Podría no haber ningún grito en la famosa pintura de Edvard Munch
Aparentemente, todo lo que creíamos saber sobre la famosa pintura expresionista ‘El grito’ de Edvard Munch, no eran más que suposiciones erradas. Expertos del Museo Británico han encontrado el motivo que inspiró a Munch a pintar, y cuya distintiva interpretación nos deja perplejos.
El hallazgo comienza a partir de la inclusión de una litografía de la famosa pintura El Grito, en una nueva exposición dedicada al artista noruego, llamada Edvard Munch: Love and Angst. La encargada de la próxima curación en el Museo Británico de Londres, Giulia Bartrum, afirma haber encontrado en la litografía una inscripción que manifiesta lo siguiente: «Sentí un gran grito en toda la naturaleza».
Sin embargo, no es la primera vez que esta frase sale al ojo público. Dentro del diario del pintor, exactamente en la entrada que corresponde al 22 de enero de 1892, el artista escribió: “Caminaba con dos amigos por la carretera. El sol se estaba poniendo. Sentí un aire de melancolía. De repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, mortalmente cansado. Sobre el fiordo negro y azulado y el pueblo caían sangre y lenguas de fuego. Mis amigos siguieron caminando. Yo me quedé allí, temblando de miedo, y sentí un grito enorme, infinito, pasar por la naturaleza”.
Basándose en el testimonio del artista, Bartrum expresa que se trata, nada más y nada menos, que una idea que reinterpreta por completo la obra más célebre del pintor. Bartrum explica: “Deja claro que la obra de arte más famosa de Munch representa a una persona que escucha un grito y no, como muchas personas continúan asumiendo y debatiendo, a una persona que grita». La figura dentro de la pintura, entonces, estaría cubriéndose los oídos tras escuchar un estruendoso grito, en lugar de haber sido la que vociferara.
Recordemos que la obra se posicionó en el auge del expresionismo europeo, gracias a los altos contrastes, sus líneas curvas y su fuerza expresiva y simbólica que lo catalogan, incluso, como una de las pinturas que inspiraron, décadas más tarde, a los pintores fauvistas en París.
Munch, caracterizado por pintar temas de alto impacto emotivo, controvertido y fundamentado en una fuerte crítica social -tal y como ocurre en su pintura Pubertad (1895)-, fue el encargado de pintar uno de los íconos más aclamados del arte pictórico, no solo del siglo XIX, sino de todos los tiempos.
Edvard Munch: Love and Angst es el título de la exposición que se compone de una colaboración entre el Museo Británico y el Museo de Oslo, el cual ha accedido a prestar 50 copias de las obras del pintor noruego.
Con información de: Cultura Genial |El País | CNN en Español
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