discurso si no sabes quién es su audiencia. ¿Por qué están aquí? ¿Vinieron espontáneamente u obligados? ¿Cuál es el interés que tienen en acompañarte? ¿Por qué lo que digas puede ser interesante para ellos y ellas? Averigua toda la información posible y planifica cuidadosamente la presentación. Por ejemplo, llega siempre una hora antes al lugar, indaga la lista de inscriptos, conversa con ellos en el hall. Esto te permitirá ganar auto confianza.
2) Prepara la presentación. Es fundamental que dediques el suficiente tiempo para hacerlo desde semanas antes. No esperes al último minuto. No utilices mucho escrito, y sí grandes imágenes inspiradoras y que despierten emociones. Trabaja con la iluminación, el sonido, las texturas, algunos elementos de apoyo. Cuida tu vestuario: por ejemplo, un exceso de joyas o bijouterie es muy distractivo para el público, y el ruido interfiere con los micrófonos y con la atención. Utiliza colores neutros en camisas, corbatas y debes adecuar tu vestimenta al tipo de evento: hay algunos que son más informales. Menos es más en este aspecto. Analiza la psicología del color según cada circunstancia para elegir tu vestuario. Estos códigos de color deberían aplicarse, también, en tu presentación en pantalla, para lograr coherencia. Busca un título impactante y que atrape. Sintetiza conceptos, ve al punto todo el tiempo. Por ejemplo, si tienes 30 minutos para exponer, con que prepares 6 slides de PowerPoint o similar es suficiente. Si tienes 60 minutos, no más de 12 slides, incluyendo la presentación y el cierre. Por supuesto que todo depende del tipo de tema que abordarás.
3) Mantén el rumbo: no abandones el tema principal. Es necesario que el público sienta que tu discurso tiene un objetivo, y que estás avanzando hacia él. No te vayas por las ramas.
4) Conoce el tema. A veces tendrás que hablar de aspectos que no son de tu incumbencia específica. Es necesario tener una opinión formada, al igual que de todos los temas relevantes del día en la ciudad y país donde estás: pueden aparecer enmascarados en preguntas del público, y quedarás muy mal si no conoces algo mínimo al respecto. Cuando conoces tu tema, te apropias de él y podrás hablar con autoridad, entusiasmo y convicción. Esto se logra buscando en su interior, y apelando a su experiencia, estudios, proyectos, casos, referencias y todas las fuentes de información posibles. Así, podrás disertar sin inconvenientes y con soltura. ¡Peligro! Apelando a una expresión popular, no caiga en “una guitarreada”, es decir, hablar utilizando las palabras elocuentemente, aunque carentes de sentido. El público se da cuenta al instante y le dará su feedback en formas inapropiadas.
5) Utiliza ejemplos y comparaciones. El objetivo principal es llegar con tu mensaje. No estás haciendo oratoria narcisista, sólo para vos. El proceso tiene tres partes: vos, el público y tu contenido. Para explicar conceptos difíciles, establece paralelismos, comparaciones y metáforas y analogías para hacer más clara la exposición.
6) Apoya la información con estadísticas y datos concretos: las presentaciones que no incluyen fuentes marco del tema despiertan menos interés en las personas racionales (hemisferio izquierdo del cerebro). Y, como oradora, necesitas estimular a ellos y a los más emocionales (hemisferio derecho). De un buen tendido de puentes entre ambos depende el resultado exitoso.
7) Comunica para los distintos tipos de públicos que están allí. Si bien podés ver al público como una gran masa uniforme, cada persona tiene sus particularidades, personalidad, experiencia y, sobre todo, expectativas acerca de su exposición. Por eso es importante articular tu discurso de forma tal que llegue eficazmente a todas y cada una de las personas. Una aproximación interesante para lograrlo es tener en cuenta los postulados básicos de la P.N.L. (Programación Neuro Lingüística), una ciencia que estudia los procesos de comunicación humanos. Los seres humanos captamos la información básicamente de tres formas. Lo hacemos mediante un sistema representacional, es decir, la ‘forma’ en que nos representamos el mundo; y desde allí, permitimos –o no- que nos llegue la información. Hay personas que son predominantemente visuales, auditivas o kinestésicas. Si bien la forma en que cada ser humano se permite captar la información está determinada por su historia personal y sus filtros (es decir, una especie de ‘colador’ por el que tamiza lo que recibe), si utiliza apropiadamente los recursos de la P.N.L. para llegar al público puede ser sumamente enriquecedor.
