Deje de hablar de lo que le falta y comience a utilizar lo que sí tiene
Por Christopher Barquero | Life Coach @ChrisBarquero |
“Cómo lo voy a lograr si yo vengo de una familia pobre, nunca nadie de ellos ha logrado nada”; “los médicos me dijeron que no hay esperanzas”; “yo no puedo, no luzco bien, por eso no logro ese trabajo”; “no tengo los estudios que tienen los demás”; “no conozco personas que me puedan ayudar a obtener ese puesto que deseo”; “esa universidad es imposible para mí, cuesta mucho dinero”; “el jefe no me quiere, no le caigo bien, no voy a avanzar”; “a mi edad, ya no lo hice”; “me tocó ser pobre, quién sabe si en otra vida vea la luz”, “nunca voy a encontrar alguien que me ame”…
Las anteriores expresiones quizás le parezcan conocidas. No las saqué de una telenovela ni del programa de la señorita Laura, tampoco de “Mujer casos de la vida real”, son tan solo unas pocas de las muchas que Dios me pone a escuchar cuando las personas que confían en mí como instrumento para sanar y lograr sus objetivos, acuden a sesiones de coaching. Es la realidad, la mayoría en algún momento de nuestra vida, por aprendizaje, por factores sociales, por costumbre, nos hemos —y me incluyo—dedicado afanosamente a hablar de todo lo que carecemos, tanto que si hubiera un premio por eso, el asunto sería reñido y habrían olimpiadas con cantidad de candidatos a nivel mundial.
La cosa es muy sencilla: hablando de nuestra limitaciones no ganamos nada, para poder obtener lo que la vida, Dios, el creador, la fuerza, el universo, la luz o eso superior a nosotros que existe (si es que usted cree que existe) nos puede dar, tenemos que concentrar esa energía precisamente en reconocer nuestro ADN espiritual. Sí, tenemos un lado humano que tiende a las quejas y angustias, pero es más fuerte nuestra parte espiritual. O al menos debe serlo. Si usted elige reconocer, que para Dios —o como usted le quiera llamar— no hay imposible y que puede que usted no tenga los contactos para lograr un trabajo, puede que no tenga los estudios o el nivel para ingresar a tal universidad, puede que esté en una situación de salud ante los médicos complicada, puede que lo haya intentado y no ha logrado una pareja establece o que se merezca, pero a pesar de eso y por encima usted reconoce que la vida, el universo, la luz, la fuente, Dios puede cambiar sus circunstancias en segundos, entonces usted sabrá que todo es posible y que lo que necesita es tener fe, creer y saber que antes de un sí para que se materialice o concrete ese deseo que hay en su corazón, deben de haber algunos, varios, muchos, no de por medio.
Bájele las rayitas a lo que no suma y empiece su camino a llegar a full en la cobertura de reconocer que usted todo lo puede lograr. Se asombrará.
Cuando usted cree y no afloja en su fe ni abandona lo que desea simplemente a pesar de que le hayan dicho que “no”, que ya lo hablamos en otra columna, usted logra lo que desea. Parte de eso, es cambiar, —que también lo hemos visto—su manera de pensar y su manera de hablar. Si usted piensa en derrota, derrota será su constante, si usted habla de miseria o mediocridad, eso será lo que recibirá. Si usted habla de grandeza y reconoce, sin andarse comparando con los demás que usted tiene todo para lograr los deseos de su corazón y que cada vez que le digan un “no”, ese “no” le acerca más al “sí”, lo logrará. Pero con las mismas ganas y fuerzas que se ha dedicado a enfocarse, hablar y pensar en todo lo que le detiene y todo lo que tiene en contra, con esas mismas ganas desde su corazón debe brotar la fe de que lo va a lograr.
Con frecuencia me dicen: “ya a estas alturas, a esta edad, ya no fue”. Me da risa, y con todo respeto les pido permiso a la persona para sonreír, porque parece que tienen un acuerdo firmado que establece eso y lo hablan con tanta propiedad que cualquiera les cree. Cualquiera menos yo que soy testigo de que cuando se cambia esa mentalidad y si asumes que tienes un ADN espiritual de grandeza y que quien te concede el regalo de respirar todo lo puede, todo se logra.
