La serie más exitosa de la última década ha llegado a su fin. Rompiendo récords de audiencia con 19 millones de espectadores en el episodio final, se ha tratado de uno de los más impactantes desenlaces en la historia de la televisión.

Game of Thrones, la serie de los pequeños detalles

No podría haber sido otro título sino «The Iron Throne» aquel que diese por finalizada a la serie más exitosa de la última década. Y es que más allá de quién fuese el próximo en la línea de sucesión al trono, D.B Weiss y David Benioff se encargaron de que el factor sorpresa no se diese por excluido hasta el último aliento de su historia.

 

Con 47 premios Emmy, un elenco extraordinario, y un excepcional y ambicioso equipo de producción, Game of Thrones ha sido considerada por medios reconocidos internacionalmente como las revistas The Rolling Stones y Time; y los periódicos The New York Times y The Washington Post, como una de las mejores series televisivas de todos los tiempos.

 

Estrenada en 2011, Game of Thrones ya nos venía ofreciendo premisas que enmarcarían la personalidad de cada una de las figuras claves para el desarrollo de la serie, en el transcurso de las temporadas que conformarían el total de la historia.

 

En este sentido, han sido los minúsculos detalles, aquellos que hacen la diferencia, los que han consolidado la narrativa de la serie al punto de desbordar pasiones en su audiencia.

 

Cenizas a las cenizas

La historia es cíclica, y muchas veces todo termina justo donde comenzó.

En el caso de «The Iron Throne», la primera imagen que se nos presenta es la expresión de Tyrion Lannister al percatarse de la tragedia llevada a cabo en King’s Landing, situación que a pesar de haber previsto, no fue capaz de controlar.

 

 

El encuentro de Tyrion con los escombros de la ciudad que durante muchos años fue su hogar, nos resulta tan sombría como familiar. Cada fotograma donde las cenizas no son más que una analogía a la nieve, nos recuerda cada vez más al primer episodio de la serie ambientado en Winterfell, lo cual se traduce como un preludio de lo que podría llegar a suceder.

 

Convencido de querer aceptar la derrota y contemplar el resultado de sus decisiones por cuenta propia, decide declinar la compañía de soldados protectores y se embarca en una travesía por cimientos y cenizas que lo condujeron, finalmente, al punto donde sus hermanos fueron acabados por las ruinas de lo que alguna vez fue la Fortaleza Roja.

Tyrion se embarca en una secuencia silenciosa, donde el único ruido perceptible es el de sus botas al pisar el suelo y el de la antorcha siendo recogida antes de dirigirse a la cripta.

 

No es sino hasta el momento en que Tyrion se percata de la mano de oro de su hermano Jaime, que nos sumergimos, en uno de los instantes mejor logrados de la serie.

 

Peter Dinklage nos ofrece una magistral actuación que nos termina por sumergir en una atmósfera culpable, sombría y agonizante. Aunque en el fondo pudo haber tenido una esperanza de que tanto Cersei como Jaime escapasen a Pentos a comenzar una nueva vida, la razón le hizo dirigirse exactamente al punto donde no encontraría nada más que cadáveres.

El desenlace de Daenerys Targaryen

 

 

Indudablemente, Daenerys Targaryen es la protagonista de uno de los momentos más impactantes, visualmente hablando, de toda la serie. La Madre de Dragones, en pleno arraigo de su naturaleza Targaryen y su lema “fuego y sangre”, camina ante su extenso ejército mientras las alas de Drogon se despliegan al fondo.

 

 

La secuencia de Daenerys dirigiéndose a sus seguidores se traduce como el discurso de una batalla que no estaba ni cerca de terminar. La Rompedora de Cadenas, en pleno éxtasis producto de la victoria ante Cersei Lannister, proclamó su triunfo. Sin embargo, esta hazaña se trataba solo del comienzo, pues así como liberó a los ciudadanos de King’s Landing de la tiranía de un usurpador, podría acabar con la esclavitud y liberar a todos los pueblos del mundo.

 

El discurso de Daenerys, en su lengua materna, el valyrio, acompañada por la presencia de Drogon a su lado, como si de un reflejo de ella se tratara, personificaba a la reina victoriosa y decidida a perpetuar el poder en sus manos. Con un aspecto rígido y oscuro, Daenerys Targaryen es la perfecta alusión a un ángel de la muerte.

