La locura de Daenerys Targaryen en «The Last of the Starks», el 8×04 de ‘Game of Thrones’
Daenerys Targaryen ha sido adorada, poderosa, temida y ahora vulnerable. El deterioro, no solo de su estabilidad mental, sino de su capacidad para reinar, ha sido el principal motivo que «The Last of the Starks» ha decidido retratar a detalle.
La eterna dualidad de Daenerys Targaryen
En «The Last of the Starks», Daenerys Targaryen, un personaje tan peculiar como interesante, parte de la lucha interna entre lo que sabe que es correcto, y sus incontrolables impulsos por llegar al trono de hierro.
En el banquete de celebración, donde por fines políticos nombra a Gendry Baratheon como lord de Bastión de Tormentas, por primera vez, Daenerys experimenta el desplazamiento, la soledad y una acogida tan fría como el norte en sí mismo.
Mientras a su derecha Jon es cálidamente adulado por sus compañeros salvajes, Tyrion se encuentra al frente, divirtiéndose con su hermano Jaime, Brienne y Podrick. Al encontrarse a sí misma en una posición tan solitaria, no tarda en percatarse de que si la verdad sobre Jon sale a la luz, ella sería fácilmente olvidada, y él, rápidamente coronado como rey.
Los impulsos cohibidos
Estas circunstancias la sitúan en un dualidad, donde ahora permanece entre dos posiciones incompatibles. Por una parte, sus consejeros la reafirman como la benevolente monarca que busca el bienestar para su pueblo; mientras que otros sustentan un leve presentimiento de lo que podría ser capaz de hacer para conseguir el trono.
A diferencia de Jon, cuya moralidad aprendida de Ned Stark le ha enseñado a siempre velar por la verdad, Daenerys opta por pedirle que no le revele a nadie el origen de su naturaleza, sabiendo exactamente lo que ocurriría de haber un heredero más propenso a ganarse la confianza de los lords de Westeros, tal y como lo señala más tarde Varys en su conversación con Tyrion.
Las vestimentas de Daenerys se tornan paulatinamente rojizas, hasta que por primera vez en «The Last of the Starks», finalmente la vemos cubierta de pies a cabeza con el llamativo tono tradicional de la casa Targaryen.
El hecho de que Daenerys se encuentre a sí misma en su arraigo familiar, nos permite dar con un acercamiento visible hacia la inestabilidad emocional, que ha afectado al personaje, tanto de formas sutiles como agresivas. De todas maneras, hablamos de la hija del rey loco.
Esta incesante lucha en su interior se exterioriza tras el ataque a Rhaegal y a su flota, donde Missandei es tomada como prisionera de Euron Greyjoy y, por consiguiente, de Cersei Lannister.
Mientras Varys le reitera que atacar King’s Landing en este momento no es más que una equivocación, Tyrion le explica que debe agotar todas las posibilidades con la finalidad de evitar una masacre. No obstante, todo lo que pasa por la mente de Daenerys es que al comprometer la reputación de Cersei, los habitantes no tendrán a otra persona a quien culpar cuando vean que el cielo les cae sobre sus hombros.
La pérdida, una emoción familiar
Para la Madre de los Dragones, la pérdida no es una novedad en su vida. Al contrario, siempre ha formado parte de ella, y por consiguiente, la ha convertido en una mujer más fuerte.
Si bien es cierto que Daenerys ha sufrido la desaparición de más de un ser querido, es en esta última temporada cuando la Rompedora de Cadenas está al borde del abismo, a punto de quebrarse.
La pérdida de Viserion en la temporada anterior, luego Jorah, Rhaegal y ahora Missandei, sin lugar a dudas dejan en ella un vacío que irremediablemente tratará de cubrir con fuego y sangre, tal y como lo expresa el emblema de su familia.
Las últimas palabras de Missandei
El hecho de que Cersei hiciera morir a Missandei en cadenas fue más que una mera provocación, se trató de un símbolo.
No obstante, al decir sus últimas palabras, la fiel sirviente de Daenerys no solo ratificó su lealtad incondicional, sino que le transmitió a su reina exactamente lo que esta quería escuchar. “¡Dracarys!”, entonces, no fue más que un eufemismo bastante claro para decir: “¡Quémalos a todos!”.
El grito de guerra, además, fue el mismo con el que la Madre de Dragones liberó a Missandei inicialmente, y con ella a los Inmaculados.
Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando
Con información de: El Comercio Perú | BBC | Buzz Fed | IMDb |
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