Crónicas clasemedieras: ‘El legado queer’ por Omar G. Villegas
Omar G. Villegas |
La comunidad gay ha escalado en la agenda política y mediática con asuntos como el matrimonio igualitario y la diversidad, también con otros dramáticos como la homofobia y los crímenes de odio. Esto último volvió a los titulares con la masacre en el antro gay Pulse en Orlando, calificada como la peor en Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York.
Escribo este texto horas después de la conmoción inicial y mientras se tratan de esclarecer los motivos del ataque de un hombre de 29 años de ascendencia afgana que, según la información difundida, era homófobo, misógino y violento. ¿Fue un crimen de odio? ¿La poco difundida balacera en un antro gay en Xalapa (México) días antes también?
Personalmente me ha interesado no olvidar el legado de las generaciones de gays anteriores a la mía que estoy en mis 36 años, que se lanzaron a las calles a luchar por derechos y posibilidades que alguna vez fueron inimaginables y que gracias a ellos yo y los que rondan mi edad (o con más o menos años) hemos gozado.
Sin embargo, en las charlas con mis amigos, hombres gays en sus treintas o aterrizando en sus cuarentas, suelo lamentar que (según mi impresión) se ha olvidado o incluso se desprecia esa herencia que, por supuesto, conlleva responsabilidades. Mantener derechos y alcanzar otros requiere atención, compromiso, información, solidaridad y, en un estado más avanzado, militancia.
Lo último quizá no sea para todos, pero el resto sí sin dejar de lado la postura crítica. Necesaria. Pero esta debe surgir casi por obligación desde la educación. Desde el conocimiento de la historia y sus ramificaciones. Sus ecos y distorsiones. No se puede denostar, burlarse a la ligera desde la posición privilegiada que se ha heredado. Eso tiene un grado de mezquindad.
Pero el tema de este texto no es abundar en este lamento, sino en lo contrario. En una de las citadas pláticas me dio por preguntarme cuál sería nuestra aportación a esta historia del reconocimiento de la diversidad. ¿Qué sí hemos hecho? Quizá nuestra aportación fue la de integrar nuestra homosexualidad a la cotidianidad. En casa, en la escuela, en el trabajo, en los espacios recreativos. Sí, particularmente en los entornos urbanos.
Aún nos tocaron dificultades a la hora de salir del clóset, de asumir nuestra condición sexual y de plantarnos ante el mundo, pero en el camino para librar estos escollos creo que despojamos a la homosexualidad de ese halo de sordidez, marginalidad y extrañeza al convivir de manera más abierta, cada quien en su medida y contexto, con el entorno.
En el nivel de la vida cotidiana contribuimos al llevar nuestro mundo a aquel que antes nos despreciaba. Los amigos ya son parte de nuestras familias y conviven con los sobrinos, hermanos y padres; las parejas ya están en las fiestas familiares, los papás ya van a los antros gays, la familia nos acompaña a eventos o espectáculos considerados «de ambiente». Y lo hacen, esto es lo destacable, cada vez con menos dejo de resignación o suspicacia.
No estoy diciendo que el machismo haya retrocedido. De hecho, la comunidad LGTB sigue enfrentando violencia y discriminación. Las agresiones en Orlando o en Xalapa o las noticias de crímenes de odio alrededor del mundo son un lamentable recordatorio de ello.
Pero las contribuciones están ahí, así como los desafíos. Entre ellos está no olvidar nuestra historia como colectividad gay, construir relaciones interpersonales más empáticas, apropiarnos y revalorar nuestros legados, ser muy críticos ante nuestros vicios, clichés y anacronismos asumidos. Ninguna generación está exenta de retos y complicaciones, pero entre más pasa el tiempo sí tenemos un trecho avanzado gracias a quienes nos precedieron. Gracias.
Omar G. Villegas | Twitter: @omargvillegas |
Omar G. Villegas (Ciudad de México, 1979). Periodista. Ha ejercido el periodismo cultural y de espectáculos en los diarios Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Día y, actualmente, en la cadena Tv Azteca, donde también es guionista. Ha colaborado en revistas como ¡Quién! y DEEP, y en el portal The Huffington Post. Ha publicado narrativa breve en su blog Memorias Consustanciales y ensayos en revistas electrónicas especializadas de México, España y Suramérica como Imágenes del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es profesor de Periodismo en la Universidad Iberoamericana. Autor del libro de relatos breves “El jardín de los delirios” (Textofilia, 2012). Egresado de periodismo de la UNAM. Estudió la maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Salamanca, España, con beca de la Fundación Carolina, y la maestría en Historia del Arte en la UNAM.
Foto: Bandera Gay Shutterstock
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