Ya les he contado de los años que me la pasé quejando y enfocadísimo en lo negativo y lo que no, bueno, pues obtuve más de ello, me llovía sobre mojado y era porque yo pasaba con esa actitud, pensamientos y palabras poniendo límites a Dios, a la energía, fuerza, creador, universo —como quieran llamarle—para que manifestara sus maravillas en mi vida. Cuando solté, cambié mi patrón de conducta, de palabras, por medio de las afirmaciones y además empecé a modificar los pensamientos, todo cambió. Si algo pasa, es para algo y si algo no se da, o no es el momento o algo mejor se me concederá más adelante. Yo sé que merezco solo lo mejor como todos y lo acepto desde antes de tenerlo en mis manos o poder vivirlo. Me la paso retando a Dios, no pidiendo su misericordia, ni dándole quejas. Por ejemplos le digo: “si tu quieres que yo haga tal cosa a ver cómo le haces y me das el dinero, ese es tu problema no el mío”; y me llega de sobra e inesperadamente.
Muchos “no” he recibido en mi vida, rechazo y humillaciones y solo han servido para darme más fuerzas y para saber que simplemente un “no” más significaba que estaba más cerca del sí. Todavía sigo teniendo algunos “no” en mi vida, porque de pronto no es el tiempo, pero eso no me hace estar plena y absolutamente convencido de que voy a recibir el “sí” que merezco.
Cuando uno menos piensa en un abrir y cerrar de ojos la vida cambia, llega la persona que cree en ti, recibes una noticia de que banco te hará el préstamo para emprender tu negocio, aparece en tu camino el ser humano que fue creado para compartir contigo, de pronto llega el trabajo estabas esperando, obtienes el ascenso que deseas, los médicos no se explican pero tu enfermedad desapareció, en fin, es que no hay nada imposible para que nos sea dado, la cosa es que pocos vivimos esas manifestaciones y viviremos más, porque somos pocos los que tenemos fe. Deja de estar concentrándote en tus circunstancias o lo que piensan o dicen los demás, tú tienes una luz interna que es más grande, más poderosa y que te dará todo lo que deseas y que sea bueno para ti.
Y tú, ¿qué deseas?, ¿seguir sufriendo eternamente, creyendo que nada de lo que deseas puede llegar y dando gracias por sobrevivir? ¿O te vas a atrever a pensar en grande, a tener pensamientos de ganador, a reconocer que los deseos de tu corazón te serán dados y más?
Hay que tener fe, de pronto no te dan el ascenso que deseas en el trabajo, no pasa nada, algo mejor vendrá. A los meses verás como lo que deseabas era poco a la posición que te ofrecen. “Eso no es para mí, estás loco Chris”, dirá usted. Es su elección pensar así, cuando lo hace, limita que las bendiciones y evita que todo lo que la vida tiene para usted se manifieste. Además, vivirá frustrado, amargado, triste, con resentimiento, rencor. Y no me diga que no, que varios años de mi vida los pasé así.
Vacíese de todo lo que limite que usted tenga lo que desea, que viva la vida de sus sueños. Es posible. Tan solo depende de su parte, de cómo piensa, de lo que crea, de lo que elija sentir, de su actitud, de confiar, de tener fe. No pasa nada si no se ha dado, esté seguro que en unas semanas, meses, años se dará, si realmente usted desea algo no quite el dedo del renglón, por más “no” que reciba, esos “no” son humanos, hay una fuerza más grande que tiene un “sí” y algo mejor y más grande de lo que usted espera en su vida. Si piensa así no perderá nada, al contrario se va a sentir mejor, tendrá más fuerza, más ganas y podrá seguir el camino sin que los no le afecten.
