Cápsulas de reflexión: Hablemos de la autocompasión
¿Cómo sueles tratarte cuando las cosas no te salen bien? ¿Tiendes a victimizarte? ¿O a automotivarte? ¿Tiene algo que ver todo esto con nuestra capacidad de tener compasión hacia nosotros mismos?
Hola, soy Gisela Gilson, psicólogo y coach ontológico en formación, apasionada en el ejercicio de acompañar a las personas en esa incansable búsqueda de encontrar satisfacción vital, y un ser humano como tú, en constante proceso de evolución.
Hoy en el octavo episodio de “Cápsula de reflexión” hablaremos sobre la autocompasión, qué tan beneficiosa puede ser y si practicarla puede ayudarnos a cuidar de nuestra salud mental y emocional.
La autocompasión es un término que dentro de la psicología ha venido evolucionando, anteriormente tenía una connotación negativa pues se asociaba a la actitud de tratarnos con demasiada sutileza al punto de sentir lástima hacia nosotros mismos, y con esta actitud darnos permiso a quedarnos paralizados y no esforzarnos a avanzar.
Sin embargo, en los últimos años ha surgido una nueva corriente de pensamiento que asocia a la autocompasión con la inteligencia emocional, y la percibe como esa capacidad de poder asumir una posición privilegiada sobre los juicios de valor que cada uno de nosotros construye respecto a nuestras propias maneras de pensar, sentir y actuar.
Nos resulta más fácil ser compasivos con los demás, que serlo con nosotros mismos. Practicar la autocompasión nos ayuda a desarrollar una actitud emocionalmente positiva que nos permite ser “tocados” o conmovidos por nuestro propio sufrimiento, sin evitarlo o desconectarnos de éste, sino más bien a aceptarlo, a reconocerlo como una condición normal de nuestra naturaleza humana, pero además nos impulsa tener el deseo y el auto compromiso de hacer algo por nosotros mismos para aliviar ese sufrimiento.
Entonces no nos confundamos, la misma palabra nos indica su llamado de acción pues tratarnos con autocompasión es tratarnos CON PASIÓN, es decir CON PROFUNDO AMOR HACIA NOSOTROS MISMOS, que nos lleve a la capacidad de automotivarnos, de autorescatarnos frente a los momentos de adversidad que a todos nos toca en algún momento enfrentar.
Ahora bien… ¿Cómo podemos lograr ser compasivos con nosotros mismos?
Para aprender a tratarnos con COMPASIÓN debemos tomar en cuenta tres acciones claves:
- Primero, Ser amables con nosotros mismos, escúchese bien, ser amables, no negligentes, esto implica que como seres humanos, podemos y tenemos el derecho de conectar con nuestras fragilidades, nuestra vulnerabilidad y podemos porque además, es normal, sentirnos por momentos decaídos o tristes. Debemos evitar decirnos cosas que nos desconecten con nuestras emociones, como por ejemplo: -Debo ser fuerte. Y más bien aceptar lo que nos pasa con afirmaciones como: -Tengo el derecho de sentirme triste o molesta/o, -Estoy triste y sé que esto pasará.
- El segundo accionar al que nos invita la autocompasión es al Aceptar a la falibilidad como una condición humana, es decir comprender que errar es también parte de nuestra naturaleza, y por ello debemos evitar juicios con los que nos descalifiquemos, como: -soy un inutil, -no valgo para nada, y cambiarlos por oraciones que nos inviten y alienten a aceptar nuestras debilidades y a perdonarnos, como por ejemplo: -Acepto que me equivoqué y evitaré repetirlo.
- El tercer accionar está relacionado con Practicar Mindfulness, es decir, vivir en atención plena, aceptando nuestro aquí y nuestro ahora, pero además hacerlo con actitud contemplativa, sin prejuzgar lo que estamos viviendo, evitando afirmaciones como: -Esto malo que me esta pasando, -Esta desgracia que me ha tocado vivir, y más bien darnos la oportunidad de ver todo lo que nos pasa desde distintas perspectivas, incorporando cada momento sea agradable o no, como una experiencia más y así abrirnos a la posibilidad de aprender de ellas y comprender que TODO lo que nos pasa tiene un propósito en nuestras vidas.
Por último ser compasivos con nosotros mismos es reconocer nuestras limitaciones, y aceptar amorosamente la ayuda de otros. Mostrar nuestras debilidades ante los demás no nos resta valor, y más bien nos abre la posibilidad de vivir cualquier difícil experiencia de una manera más llevadera. Recuerda que pedir y aceptar la ayuda de otro, será siempre un signo de amor propio.
Soy Gisela Gilson, me despido y espero pronto, coincidir nuevamente contigo, en otra CÁPSULA DE REFLEXIÓN. Si necesitas ayuda y quieres saber más sobre este tema u otros, contáctame y sígueme por Instagram @capsulasdereflexión.
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