Enero 04, 2019

Cinco remedios populares para la resaca revisados por expertos

Cinco remedios populares para la resaca revisados por expertos
Shutterstock / Antonio Guillem

Sally Adams, University of Bath y Craig Gunn, University of Bath

Creer que la resaca es sobre todo consecuencia de la deshidratación es un error muy extendido. El consumo excesivo de alcohol puede conducir a la inflamación del estómago y los intestinos, afectar a la calidad del sueño y producir sustancias tóxicas que provocan vómitos, sudoración y un aumento del ritmo cardíaco. Esta investigación indica también que la resaca puede minar la capacidad de concentración y de retención de información .

Lo que la investigación no nos ha revelado, sin embargo, es una prueba creíble acerca de la cura para la resaca. Las celebraciones dejarán a muchas personas con los ojos entreabiertos, buscando desesperadamente un remedio, así que iremos exponiendo qué funciona y qué no para sentirse mejor después de una noche regada con alcohol.

1: Agua

¿Qué he hecho?
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La deshidratación es uno de los síntomas más frecuentes de la resaca. El alcohol nos hace orinar con más frecuencia debido a su carácter diurético, por lo que beber alrededor de cuatro copas puede eliminar entre 600 y 1.000 mililitros de agua del cuerpo.

El consumo excesivo de alcohol puede producir también sudoración, vómitos y diarrea, lo que hace que el organismo pierda líquidos. Como consecuencia, la deshidratación se manifiesta con síntomas que incluyen sed, debilidad, sequedad en la boca y mareos.

Beber agua puede aliviar algunos de estos síntomas, pero la deshidratación suele ir acompañada de un desequilibrio electrolítico. Aunque no desaparecerán todos los síntomas, combinar el agua con la ingesta de un suplemento de electrolitos puede ayudar.

2: La fritura de toda la vida

Voy a dejar el plato limpio.
The-E/Flickr, CC BY-NC-ND

Uno de los remedios tradicionales para la resaca es un contundente plato de bacon y huevos. Pero, ¿son las frituras el Santo Grial que aparentan ser? Alimentos como el bacon, los huevos e incluso el brócoli contienen un aminoácido llamado cisteína, que según los científicos puede disminuir la cantidad de acetaldehído, un químico tóxico producido por el cuerpo a medida que metaboliza el alcohol.

El acetaldehído contribuye a aumentar la frecuencia cardíaca, así como a la aparición de náuseas y vómitos, pero las investigaciones que defienden los beneficios de ciertas comidas para curar la resaca son escasas. Dicho esto, se ha demostrado que comer alimentos con proteínas, grasas y carbohidratos antes de beber ralentiza la absorción del alcohol, por lo preparar el estómago para lo que se le viene puede ser una buena opción.

3: Cafeína

A veces ni el café ayuda.
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Una de las razones por las que nos sentimos tan mal después de beber es el efecto que el alcohol produce en nuestro sueño, que se puede ver reducido y su calidad empeorada. Sin embargo, ese cansancio se puede combatir con el estimulante favorito de todo el mundo: la cafeína.

Las investigaciones realizadas parecen señalar que aquellos que beben café de manera regular desarrollan una dependencia física a la cafeína, lo cual explica qué mucha gente necesite su dosis cada mañana. Pero para estas personas, tomar una taza de té o de café durante la resaca puede no ser suficiente para compensar las carencias en los procesos mentales y en los tiempos de reacción.

También hay pruebas que indican que las personas que no consumen cafeína de manera habitual no experimentan los mismos efectos (mejor rendimiento y mayor estado de alerta) que se aprecian en los consumidores regulares.

4: “La resaca se cura con más alcohol”

¿Está seguro de que es buena idea?
Elsie esq./Flickr, CC BY

Durante una resaca muchos dirán aquello de “no volveré a beber en mi vida”, mientras que otros se tomarán una cerveza o un vino para calmar los síntomas. Pero, en realidad, beber más alcohol durante una resaca puede ser muy peligroso. Los órganos vitales, como el hígado, necesitan tiempo para arreglar el daño producido por el consumo exagerado de alcohol. Algunos gobiernos recomiendan no beber alcohol durante las 48 horas siguientes a una borrachera.

Es más, consumir alcohol para “curar” la resaca podría ser un síntoma de un trastorno derivado de la ingesta de alcohol. Las investigaciones aluden a la relación de una alta frecuencia de resacas con una mayor probabilidad de desarrollar problemas con el alcohol. No está claro si la resaca es la causa o si lo es el consumo repetido de manera excesiva, pero en cualquier caso no es un método recomendable para curar la resaca.

5: Medicinas

Eh… no.
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Cada vez se lanzan más productos farmacéuticos dirigidos a los consumidores de alcohol con la promesa de que alivian los síntomas de la resaca. Las farmacéuticas afirman que estos compuestos funcionan porque hacen aumentar la velocidad con la que el cuerpo se deshace del químico tóxico acetaldehído. También se les atribuye la capacidad de reducir la inflamación y corregir los cambios químicos en nuestro cerebro que afectan a los procesos mentales.

No debería sorprender a nadie que actualmente no exista ningún medicamento que pueda acabar con la resaca. Lo que no está claro es si se debe a que las curas no funcionan o más bien a que su efectividad no ha sido completamente demostrada.

Por lo tanto, aunque estos remedios populares puedan ofrecer algún tipo de alivio de los síntomas de la resaca, no existe una cura o un tratamiento basado en la evidencia. La resaca es una compleja combinación de síntomas físicos y psicológicos producidos por varios procesos diferentes en el cuerpo y en el cerebro.

Además, pocos remedios para la resaca disminuyen las deficiencias en la concentración, la memoria y los tiempos de reacción, así como el bajo estado de ánimo y la ansiedad que algunos pacientes padecen. La única forma segura de evitar una mañana de desorientación y malestar es beber alcohol con moderación o, directamente, no beber.The Conversation

Sally Adams, Lecturer in Health Psychology, University of Bath y Craig Gunn, PhD Candidate, University of Bath

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

 

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