Y si crees que es cosa mía, recientemente leí un artículo sobre la importancia de incrementar el coeficiente de optimismo porque cuando usted espera cosas buenas, cosas buenas se manifiestan en su vida. En resumen ahí hablan, en otros términos, de reconocer su ADN espiritual, dicen que cuando usted se reconoce como el mejor, quien hace las cosas mejor, y tiene confianza en usted, logra lo que se propone. Y es que está enviando esa energía al universo, a la vida, a la fuente, o a Dios, entonces es eso lo que se devuelve. Mientras que la gente que se dedica a solo ver lo malo o las situaciones que tiene que superar, no logra, no viajar, no obtiene lo que desea. En serio que eso sucede y yo puedo dar fe de ello. Y pues ni loco que voy a volver a aquella época de queja y comparación y de sacar a flote solo lo que yo creía que estaba mal. Soy humano y tengo mis guerras espirituales como todos, con un personajito no tan blanco me dice al oído: “no puedes, estás loco”, pero inmediatamente lo hago desaparecer, confesando que ese pensamiento no es mío, que no lo acepto, no lo quiero. A mis coachees siempre les digo que cuando viene un mal pensamiento digan: “reconozco que este pensamiento no es mío, no lo quiero, fuera de mí”, “amo ver y sentir sólo lo bueno”, “amo ver la perfección en mí”.
Tenga fe, agradezca lo que tiene, no se compare, crea, hable de su grandeza. Diga: “puede que ahora no disponga del dinero necesario para este proyecto, pero sé que llegará, yo me lo merezco, estoy en esta tierra para algo más que robar oxígeno, fui creado para maravillarme de todo lo que se posible lograr. Tengo un Padre que todo me lo da. El universo conspira a mi favor. La luz se manifiesta en mi vida en todos los aspectos. Tendré la salud que debo tener, la pareja correcta llegará a mi vida, del trabajo que deseo ya me están buscando”.
Inicie cada mañana con el ejercicio que siempre recomiendo de verse al espejo y dígase: “hoy doy pasos para lograr mi sí, merezco lo mejor y lo acepto, tengo salud, el bienestar es en mí, avanzo en mi profesión, recibo abundancia y prosperidad”. Deje que la vida le inunde de cosas buenas. Y conste, no es esto un club de optimismo se trata simplemente de reconocer su ADN espiritual, la materia de que usted está hecho y del porqué fue creado para estar en esta Tierra.
Deje de hablar de lo que no ha logrado, lo que no ha sucedido o está esperando y empiece a reconocer en cambio todo lo que tiene, reconozca de quien es usted creación y reciba todas las herencias que le corresponden.
Tienes que creer, en ti, en la vida, en lo que puedes lograr y en que hay una mano humana superior a la de quien te dio la vida, que en cuestión de milésimas puede cambiar todo, pero está en ti creer para que eso suceda. De lo contrario, las cosas, te lo garantizo, irán como han estado yendo.
De acuerdo a tu fe te será dado, dicen por ahí, pero antes serás probado.
Ni hablar, todo lo bueno cuesta, pero con fe se hace más fácil.
No basta con poner en práctica todos los consejos que te he dado en anteriores columnas para lograr tus metas en todas las áreas de tu vida, sino crees que las mereces y que están escritas para tu vida desde antes de que vieras la luz y empezaras a recorrer el planeta Tierra.
¡A creer!
Y ante todo recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!
Christopher Barquero | Twitter: @ChrisBarquero | Facebook: Chris Barquero | Instagram: @ChrisBarquero
Christopher Barquero es periodista, productor y conductor de televisión costarricense radicado en México. Trabaja para la cadena Televisa y es colaborador de CNN. También dirige su propia agencia de relaciones públicas y mercadeo. Christopher es Life Coach, dedicado a impartir sesiones de Life Coach, Coach Ejecutivo y Empresarial. Es ferviente seguidor de las filosofías para el desarrollo, crecimiento personal y espiritual del ser humano, así como todo lo relacionado con la inteligencia emocional, autoayuda, meditación, metafísica, alimentación, ejercicio, programación neurolingüística, aplicación mental, kabbalah y yoga. Actualmente escribe su primer libro, una guía para el bienestar emocional, físico y espiritual.
Foto: Hombre triste / Shutterstock
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