Los datos de las misiones Apolo muestran actividad tectónica en la Luna
Algunos terremotos superficiales registrados por las misiones Apolo hace 50 años probablemente fueron causados por la actividad tectónica de nuestro satélite, según el estudio que publican esta semana en la revista Nature Geoscience científicos del Instituto Smithsonian y otros centros de EE UU.
La proximidad de los ‘lunamotos’ a fallas jóvenes, los movimientos de rocas y la perturbación del regolito “sugieren con fuerza que la Luna está tectónicamente activa”
Los autores partieron de las imágenes que captó en 2010 el satélite Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, que localizó numerosas fallas jóvenes, de menos de 50 millones de años. Este descubrimiento se ha interpretado como una evidencia de actividad tectónica en la Luna, ¿pero cómo es de reciente esa actividad?
Para responder la pregunta, el investigador Thomas Watters del Instituto Smithsonian y sus colegas examinaron los 28 terremotos lunares registrados por los sismógrafos que colocaron los astroanutas del programa Apolo en cuatro sitios de aterrizaje (12, 14, 15 y 16) entre los años 1969 y 1977.
Con esa información y aplicando un algoritmo de redes sísmicas dispersas, se obtuvieron estimaciones más precisas que las realizadas hasta ahora sobre la localización de los epicentros de aquellos ‘lunamotos’ o movimientos sísmicos lunares.
“Encontramos que los epicentros de ocho terremotos cercanos a la superficie caen a 30 km de un escarpe de falla (terreno similar a un acantilado causado por la contracción horizontal de la superficie lunar), la distancia esperada por una fuerte sacudida del suelo”, apuntan Watters y los coautores en el estudio.
‘Lunamotos’ en el apogeo
“Además –añaden–, tras analizar el tiempo de estos ocho eventos, encontramos que seis ocurrieron cuando la Luna estaba a menos de 15.000 km de distancia del apogeo (punto de la órbita en el que está más lejos de la Tierra)”.
El modelo de las fuerzas mareales que contribuyen a las ‘tiranteces’ que sufre actualmente nuestro satélite también mostró que siete ‘lunamotos’ superficiales registrados a menos de 60 km de un escarpe de falla sucedieron en el pico de las tensiones de compresión, el momento cuando es más probable que ocurran deslizamientos de falla.
Con toda esta información, los autores concluyen que la proximidad de los ‘lunamotos’ a las jóvenes fallas, junto a las evidencia de movimientos de rocas y perturbación del regolito (la capa superior suelta del suelo lunar), “sugieren con fuerza que la Luna está tectónicamente activa”.
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