“Conozco a una asesina cuando veo a una” – Arya Stark a Jon Snow.

 

Tyrion Lannister y Jon Snow

 

 

Luego de haber sido apresado por los Inmaculados por traición y renunciar a su cargo como Mano de la Reina, Tyrion Lannister es visitado por Jon Snow en una celda improvisada.

Con su característica voz calmada y apacible, Tyrion se enfrenta por primera vez a Jon y le explica que la naturaleza de Daenerys es lo que la hace pensar que se encuentra en lo correcto, aunque su causa sienta las bases de una tiranía.

Tal y como lo hizo en Astapor, Meereen y con los khals que la aprisionaron en la sexta temporada, la Madre de Dragones siempre ha tenido la capacidad de “liberar” a las personas sobre la base del lema “fuego y sangre”. Así, Tyrion le hace ver a Jon que él es el único capaz de enfrentarse a una solución en beneficio del bien común.

 

 

“El deber será la muerte del amor” – Jon Snow, cambiando las palabras del Maester Aemon Targaryen.

 

No obstante, cuando Tyrion le pregunta a Jon qué pasará con Sansa, quien siempre se mantuvo en oposición al reinado de Daenerys en el norte, este le responde: “Ella no puede elegir”, palabras que luego la Rompedora de Cadenas emplearía en un argumento.

 

La distancia entre Daenerys y el trono de hierro

 

 

Daenerys se pasea por el corredor donde aún permanece intacto el icónico trono de hierro. Lo contempla cual trofeo, apreciando en él cada uno de los esfuerzos que la han llevado hasta ese momento. Sin embargo, justo en el momento en el que decide tocarlo, se percata de que todo es real; hasta que cuando estaba a unos instantes de sentarse, Jon aparece en la escena.

 

 

La expresión de la Madre de Dragones nos transmite una seguridad tan certera como inagotable. Daenerys se sentía invencible y determinada, pensando que nada a su alrededor podría dañarla. Mantendría esa misma expresión hasta su último aliento.

La fantasía de Daenerys resulta mucho más compleja de lo que parece. Siendo muy joven se vio forzada a casarse con un khal y, a pesar de que con el tiempo terminó enamorándose de él, decidió abandonar el patrón de la vida familiar, corriente y satisfactoria por emprender el viaje que terminaría por desencadenar su destino. Jon Snow, por su parte, representa la posibilidad de tenerlo todo: el trono, un hombre cuyo amor es finalmente correspondido, una familia… pero nada de eso fue posible.

 

«Eres mi reina, y siempre serás mi reina» – Jon Snow a Daenerys Targaryen, antes de clavarle una daga en el corazón.

Acto seguido, tal y como si hubiese percibido su muerte por mero instinto, Drogon se acerca y se da cuenta de que su madre yace muerta en el suelo.

A pesar de ser un dragón, Drogon protagonizó una de las escenas más nobles de la temporada. En lugar de escupir fuego al asesino de su madre, derritió para siempre el trono de hierro, símbolo de la ambición que realmente la condujo hacia su propia muerte. En este sentido, si Daenerys trajo a Drogon al mundo, él se la llevaría.

Jon Snow, uno de los personajes más heroicos y honorables, se inmortalizaría por la misma causa de Jaime Lannister, a pesar de que aquel se traducía en una de las figuras más juzgadas de la serie, siendo identificado por el título de “Matarreyes”.

 

El simbolismo del trono

El viaje del héroe de Bran Stark ha sido uno de los detalles más precisos, pero menos llamativos de la serie.

Por ello, ante un trono destruido y una línea de sucesión perdida, la figura del trono comenzó a tornarse en un símbolo por cómo se llevaría a cabo la gestión de ahora en adelante, más que quién se quedaría con el poder definitivo.

 

 

Por medio de una elipsis, que luego reconocemos como el transcurrir de varias semanas, Tyrion -aún siendo prisionero- es llevado a una suerte de concejo donde se reunieron los lores de las casas pertenecientes a Westeros.

 

 

A pesar de la comprometedora situación en la que debió haberse encontrado Gusano Gris al percatarse de la muerte de la reina a quien juró lealtad vitalicia, en lugar de arrebatarles la vida a Jon Snow y a Tyrion Lannister, decidió comunicarse con los líderes de la nación para decidir el destino del trono; asimismo, sobre los castigos pertinentes para los prisioneros.

