Por qué son tan comunes los abortos espontáneos
Carmen Feria Ramirez, Universidad de Huelva
Seguro que en alguna ocasión hemos escuchado o hemos pronunciado nosotros mismos, al conocer que alguien estaba embarazada o tras darle la enhorabuena a alguna amiga por la noticia, ese consejo de “no lo cuentes tan pronto por si acaso”.
¿Por si acaso qué? ¿Qué hay detrás de esa actitud? ¿Por qué nos recomiendan algunas personas no dar la noticia de “estoy embarazada” hasta pasado un tiempo prudencial?
Todas estas cuestiones están relacionadas con los abortos espontáneos o pérdidas tempranas del embarazo, siendo múltiples los testimonios de mujeres que han pasado por esa experiencia.
Pero ¿qué es un aborto espontáneo?
Podría definirse como la pérdida del bebé que esperamos antes de las 20 semanas de gestación, y que ocurre de forma natural.
Aunque su prevalencia varía entre países, se estima que los abortos espontáneos suponen entre un 10 % y un 15 % de las pérdidas gestacionales. Suelen ser más frecuentes en las primeras semanas y disminuyen su probabilidad a partir de la semana 12-13 de gestación. Aproximadamente un 25 % de las mujeres sufrirá alguno a lo largo de su vida, incrementándose hasta un 40 % cuando el embarazo ocurre a partir de los 40 años.
Ante estos datos, sí, podemos afirmar que son bastantes frecuentes. Y eso explica el comentario de “no lo digas tan pronto por si acaso”.
¿Podríamos haber hecho algo para evitarlo?
Cuando se ven inmersas en esta situación, muchas mujeres se preguntan: ¿por qué me ha pasado a mí?, ¿qué he hecho para que mi embarazo no haya seguido adelante? En la gran mayoría de las ocasiones, las causas de un aborto espontáneo en mujeres sanas se asocian a anomalías cromosómicas, por lo que poco podríamos haber hecho para evitarlo.
Por otro lado, nunca sabremos si nos volverá a ocurrir de nuevo en un futuro, pero podemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para disminuir las probabilidades.
Como futuras madres, podemos modificar y mejorar algunos aspectos relacionados con nuestra salud que favorecen nuestra calidad de vida, y ofrecer al futuro bebé el mejor entorno posible donde desarrollarse dentro del vientre materno.
En este sentido, conviene evitar el consumo de alcohol y otras sustancias, no fumar, iniciar la gestación con un peso saludable y controlar el peso durante el embarazo.
¿Qué hacer cuando ocurre?
Generalmente, ante la sospecha de que algo no va bien, acudimos a urgencias. Puede ser por un pequeño –o no tan pequeño– sangrado vaginal, porque nos duela el abdomen, o quizás se trate simplemente de una revisión rutinaria.
Sea cual sea la situación, ante la difícil noticia de “su embarazo se ha parado, ha sufrido un aborto espontáneo”, es normal quedarse en shock y empezar a hacerse preguntas sobre qué pasará a partir de ese momento.
Dependiendo de la situación, el tratamiento será diferente. En algunos casos, el aborto se resuelve de forma espontánea. Otras veces es necesario administrar algún tipo de medicación, mientras que hay situaciones más complejas que terminan en el quirófano, con un tipo de intervención quirúrgica conocida como legrado.
En cualquiera de estas situaciones, la pérdida del embarazo suele repercutir en nuestro estado de salud, ocasionando cambios tanto a nivel emocional como físico.
Centrándonos en las posibles complicaciones físicas, y en aquellos síntomas a los que debemos prestar especial atención tras un aborto espontáneo, podemos decir que la hemorragia y la infección son las complicaciones más frecuentes. En el peor de los casos pueden derivar en problemas de esterilidad o problemas menstruales, interfiriendo en posibles embarazos futuros si no se detectan y tratan a tiempo. Por ello, debemos vigilar la aparición de síntomas como el aumento del sangrado, la aparición de dolor abdominal o episodios de fiebre y, en caso necesario, recibir atención sanitaria.
Para prevenir estas complicaciones, conviene hacer caso a recomendaciones como evitar el uso de tampones, no mantener relaciones sexuales o evitar duchas vaginales o baños de inmersión durante 1 ó 2 semanas.
¿Es posible volver a quedarse embarazada?
Por lo general, transcurridas varias semanas tras un aborto espontáneo las mujeres se encuentran plenamente recuperadas en cuanto a su forma física. Y si se recuperan también psicológicamente de la pérdida, pueden plantearse volver a quedarse embarazadas.
El lado positivo de la situación es que son varios los estudios que indican que las posibilidades de un nuevo embarazo tras un aborto espontáneo son mayores durante los tres meses posteriores al mismo.
Carmen Feria Ramirez, Profesora en Enfermería y Matrona, Universidad de Huelva
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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