Describen baños de sangre en juicio del Chapo
Un testigo clave en el juicio del narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán describió el lunes el río de sangre que fluyó durante años en México debido a las actividades del cartel de Sinaloa que dirigía Guzmán y las violentas guerras entre carteles rivales.
Jesús Reynaldo Zambada, quien trabajó junto a Guzmán y le vendió cocaína durante cuatro años, declaró por ejemplo que la desconfianza que nació entre «El Chapo» y el narcotraficante Rodolfo Carrillo Fuentes, quien no estrechó la mano de Guzmán tras una reunión, resultó en el asesinato a balazos de Carrillo Fuentes en 2004.
Al año siguiente el también narcotraficante Julio Beltrán, del cartel de Sinaloa, acabó con la cabeza casi separada del cuerpo debido a los numerosos impactos de bala que recibió, dijo Zambada. El testigo dijo que «El Chapo» y el otro líder del cartel, Ismael «El Mayo» Zambada, querían matarlo porque Beltrán no respetaba órdenes.
Zambada es el hermano menor de «El Mayo» y ayudó en 2001 a Guzmán a escapar de las autoridades cuando «El Chapo» huyó de una cárcel de máxima seguridad en México. La relación entre Zambada y Guzmán se estrechó cuando Zambada supuestamente pagó en 2003 a un alto funcionario mexicano 250.000 dólares para que abortase una operación de arresto de Guzmán. En el juicio no se dijo el nombre del funcionario.
«El Chapo», que ha estado detenido en confinamiento solitario desde su extradición a Estados Unidos a principios del año pasado, se ha declarado inocente de los cargos de que acumuló una fortuna multimillonaria al traficar toneladas de cocaína y otras drogas en una amplia cadena de suministro que llegaba a Nueva York, Nueva Jersey, Texas y otras partes de Estados Unidos.
De ser declarado culpable, enfrentaría una posible sentencia de cadena perpetua.
Zambada, de 57 años, que ha estado custodiado por la policía desde 2008 y encarcelado en Estados Unidos, es el primero de varias personas que están cooperando con las autoridades estadounidenses y están testificando contra Guzmán con la esperanza de obtener una sentencia menos dura.
El lunes fue el tercer día que Zambada testificó, respondiendo preguntas de la fiscalía, que mostró fotos de narcos rivales y de miembros del cartel de Sinaloa y una imagen de una pistola con diamantes que supuestamente pertenecía a «El Chapo».
El abogado de Guzmán, William Púrpura, arrancó su contrainterrogatorio intentando debilitar la credibilidad de Zambada. Entre otras cosas leyó declaraciones que Zambada hizo en 2012, tras ser extraditado a Estados Unidos, y en las que no mencionaba a «El Chapo» como participante en ciertas operaciones de tráfico de droga y asesinatos. También le preguntó que cómo era posible que recordara frases que Zambada atribuía a Guzmán y que dijo que éste dijo hace más de una década.
«¿Usted sabe lo que es una telenovela? ¿Usted ha escrito alguna de ellas?», le preguntó Púrpura en un momento dado, en tono sarcástico.
Esta es la segunda semana de juicio en la corte federal de Brooklyn. Se espera que el proceso dure unos cuatro meses.
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