Valiéndose del recurso que le ha salvado la vida en el transcurso de 8 temporadas, Tyrion Lannister les explica a los presentes que no hay nada que una más a las personas que las historias, lo que hace a Bran la mejor opción para desempeñar el cargo.

De todos modos, tal y como se había mencionado en una conversación con Varys en episodios anteriores, lo que Westeros verdaderamente necesitaba era la llegada de un monarca sin genuinas ambiciones de poder, y que así solo pudiese velar por el bien de sus súbditos.

 

Llegado este punto, se podría interpretar el hecho de que Bran, conociendo los objetivos y las historias de cada uno de los presentes, se encontraba en las facultades de identificar las decisiones que eventualmente lo llevarían a convertirse en rey.

Sansa, quien además comprobó la teoría de que Bran no podría engendrar hijos, señaló que el Norte debía permanecer como un reino independiente, ante lo cual, Bran accedió. Así, cada uno de los personajes se acercaba cada vez más a su correspondiente desenlace.

 

Un lugar para bastardos y hombres quebrados

 

Cada uno de los Stark, incluyendo a Jon Snow desde una perspectiva de crianza, sufrió al menos una crisis identitaria a lo largo de la serie. En el 1×01 nos fueron presentados de una manera, mientras que con el transcurrir de los años su entorno los determinaba a actuar conforme lo que fuese necesario para sobrevivir.

 

 

Por otro lado, Ser Brienne of Tarth continúa con la historia de Sir Jaime Lannister en el libro blanco, narrando los hechos desde su captura por Catelyn Stark, hasta su muerte en King’s Landing.

 

De regreso en la Fortaleza Roja, en medio de su reconstrucción, Tyrion Lannister fue encomendado una vez más a la tarea de Mano del rey, lo cual, más que un castigo para enmendar sus decisiones erróneas, parecía una segunda oportunidad para demostrar su valor.

 

No obstante, se encuentra con que su nombre no aparece en las historias escritas por los archimaestres de la Ciudadela, lo cual puede interpretarse como una respuesta a una frase que previamente había manifestado a Jon Snow:

 

“El olvido es lo mejor que puedo esperar” – Tyrion Lannister.

 

Sansa Stark, la reina en el Norte

 

 

Sansa, quien desde niña soñó con ser reina, consiguió la independencia del Norte. Por primera vez en su vida, Sansa es capaz de decidir por sí misma, y la secuencia de su coronación no es más que un reflejo del nacimiento de su propia libertad.

 

Arya Stark, un alma inquieta

No es una lady, ni mucho menos la esposa de un lord. Arya Stark siempre ha sido un personaje tan auténtico como fascinante. Decidida a no regresar al Norte, emprende una travesía hacia el oeste de Westeros, con la finalidad de conocer territorios inadvertidos.

 

Mucho se habló sobre la profecía detrás de los ojos verdes que aún Arya debería cerrar para siempre. Pero, más allá de buscar víctimas en el repertorio de la joven Stark, es importante resaltar que ella misma acabó con su pasado y renunció a su identidad solo para recobrarla con mayor arraigo. Quizás los ojos verdes siempre fueron los suyos.

 

Mientras tanto, Jon Snow sería condenado a pasar el resto de su vida en la Guardia Nocturna, tal y como en el episodio piloto.

 

Para Jon, la Guardia Nocturna y, más específicamente, los salvajes que ahora habitan en ella, significan mucho más que una organización. El pueblo libre, lejos de títulos nobiliarios, hijos bastardos, apellidos y deberes en función de un rey, solo se preocupa por una cosa, tal y como lo expresó Tormund unos episodios atrás:

“Necesitamos espacio para deambular” -Tormund.

 

Así es como todos se despiden del Castillo Negro y se pierden en la densidad del bosque, donde Jon se encuentra a sí mismo en la libertad del Norte.

 

Por supuesto, ninguno de estos eventos podría cobrar vida sin las magistrales composiciones de Ramin Djawadi:

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Por: Gabriela Herrera | @gavahema | Culturizando

Con información de: BBC | El Comercio Perú | IMDb |