Crónicas clasemedieras: Nuestro Juanga; por Omar G. Villegas
Por Omar G. Villegas |
«Felicidades a todas las personas
que están orgullosas de ser lo que son»
Juan Gabriel
La repentina muerte de Juan Gabriel a los 66 años en Estados Unidos ha desatado un huracán de emociones y una cobertura mediática como muy pocas veces he visto en mis más de 15 años de trayectoria profesional. Pero tranquilos, no repetiré “nada, nada, nada, nada, nada” de lo que ya se ha comentado sobre “El Divo de Juárez”.
El luto, la admiración y el desconsuelo que provocó su fallecimiento son más que entendibles. Fue un personaje tan total, tan extraordinario, tan impresionantemente talentoso que todos tenemos una anécdota que contar al respecto. Las redes sociales y medios de comunicación se han llenado de ellas. La más reciente podría ser: “¿Qué hacías cuando te enteraste que murió Juanga?” Yo estaba con mis amigos y minutos después, azorado, corría a la redacción de Tv Azteca para comenzar la cobertura.
Podría compartir mi humildísima opinión o mi análisis respecto al fenómeno que durante 45 años significó Juanga, pero ya se han hecho destacables, muchos, como los que en su momento compartió Carlos Monsiváis (amigo del Divo) y que, además, contribuyeron a colocarlo y valorarlo como un bastión cultural de México y del mundo de habla hispana.
Más bien mi intención es que en medio de este desbordamiento de información y emociones nos tomemos un instante (o muchos) para oír la música de Juanga y recordemos, como tributo personal, su durante décadas. Solos o en compañía de amigos o familiares sentémonos a escucharlo y a enlistar todas aquellas anécdotas, emociones y alegrías propiciadas por su música.
Más allá homenajes o formalidades, Juanga pasó a ser nuestro y a eso me refiero con el título de este post. A que nos apropiemos y atesoremos su legado. Yo, personalmente, siento el orgullo de haberlo abrazado por mí mismo. Me explico. En casa, de niño, por supuesto que lo ubicaba pero no lo oía. A mi mamá no le gustaba.
Hice de Juanga mi referencia ya de joven. Poco a poco, borrachera tras borrachera, fin de semana de limpieza tras fin de semana de limpieza, desamor tras desamor, ilusión tras ilusión, se fue volviendo un faro no sólo vital sino creativo. Lo fui identificando como ejemplo y fui recurriendo a él como guía.
De hecho alguna vez dije que tu canción favorita de Juanga se volvía destino o te determinaba. Por mucho tiempo decía que la mía era “Costumbres” y hasta me atreví a decir que quería que esa la tocaran en mi funeral. Ya no. Después de un desastroso historial amoroso preferí cambiarla y ahora es “Insensible”. Me ha ido mucho mejor en el amor y aspiro a un funeral con música alegre, sol y muchas muestras de afecto más que de dolor. Así que cuidado con la canción favorita de Juanga que elijan. Más vale.
Quizá por eso yo y tantos otros sentimos esa orfandad con su partida. Porque, además, en este mundo tan resquebrajado gente como él, que te recuerda que la vida es alegría pese al dolor, hace falta. Escasea. Yo ahora mismo, mientras escribo, he sentido ganas de llorar y eso que sólo lo vi una vez en concierto y mi única interacción con él, si es que era él, fue cuando abrió su cuenta de Twitter (que parece ser que luego ya no la atendería) y me respondió un tuit que terminé borrando junto con todo el resto de mi timeline.
Incluso unos minutos antes de enviar esta colaboración unos compañeros de la televisora me preguntaron quién tomaría su lugar como referente de la comunidad LGTB y no pudimos nombrar a alguien. “Se acabó”, dijeron. Pero no. Justo eso. No dejemos que ese legado suyo se desvanezca y ¡arriba, Juanga! Nuestro Juanga. Y gracias, gracias, gracias, divino.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
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