El plástico no será otra vez un problema para el ambiente

¿Si tuvieras que formar parte de una feria de ciencias cuál sería tu proyecto?, ¿un volcán de papel maché?, ¿una granja de hormigas? Qué pensarías si te dijéramos que un joven descubrió con su trabajo de ciencias la forma de degradar el plástico más rápido de lo que jamás se había logrado.

Este material es uno de los peores contaminantes del mundo. La vida útil de una herramienta puede ser corta, unas pocas semanas, como es el caso de una botella de aceite y después tardaría 180 años en degradarse. Este polímero rodea el día de hoy al hombre de objetos pásticos que parecieran no ser necesarios y en algunos casos, como el poliestireno de cristal y la bakelita, no pueden ser reciclados.

Sin embargo este problema podría llegar a su fin. El joven Daniel Burd estudia en el «Waterloo Institute” y encontró la manera de hacer que las bolsas de plástico se descompongan en solo tres meses. Daniel mezcló parte de la basura con levadura y agua corriente, luego agregó el plástico pulverizado y lo calentó todo a fuego lento. Para poder evaluar los cambios, utilizó unos frascos en los que puso restos de plásticos absolutamente libres de bacterias. Seis semanas más tarde notó que el peso de sus cultivos había disminuido en un 17%, mientras que los frascos sin bacterias pesaban exactamente lo mismo.

A continuación, Burd realizó experimentos similares pero utilizando diferentes temperaturas y agregando acetato de sodio para ayudar a las bacterias a multiplicarse. A 37 grados y con un poco de acetato de sodio, Burd alcanzó el 43% de degradación en un plazo en seis semanas. Finalmente, Burd aisló a los microbios que le interesaban. Uno pertenece al género Pseudomonas, y el otro al Sphingominas.

Aunque el proceso tiene una contra, que es la generación de dióxido de carbono, pero los expertos planean modificar genéticamente a las bacterias para minimizar este inconveniente y convertirlo en un experimento de dimensiones industriales.

@Culturizando