8) Prepárate para improvisar. Sin necesidad que te conviertas en un actor especialista en improvisaciones, es altamente frecuente que en alguna ocasión aparezca la ineludible necesidad de abordar un tema que no tenías preparado, o un aspecto diferente que no había considerado. Para muchas personas esto puede resultar altamente estresante y llevarlo al máximo de su adrenalina. Otro ejemplo es cuando algo falla en su puesta en escena, como un corte de luz, el proyector, la computadora, o el sonido. Oportunidad: ¡Utilízalo a tu favor! Hay un método sencillo y práctico para salir del paso. Aquí te revelo cuatro de los más efectivos trucos de los oradores profesionales:
A) Relaciona lo inesperado con alguna experiencia personal; haz un breve relato y utiliza conectores para volver al curso de la alocución.
B) Toma unos instantes para darte tiempo a reflexionar una respuesta. Por ejemplo, podés decir: “Justamente hace un instante estaba pensando exactamente en eso; cómo resultaría el desempeño del equipo de ventas si el mercado internacional entrara en otra crisis. Y lo que es mejor: cómo podemos transformar esa crisis en algo positivo para nuestra compañía”. Ten preparadas unas cinco de estas frases, en las que incluya la pregunta o el disparador que le dio el público. A continuación, ensaya una respuesta.
C) Prepárate para resolver problemas técnicos: Ante hechos evidentes, como un corte de energía eléctrica o del sonido, puede hacer alguna referencia clara y concreta sobre lo que acontece, bajar de su escenario, e invitar al público a continuar con la presentación en un contacto más directo, entre la gente. Incluso podés tener preparado un ejercicio o alguna actividad que pueda realizarse cuando algo falla, mientras se busca una solución.
D) Dilata la respuesta ante una pregunta inesperada, que implicará que debas ensayar mejor una respuesta apropiada. Para hacerlo, busca la complicidad de alguien del público. Desde el primer minuto en escena sabrás que hay personas que te siguen con verdadero interés, y otros a los que no les importará lo que digas. Apóyate en estas personas y pídeles directamente su ayuda: “Graciela: quiero pedir su ayuda por favor. Avíseme dentro de cinco minutos así vuelvo sobre el tema que acaba de mencionar Marcelo; así puedo seguir con la idea que venía desarrollando”. En cinco minutos, lo más probable es que ya tenga la respuesta; o que pueda colocarla dentro de su discurso, naturalmente.
9) Cuida los tiempos y el espacio: es fundamental que conozcas de antemano el tiempo acordado; el tamaño del lugar; la acústica; todos los elementos tecnológicos y visuales disponibles; los horarios y la programación de la actividad. En caso de compartir ponencias, es fundamental saber quiénes serán sus compañeros en escena y qué temas abordarán. Esto te permitirá preparar mejor tu disertación. Es fundamental que hagas saber al público la estructura de su presentación, incluyendo instrucciones de seguridad –como salidas de emergencia-, operativas –como sanitarios o que apaguen los teléfonos celulares-, y si habrá algún intervalo –lo cual es altamente recomendable cada una hora y cuarto, aproximadamente-.
10) Prepara un final inolvidable: todo lo que dijiste es importante; pero lo es más aún el final de tu presentación. Su forma y fondo son prácticamente todo. Repasa brevemente los principales aspectos de lo que compartiste, y, desde allí, construya visiones de futuro y llamadas a la acción que puedan ser compartidas y puestas en común si hubo interacción con el público. Técnicamente, asegúrate de tener lista una música y una imagen para el final, y que las luces vuelvan a sus niveles normales. Si estás detrás de un estrado, desplázate hacia el centro de la escena, y, simplemente, mira a su público. Si lo aplauden, usted también puede acompañar con un aplauso dirigido a ellos. Es tiempo de recibir: ábrete a hacerlo de corazón. Deja que las emociones fluyan: es la mejor forma de conectar con el público, en cualquier tipo de oratoria.
Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr | Ig: @daniel.colombo
Coach especializado en alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional
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