¿Realmente los humanos estamos al borde de la extinción?
Un equipo internacional conformado por científicos, matemáticos y filósofos en el Instituto del Futuro de la Humanidad en la Universidad de Oxford en Inglaterra se dedica a estudiar el tipo de amenazas a las que actualmente se enfrenta la raza humana. Todos comparten una escalofriante conclusión: el desarrollo tecnológico ha sido tan rápido que aún no podemos atisbar sus consecuencias.
Los campos de la inteligencia artificial, biología sintética y nanotecnología prometen enormes beneficios médicos y tecnológicos, sin embargo el grupo de científicos considera que “En términos de responsabilidad moral tenemos un nivel infantil, pero con la capacidad tecnológica de adultos”. El grupo, conformado por Doctor Nick Bostrom, el director del Instituto, el genetista Seán O’Heigeartaigh y Lord Rees, Astronomo Real del Reino Unido entre otros, enfatiza la importancia de entender que “estamos desarrollando cosas que podrían salir profundamente mal”.
O’Heigeartaigh destaca que si bien las intenciones de los investigadores son generalmente buenas, la manipulación genética —la deconstrucción y reconstrucción de estructuras genéticas— podría llevar a eventos inesperados cuando algo bueno se vuelve malo después de transferirlo a otro ambiente y que “Con cualquier tecnología poderosa deberíamos pensar bien en qué es lo que sabemos —sin embargo, podría ser más importante saber sobre qué cosas no estamos del todo seguros”.
Por su lado la inteligencia artificial, la biotecnología y nanotecnología son herramientas increíblemente poderosas que “tienen reacciones en cadena, así que empezar con pocos recursos podría encausar proyectos que afectan a todas las personas del mundo”.
Según Lord Rees “Este es el primer siglo en la historia del mundo en el que la amenaza principal es la humanidad”. Ahora, si bien hemos sido capaces de sobrevivir miles de años de enfermedades, desastres naturales, predadores y el cambio ambiental, parece poco probable que nos extingamos tan pronto, es decir, aún con dos guerras mundiales y epidemias de gripe durante el siglo XX, la población mundial continuó creciendo rápidamente. Pero, según Bostrom lo preocupante es que estas amenazas son nuevas, y “no tenemos un historial de haberlas sobrevivido”.
Más allá de ser una predicción que parece sacada de una novela de ciencia ficción, lo que los científicos buscan destacar es que el avance desmedido de la tecnología podría alterar la naturaleza humana de maneras impensables e irreversibles, invitándonos a considerar que tan necesarios o relevantes son los cambios que supuestamente mejorarán a la especie.
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