Cómo superar la pereza: la regla 5H
Por Daniel Colombo | Posiblemente la pereza sea uno de los principales problemas por los que las personas no obtienen sus resultados; y de aquí, a la temida mediocridad, hay un solo paso.
Es que la pereza a veces llega, se sienta y se queda a vivir en el entorno personal y profesional de cualquier persona. Como invitado en nuestra mente, pensamos que es algo temporal, algo así como “voy a tomar una siesta y luego lo hago” o “de momento lo dejo de lado para retomarlo más tarde”… y ya sabes lo que sucede: pasan días, meses y años sin encarar aquella tarea o acción.
La pereza es hermana de sangre de la procrastinación, la tendencia a postergar las cosas. Surge porque la persona tiene una idea en su mente acerca del esfuerzo que llevaría hacer determinada acción; por eso la deja de lado, creyendo que será momentáneo; aunque no logra salir del círculo de parálisis y limitación en que ha caído.
Para el diccionario, “pereza se refiere a un descuido, negligencia, desgana, tedio, desidia o indolencia de las cosas o las acciones en que están obligados. Tardanza, flojera, lentitud, dilación, demora o vagancia en los movimientos y las acciones, estas conductas hacen parte de los siete pecados o los vicios capitales de los seres humanos”.
Venciendo la pereza
Todas las personas sentimos pereza en algún momento. El asunto es saber salir de ella, reconocerla y ponerse en movimiento una y otra vez.
Por eso he creado la REGLA 5H: 5 HÁBITOS PARA SUPERAR LA PEREZA, que te permitirán ser altamente efectivo en cualquier momento y convertirte en un experto en vencerla de raíz:
Cambia el enfoque de aletargamiento por otro dinámico.
Los hábitos que ejercemos diariamente, las rutinas laborales e incluso aquello que te produce pereza están basados en pensamientos, que se originan en tu mente consciente. Si logras cambiar esos pensamientos, permitirás crear un resultado distinto. Para hacerlo, necesitas trabajar en tu mente subconsciente, la que está por debajo de todo lo que haces “sin darte cuenta”.
Lo lograrás ejercitando estos tres pasos:
- a) Reconocer el pensamiento instantáneo que produce pereza, en tiempo real (ni bien aparece).
- b) Desviar el enfoque de ese pensamiento a la acción exactamente opuesta.
- c) Reconocer dónde está el beneficio mayor a tu favor a mediano y largo plazo (la pereza funciona con el corto plazo, lo inmediato. El resultado mayor está en el mediano o largo) Focalízate en el beneficio y lo bien que te sentirás. Así, los pensamientos del subconsciente te apoyarán a adiestrar ese nuevo hábito en positivo.
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Determina el primer movimiento, la próxima acción.
Por difícil que parezca vencerla, todo lo que tienes que hacer es hacer un giro de apenas un grado o menos, en el sentido positivo contrario a lo que te mantiene cómodo, detenido y a punto de rendirte a los pies de la pereza. Ese impulso es virtuoso para generar otro movimiento, y otro más, hasta generar un resultado de signo positivo a tu favor.
En este punto será de ayuda que visualices tu estado interno “como si” ya hubieses completado la tarea / acción motivo de tu pereza: esa satisfacción emocional (que está en el subconsciente) le dará combustible a tu mente consciente para llevarte adelante.
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Organiza las tareas por áreas y listas. Empieza por lo más difícil.
Otra aliada para superar este comportamiento limitante es la organización del tiempo. La desorganización produce caos interno, y en esa confusión es más fácil caer en la tentación de la pereza. Por el contrario, cuando estás organizado con un método que funcione para ti, el cerebro le da ordenes a la mente de que acompañe tus acciones y todo resultará más fluido.
Un resumen en dos pasos prácticos:
- Toma papel y lápiz y haz una lista de cuatro áreas de acción en tu vida (ejemplo: hogar / trabajo / ocio / compras). Lista lo relevante y prioritario a completar en cada una. No funciona si lo haces solamente recordando las cosas: necesitas anotarlas, escribirlas.
- Elige la tarea más difícil. Divídela en pequeñas partes, y enlázalas (aquí está el truco): necesitas encadenarlas unas con otras, para que el resultado final (el todo del asunto) permita que hayas concluido aquello que veías como tan difícil (y que era motivo de tu pereza).
Recuerda ir tachando lo concretado ni bien lo concluyes, ya que estimula tu energía interna para reabastecerte de ganas y entusiasmo.
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No pienses en la dificultad: enfócate en el beneficio.
Otra raíz de la pereza es tener la mirada puesta en la dificultad en lugar del beneficio. En estos casos, la mente direcciona el hábito que requiera menos energía.
Para comprenderlo, dividamos en dos este concepto:
- Beneficio aparente: cada vez que pienses en términos negativos, tendrás más pereza para hacer las cosas. Por ejemplo, cuando internamente declaras “No tengo fuerzas”, “Ni idea por dónde empezar” o “Después lo hago”, te debilitas. ‘Piensas’ que eso te favorece, cuando en realidad, has caído en tu punto de debilidad, que es justamente lo contrario a evolucionar con persona.
- Beneficio real y concreto: para cambiar de raíz estos comportamientos que quizás estén muy arraigados, necesitas enfocarte en los beneficios automáticos que obtendrás. Así te fortaleces y derribas barreras internas que te impiden avanzar, por lo que expandirás tu capacidad de acción y mejores resultados.
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Trabaja tu auto consciencia
Cada vez que estés por caer en un comportamiento de pereza, aplica la técnica STOP del entrenador Timothy Gallway:
S – Stop (Deténgase) > Frena ese primer pensamiento que produce la pereza
T – Think (Piense) > Analiza y piensa sobre su motivo y recondúcelo hacia el opuesto.
O – Observe (Observa) > Elévate por sobre el pensamiento limitante perezoso y míralo desde distintas perspectivas. ¿Qué quiere decirte? ¿Cuál es el motivo que oculta? ¿Por qué quiere impedir tu avance y expansión? ¿Qué te impide ponerte en acción?
P – Proceed (Proceda) > Una vez que has sacado las conclusiones, procede en el camino que vaya más a tu favor, apoyando tu crecimiento y desarrollo.
Aplicando la REGLA 5H: 5 HÁBITOS PARA SUPERAR LA PEREZA lograrás cambiarla de raíz, y, paso a paso, alcanzarás tu productividad más alta y expansiva sin debilidades que invalidan tu potencial hacedor en el mundo.
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