¿La violencia es contagiosa?
Un nuevo estudio ofrece una sugerencia para predecir el riesgo de alguien de convertirse en víctima de la violencia con las armas de fuego: observe con quién anda. Los investigadores informan que la violencia con las armas de fuego podría en realidad ser «contagiosa», y que las redes sociales podrían servir como un terreno fértil para la propagación de la exposición a las armas de fuego y a ese tipo de violencia.
«Los que están en el riesgo más alto de violencia con armas de fuego son los individuos con más conocidos que han sufrido disparos recientemente», señaló el autor del estudio, Ben Green, candidato doctoral de la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts.
Pero ese riesgo también es una función del momento y la naturaleza de las relaciones, añadió Green.
«Cuando alguien sufre un disparo, su influencia sobre [sus] conocidos se reduce con el tiempo», explicó.
«Además, la potencia del riesgo de contagio depende de la cercanía de la relación con esa persona. Por ejemplo, que un amigo reciba un disparo crea más riesgo para uno que el amigo de un amigo», dijo Green. «Entonces, el conjunto de individuos con el riesgo más alto cambia a lo largo del tiempo, a medida que la violencia con armas de fuego se propaga a través de la red [social]».
Pero el estudio no probó de forma definitiva que la violencia con armas de fuego sea «contagiosa».
Aunque un promedio de más de 200 estadounidenses acaban siendo víctimas de disparos cada día, la violencia con las armas de fuego no está distribuida de forma constante a lo largo y ancho del país, anotaron los investigadores. La mayoría de los tiroteos ocurren en vecindarios urbanos pobres. Y las muertes por las armas de fuego son aproximadamente 10 veces más numerosas entre los hombres negros jóvenes que entre sus iguales blancos.
El equipo de investigación se propuso ver si la violencia con las armas de fuego es contagiosa según las creencias, actitudes y conductas de la red inmediata de amigos y pares de la persona.
Los investigadores se concentraron en más de 138,000 residentes de Chicago que habían sido arrestados en algún momento entre 2006 y 2014.
Más de un 80 por ciento eran de sexo masculino, y tres cuartas partes eran negros, con una edad promedio de 27 años, mostraron los hallazgos. Alrededor de una cuarta parte incluían a miembros de bandas, y poco menos de 10,000 estuvieron involucrados en más de 11,000 incidentes de violencia con armas de fuego.
Casi un 18 por ciento de las personas que tenían un amigo cercano a quien le habían disparado fueron víctimas de violencia con armas de fuego, revelaron los investigadores.
Los autores del estudio concluyeron que un 63 por ciento de los más de 11,000 incidentes tanto letales como no letales de violencia con armas de fuego podían atribuirse con claridad a aspectos de un «contagio social».
Por ejemplo, en promedio, los individuos terminaron siendo víctimas de disparos apenas 125 días después del tiroteo del amigo o par que había estado más directamente asociado con la violencia con armas de fuego.
Pero el coautor del estudio, Andrew Papachristos, profesor asociado del departamento de sociología de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, anotó que el impacto de las redes sociales en el riesgo de violencia con armas de fuego no se trata simplemente de que un amigo haya sido o no víctima de disparos, sino de su nivel de acceso a las armas de fuego, si portan o no un arma de fuego, y/o si están involucrados en el tipo de conducta de riesgo en que podría haber armas de fuego de por medio.
Pero el equipo de investigación encontró que la forma más precisa de predecir el riesgo personal de cualquier individuo dado de violencia con armas de fuego era en realidad observar con quién andaba y dónde vivía el individuo.
Papachristos anotó que «esos análisis de datos pueden y deben ser utilizados para dirigir servicios a los que tienen el riesgo más inmediato con el fin de reducir el trauma asociado con la violencia con armas de fuego, y potencialmente detener la ‘propagación’ de la victimización por la violencia con armas de fuego, y para ayudar a abordar la epidemia de forma más amplia».
Charles Branas, autor de un editorial que acompañó al estudio, secundó firmemente esa idea. Branas es profesor de epidemiología en el departamento de bioestadísticas y epidemiología en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia.
«Ya hemos usado con éxito los modelos [computarizados] que se han aplicado a enfermedades como el sarampión o el ébola durante décadas para comprender mejor la violencia con las armas de fuego», anotó.
En última instancia, un método como ese podría ayudar a las autoridades de salud pública a crear «algunas intervenciones muy baratas y directas» que se enfoquen en cómo y por qué la violencia con las armas de fuego pasa no solo de una persona a otra, sino también de un grupo a otro y de un lugar a otro.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 3 de enero de la revista JAMA Internal Medicine.
Con información de HealthDay, traducido por HolaDoctor | Foto: Violencia con arma de fuego / Shutterstock
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