Cómo cambiar el disco rayado del lenguaje interior del miedo: 5 formas
Por Daniel Colombo | Así como hablamos con nuestra voz y los gestos para expresarnos, existe también la voz interna; esa que permanentemente está dialogando en nuestro interior, a veces en forma positiva y muchas otras, limitándonos.
Como posiblemente sabes, el lenguaje con el que “nos” hablamos es creador de la realidad que vivimos en el mundo. Si permanentemente estoy diciéndome “Pero”, “No sé”, “No puedo”, “No soy capaz” o “Es imposible”, se genera por dentro un bucle que no permite que expandamos los límites y es así como quedamos atrapados en realidades que no tienen nada que ver con las que queremos lograr.
Así, lo que diseñas como una posibilidad de realización (por ejemplo, un objetivo específico a alcanzar) muchas veces es frenado por el lenguaje interior del miedo.
Se trata de una forma de hablar-te que tú mismo has aprendido y que sigues repitiendo internamente en forma subconsciente. Para graficarlo, es una especie de diccionario restrictivo conformado por todas las palabras e incluso las emociones que éstas generan, las ideas asociadas a las experiencias de tu vida, y las creencias que determinan tus paradigmas (eso que has hecho inmutable y todos los “es así y punto” de tu vida), a partir de un diálogo rumiante en el bullicioso espacio de la mente. Luego, ese diccionario crea las realidades en lo externo.
Cambia el disco rayado y cambiarán los resultados
Debes saberlo de una vez: el lenguaje interior del miedo te restringe en todos los aspectos de tu vida.
Si quieres mejorar el nivel de logro de tus objetivos y propósitos es fundamental reconocer y empezar a trabajar el lenguaje interior del miedo, debido a que, si aprendes a relacionarte mejor con esta parte de tu estructura del ser, podrás adquirir mayor destreza y habilidad para afrontar cualquier cosa que ocurra. Incluso eso que te asusta.
El miedo es una emoción básica que todos llevamos encima. Aparece con cierta frecuencia, no sólo con el fin de prevenirnos, sino de cortar de raíz nuestros sueños y aspiraciones. Como sabes, provoca comportamientos propios de la respuesta de estrés y una respuesta conocida como de lucha o huida, es decir, quedarme y afrontar la situación, o huir de ella con el aparente deseo de que “aquí nada ha pasado”. Aunque sí pasó, se siente y queda una huella en nuestro registro interno.
Cuando sentimos un miedo de cualquier tipo el cuerpo responde: aparece la tensión, apretamos los puños, quizás gritamos o nos enmudecemos y ponemos pálidos al no saber cómo proceder. Es una poderosa respuesta instintiva para mantenernos lejos del peligro, aunque también nos afecta cuando lo exageramos desde la fantasía.
También es asociativo: ante un estímulo parecido a algo que vivimos en la realidad o en fantasías, tendemos a responder de la misma forma; incluso con la misma interpretación, juicios y paradigmas que aparecen, y la recreación de emociones prácticamente iguales a las que relacionamos con aquel estímulo original.
Por ejemplo: quieres emprender tu primer negocio, tienes la idea y los recursos para hacerlo; … pero tu miedo te mantiene en un diálogo interno que diría cosas como: “¿Y si sale mal?”, “No es el mejor momento del país para empezar mi comercio” o “A mi primo Juan le fue mal con su negocio; así que debe ser algo muy complicado y no podré lograrlo”, etcétera. El lenguaje interior del miedo agregará cosas como: “No eres capaz”, “No sabes hacerlo”, “Serás infeliz”, “Deberás trabajar todo el día como una bestia” y frases parecidas para desanimarte y boicotearte.
5 ejercicios para redefinir tu lenguaje interior del miedo
Es posible desarrollar un mejor diccionario interior con relación al miedo. El resultado será una vida más plena, sin “freno de mano” puesto al andar cada día, y con mayor libertad en todos los aspectos:
1) Observa lo que expresas en palabras hacia afuera
Todo lo que manifestamos hacia afuera parte de una realidad interna: no hay casualidades. En este caso, se trata de tener la mente consciente y observando la terminología, expresividad, tipo de pensamientos que mantienes con mayor frecuencia, para que puedas determinar cómo se generan desde adentro tuyo.
2) Espeja el lenguaje de otros
A veces es más sencillo observar a los demás que a nosotros. Aquí la invitación es que te conviertas en un observador de diálogos y conversaciones de todo tipo, y que detectes cómo se expresan las personas: qué dicen en palabras, qué con sus gestos y qué con su tono de voz e intencionalidad. Lo de “espejar” te servirá para identificarte con aspectos parecidos a los tuyos, tanto en lo constructivo como lo limitante. A partir de observar a otros, podrás tener mayor claridad sobre tu comportamiento inconsciente y proponerte mejorar si así lo eliges.
3) Escribe las 20 palabras más frecuentes que utilizas cada día durante una semana seguida
Este es un ejercicio interesante para tomar consciencia de qué tipo de términos decimos (y nos decimos) con asiduidad. Podrías agruparlos en dos columnas: términos reactivos y proactivos (los que suman, los que te ayudan a crecer).
4) Pregúntales a otros
Una buena herramienta es preguntar a nuestro círculo directo que nos revelen qué piensan acerca de tu lenguaje: lo que dices, cómo lo dices, qué intención le pones, y, sobre todo, si el mensaje que quieres transmitir es concordante con lo que finalmente expresas.
5) Puntos de referencia
La próxima vez que te aparezca un lenguaje restrictivo interno basado en algún tipo de miedo o temor, frena: detén el pensamiento, toma unos pocos segundos para ver de dónde proviene. Posiblemente parte de puntos de referencia del pasado que, como los asocias con algún estímulo del presente, traen la misma carga emocional y así estás reviviendo de alguna forma aquel sentimiento.
Técnica STOP
Cuando sientas que estás preso de tu lenguaje interno del miedo aplica la técnica STOP del entrenador Timothy Gallway:
S – Stop (Deténgase) > Frena ese primer pensamiento que produce el lenguaje del miedo
T – Think (Piense) > Analiza y piensa sobre su motivo y recondúcelo hacia el opuesto.
O – Observe (Observa) > Elévate por sobre el pensamiento limitante del lenguaje de tus miedos, y míralos desde distintas perspectivas. ¿Qué quiere decirte? ¿Qué viene a revelarte? ¿Para qué lo hace? ¿Qué hay en la raíz de ese lenguaje limitante del miedo?
P – Proceed (Proceda) > Una vez que has sacado las conclusiones, procede en el camino que vaya más a tu favor, apoyando tu crecimiento y desarrollo.
Como en todo lo referido a cambios de comportamiento subconsciente es necesario practicarlo hasta transformarlo en un hábito saludable para tu vida. Vale la pena hacerlo.
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