Busca ser excelente: la perfección no existe
Por Daniel Colombo |
En el lenguaje diario es posible que utilices la palabra “perfecto” o “perfección” en muchos contextos. Sin embargo, ese puede ser un gran imán de negatividad para tu vida, ya que la perfección no existe en este plano físico.
La publicidad, el mercadeo y tantas otras disciplinas, se esfuerzan en hacernos creer que es posible ser perfectos. Y lo que esto produce, desde la raíz, es una profunda insatisfacción y frustración, ya que no es posible alcanzarla aquí.
El rasgo más evidente es el querer ser perfeccionista en cualquier aspecto, lo que presupone un nivel muy alto de desgaste personal, ya que por lo general siempre hay algunas cosas que salen de control. Una postura excesiva respecto a cómo debe ser todo a tu manera, sin posibilidad de fallar, es irreal y te lleva a lo único posible: enfermarte. Desde una visión más espiritual -no necesariamente religiosa- si bien hay un aspecto que sí es perfecto en sí mismo, tu Alma, todo lo demás en el hacer en el mundo, la convivencia y la experiencia social, no lo es.
Sin embargo, a lo que sí puedes acceder es a la excelencia.
· Distinciones importantes
En Internet, para Wikipedia, encontramos que “el perfeccionismo es la creencia de que la perfección puede ser alcanzada. En su forma patológica, es la creencia de que cualquier cosa por debajo de un ideal de perfecciones en inaceptable.” Esto significa que te embarcas en una búsqueda sin final, utópica e inalcanzable.
Los perfeccionistas no aceptan los errores; o bien, cuando lo hacen, les sale su peor parte.
La falsa creencia de que tú eres perfecto se contrastará con la realidad: no lo eres, ni lo serás. Acéptalo y empieza por allí para flexibilizar tus paradigmas de perfección. Eres un ser humano; y los humanos somos falibles.
Para tener más consciencia acerca de lo posible en este mundo terrenal, puedes buscar y esforzarte en alcanzar la excelencia: “es un talento o cualidad de lo que es extraordinariamente bueno y también de lo que excede las normas ordinarias. Es también un objetivo para el estándar de rendimiento.”
Esta definición es más razonable, y, de hecho, la siguen millones de personas que se destacan por sobre la media y tienen desempeños extraordinarios en distintos campos de la vida.
Somos imperfectos. Por lo que buscar la perfección es una utopía (Daniel Colombo)
· Precios automáticos que pagas por ser perfeccionista
1. Vivir insatisfecho con toda tu vida.
2. Ser infeliz.
3. Sentirte decepcionado por ti y por los demás.
4. Creer que eres un ser de otro mundo, que no encajas aquí porque eres perfecto.
5. Te alejas de las personas porque no son como tú.
6. Te exasperas más a menudo porque no consigues la perfección que buscas.
7. Le encuentras el pelo al huevo en todas las cosas.
8. Vives basado en buscar el error para agarrarte de eso y hacer una vida de pesadilla.
9. Te estresas innecesariamente por estar tan atento a no fallar.
10. No aceptas equivocarte, y mucho menos, que los demás fallen.
· Pasos para cambiar
Primero: Acéptate falible. Empieza a ver tus fallos como algo natural; corrige cada cosa, y llévala hacia tu mayor nivel de calidad y excelencia.
Segundo: Acepta a todos los demás como falibles. Esto puede ser el mayor desafío, ya que es más sencillo ver los errores en los otros. Colócate en el lugar de motivar e inspirar a dar lo mejor de sí, tanto tu como los demás que te rodean.
Tercero: Establece marcos de excelencia para cada tarea que vas a realizar. Teniendo esto en claro, es posible superarte día a día, sin estar apegado a que todo salga perfecto.
Cuarto: Disfruta de la excelencia. Un trabajo muy bien hecho, tiene rasgos excepcionales de calidad. Aprecia los detalles por sobre la conducta que has mantenido de ver lo que no salió según tus expectativas.
Quinto: Modera tus expectativas. Ni tú ni nadie podrán hacer las cosas a la perfección. Entonces, sé razonable y ecuánime respecto a lo que se puede esperar de cada situación.
Sexto: Establece un patrón de excelencia, con un plan A, B y C sobre el que te podrás deslizar cuando debas ajustar la ejecución de las cosas, con igual cualidad distintiva de alta performance.
Séptimo: Baja tu autocrítica. Al haber vivido hasta ahora pensando en términos de perfección, es posible que necesites cambiar tus patrones mentales. Hazlo paso a paso. Una frase como “Estoy haciendo mi parte con excelencia y total compromiso para el mejor resultado final” puede ayudarte a moderar esta auto exigencia desmedida.
Octavo: No seas déspota. Los perfeccionistas son tiranos consigo y con los demás. Baja del pedestal, colócate a la par de los demás, y haz tu mejor desempeño, siempre. Sin excusas.
Noveno: Reconoce tus logros en esta nueva forma de realizar tu vida. Haz lo mismo con los demás. Muévete siempre hacia el mejor resultado posible.
Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr | Ig: @daniel.colombo
Coach especializado en alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; escritor y comunicador profesional
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