Cápsulas de reflexión: ¿Sabes cuáles son tus límites personales?
¿Sabes cuáles son tus límites personales? ¿Qué importancia tiene conocerlos? ¿Piensas que poner límites te puede separar de los demás?
Hola, soy Gisela Gilson, psicólogo y coach ontológico en formación, apasionada en el ejercicio de acompañar a las personas en esa incansable búsqueda de encontrar satisfacción vital, y un ser humano como tú, en constante proceso de evolución.
Hoy en el episodio número 12 de “Cápsula de reflexión” hablaré sobre nuestros límites personales, la importancia de conocerlos, establecerlos, respetarlos y hacerlos respetar y cómo esto puede acercarnos y permitirnos establecer relaciones sanas con los demás e incluso con nosotros mismos.
Si yo te pido trazar tres círculos, uno debajo del otro, en el centro de una página, seguramente el resultado será algo parecido a lo que es un semáforo y lo harás sin mayor dificultad pues conoces lo que es un círculo, lo que significa uno debajo del otro e identificas el centro de la página. Pero… ¿Qué pasaría si no conocieras alguno o ninguno de estos conceptos? Seguramente el resultado sería totalmente distinto.
Los límites personales son nuestro semáforo, que viene a poner orden en nuestras relaciones: nos ayudan a definir las reglas, saber por dónde podemos o no transitar, a quiénes y qué dejar entrar o salir de nuestras vidas, y así como para hacer el dibujo, la base fundamental para poder establecerlos, es el conocimiento personal, es decir, para poder conocer cuales serían nuestros límites debemos comenzar por conocer nuestros valores, nuestros principios, qué nos gusta y qué no, qué estamos y qué no dispuestos a renunciar o aceptar.
Ahora vamos a ponerle colores a nuestro dibujo. El verde representa nuestros principios, nuestros valores, todos aquellas cosas que nos agradan, que nos hacen bien y que queremos dejar entrar a nuestras vidas, aquellas cosas que atesoramos y no estamos dispuestas a negociar, porque hacerlo, sería dejar de ser quien somos, sería no respetarnos, no valorarnos.
También está el rojo, y aquí podemos colocar aquellas cosas que NO nos agradan, que NO queremos en nuestras vidas, que no queremos dejar entrar o simplemente que ya no queremos tener más en ella.
Tanto lo que colocamos en nuestro verde, como lo que colocamos en nuestro rojo, son nuestros no negociables.
Por ultimo estaría el amarillo, que serían aquellas cosas que aún siendo importantes para nosotros, estamos dispuestos a aceptar o a renunciar ocasionalmente para vivir en armonía con los demás o con nosotros mismos, y que hacerlo, no implica faltar a nuestros valores y principios, es decir, estos son nuestros negociables…
El amarillo tambien nos puede servir de tablero de precausión para alertarnos el momento en que debemos pasar a nuestro rojo o nuertro verde.
Para establecer relaciones sanas es importante que estemos atentos de respetar y hacer respetar las señales de nuestro semáforo.
Un semáforo que funciona bien no se puede quedar pegado en el rojo, en el verde o en el amarillo, porque sería señal de que está dañado; igual sucede en nuestras vidas, por eso te pregunto… ¿Conoces el semáforo de tu vida? ¿Cómo está funcionando?
En ocasiones estamos tan acostumbrados a que nuestro semáforo esté averiado que pensamos que está funcionando bien; también puede suceder que nos enseñaron a mal utilizarlo y aprendimos a colocar mal las cosas en los colores que no correspondían, lo que nos llevó a normalizar lo que ni siquiera debería ser negociable y así transitamos nuestra vida cometiendo faltas en las que los principales perjudicados hemos sido nosotros mismos.
Y quizás te preguntes ¿Será que podemos colocar límites y arreglar nuestro semáforo aun cuando tiene años dañado? Claro que sí, siempre arreglarlo traerá orden en tu vida y te aseguro que ese orden te dará la oportunidad de establecer relaciones más funcionales, aun cuando a veces hacerlo, implique que debas renunciar a algunas cosas, e incluso a algunas personas, sin embargo recuerda que el universo es contrario a los vacíos, y siempre que salgan cosas en tu vida, te aseguro que será porque están por entrar otras, que si tienes el semáforo encendido y funcionando bien, serán cosas nuevas van a sumar y no restar a tu bienestar.
En ocasiones para poner orden en nuestro semáforo personal es necesario pedir ayuda para aclararnos qué queremos colocar en nuestro rojo, en nuestro verde y en nuestro amarillo, esto se logra trabajando nuestro crecimiento y autoconocimiento personal y permitirnos ser acompañados para lograrlo no es signo de debilidad, sino más bien de amor propio.
Soy Gisela Gilson, me despido y espero pronto, coincidir nuevamente contigo, en otra CÁPSULA DE REFLEXIÓN. Si necesitas acompañamiento o quieres saber más sobre este tema u otros, contáctame y sígueme por Instagram como @capsulasdereflexión.
Imagen portada: Shutterstock
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