Todo lo que tienes que saber a la hora de comprar un destilado
Ginebra, whisky, ron, licores y orujos, pacharán, brandy… Destilados hay muchos, y cada persona tiene su preferido. Sin duda, no es lo mismo un ron, con su dulzor característico, que el olor a madera que desprenden muchos whiskies, o el sabor afrutado del pacharán, que se debe a las endrinas con las que se elaboran los buenos pacharanes.
A muchos les gusta tomar una copa, pero ignoran muchas cosas sobre lo que están bebiendo. ¿Cómo se elabora un buen destilado? ¿En qué consiste la graduación? ¿Qué características tienen una u otra bebida? Sin ánimo de ser exhaustivos, en este artículo vamos a ofrecerte algunas claves que debes conocer para comprar destilados.
Bebidas destiladas, nada que ver con las fermentadas
Tanto las destiladas como las fermentadas son bebidas alcohólicas, pero no tienen nada que ver unas con otras. Ni en el proceso de elaboración ni en el resultado final, con una graduación alcohólica mucho mayor en el caso de los destilados. Antes de nada: el volumen de alcohol, medido en grados o porcentajes, es la cantidad de etanol por litro. Una bebida con 5 grados de alcohol (o 5% de volumen) tiene 50 mililitros de etanol por litro.
Pues bien, las bebidas fermentadas se obtienen previo proceso de fermentación, en el que el azúcar (en el caso de los vinos, obtenidos de la uva) o el cereal (la cebada o el trigo de la cerveza) se convierte en alcohol. Esto ocurre previa reacción química facilitada por la presencia de levaduras.
Entre las bebidas fermentadas están las cervezas, los vinos, la sidra, el cava o el champán.
En cambio, los destilados se obtienen a partir de una bebida fermentada, a la que se le aplica un posterior proceso de destilación. En un proceso de destilación los componentes o sustancias de una mezcla líquida se separan mediante la ebullición selectiva y la condensación.
En el caso de la destilación alcohólica, la destilación se aplica a través de un alambique, y puede realizarse una o varias veces, añadiendo o no ingredientes que transforman el sabor del alcohol conseguido. A veces, la bebida resultante se somete a un proceso de envejecimiento en barricas para conseguir aún más sabor.
Algunas sugerencias de bebidas destiladas
- Whisky: se obtiene de la destilación de malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz. Después, se añeja en barriles de madera. El resultado es una bebida con entre 40 y 60% de volumen de alcohol, de sabor fuerte e intenso, y que los paladares más exquisitos degustan solo o con un par de piedras gruesas de hielo (el famoso whisky on the rocks). Para ellos están pensados whiskies como el Bellevoye Black Triple Malt Tourbé, el Dalmore 12, el Cutty Sark Discovery o el Cardhu 12.
- Brandy: se obtiene a través de la destilación del vino y ronda los 40 grados, si bien puede alcanzar los 60. Dentro de los brandies, encontramos algunos con denominación de origen, como el Coñac o el Jerez. Entre los coñac más exquisitos encontramos el Hennessy, mientras que a los amantes del Jerez les entusiasmarán productos como el Brandy Urium Solera Gran Reserva, el Emilio Hidalgo Privilegio o el Lustau SGR Decanter.
- Tequila: por último, el tequila, obtenido a partir de la fermentación y destilado del jugo extraído del agave azul. Este proceso tiene denominación de origen en cinco estados mexicanos (Guanajuato, Michoacán, Nayarit, Tamaulipas y Jalisco). Solo el tequila hecho 100% de agave azul es un tequila 100% puro. Este tequila está lejos de ser esa bebida transparente que se bebe de un trago, cerrando los ojos, apretando los puños y chupando rápidamente un limón para olvidar su sabor. En realidad, el buen tequila es un trago para saborear. Es el caso del Sierra Tequila Milenario Fumado (con un toque ahumado, como su nombre indica), el Don Julio Reposado o el Tequila Rocado.
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