5 dudas y respuestas sobre los GeFe(s): Gerentes de Felicidad en las empresas
Por Daniel Colombo | Todo cambia en el mundo del trabajo. Las nuevas generaciones, el paso a retiro de las personas mayores, las flamantes carreras que toman la delantera y las habilidades de hoy -que no son las que se buscaban hasta hace sólo dos años-, son aspectos diferenciales de esta reinvención, fomentada por el avance tecnológico y las transformaciones permanentes.
En este contexto están surgiendo posiciones de GeFe, Gerentes de Felicidad, también llamados Gestores de Felicidad, encargados de desarrollar, sostener e impulsar el bienestar interno en la empresa.
En estas preguntas y respuestas encontrarás muchas claves para entender este nuevo fenómeno, que marca un nuevo mapa conceptual dentro de las relaciones del trabajo, y que, si se ejecuta bien, se traduce no sólo en mayor productividad en beneficio de la empresa, sino en la vida personal de los colaboradores.
¿Qué es un Gerente de Felicidad?
Con la inclusión de nuevas generaciones de empleados y las brechas generacionales y hasta multiculturales que irrumpen en el mercado laboral, la cuestión de la felicidad es central actualmente, puesto que promueve en gran medida la permanencia de las personas en sus puestos, y la salud del clima interno. Así aparece el concepto de GeFe (Gerente de Felicidad o Gestor de Felicidad) en las empresas, que se dedica específicamente a crear un entorno de mayor bienestar en los distintos aspectos del desarrollo del capital humano de una empresa.
¿En qué se diferencia de los profesionales tradicionales de recursos humanos, y qué características tiene un GeFe?
Algunas de sus características son una marcada aptitud de servicio, cercanía y empatía con los trabajadores; habilidades blandas muy desarrolladas (comunicación, entendimiento, diseño de procesos blandos, inteligencia emocional); preparación en temas clave como negociación, coaching, counselling (consejería psicológica), creatividad e innovación. A su vez, un GEFE sabe armar equipos y potenciarlos, juntar las partes discordantes de la empresa y ayudar a que funcionen orgánicamente, y, a la vez, creando espacios de intercambio de experiencias dentro de lo que genéricamente se llama mejora del clima interno en una empresa.
El GeFe no necesariamente proviene de las áreas de Recursos Humanos: es más, las empresas prefieren profesionales que tengan más cualidades humanas que técnicas en este aspecto; por lo que cierto tipo de líderes (que la misma organización empodera), pueden ser GEFES efectivos.
¿Qué se necesita para lograr mayor felicidad en el trabajo?
Es sumamente importante diseñar profesionalmente un programa estratégico de Felicidad en el trabajo. Muchas empresas creen que esto se trata de hacer acciones sueltas (por ejemplo, poner cartelería optimista en el espacio de trabajo; metegoles y sillones para descansar). Que quede claro: esto no es una gestión de felicidad en el trabajo; es una escenografía, si bien contribuye a crear, arquitectónicamente, espacios de mejor calidad. Lo que sí se requiere es constancia y permanencia para poder medir el resultado general. En este aspecto, los profesionales que trabajamos especializados en felicidad en el trabajo constituimos soportes importantes para las organizaciones, muchas veces metidos en su gran bosque que no les permite ver el árbol.
Lo importante es que se necesita un cambio desde la conducción de las empresas. Sin esto, ningún programa de felicidad en el trabajo tendrá éxito.
La felicidad en el trabajo no es declamativa como una serie de principios a seguir, sino que es algo activo cotidianamente; tanto como la cultura que tiene la empresa; y forma parte de ésta.
¿Qué beneficios aporta el trabajo de un GeFe a la organización y a los empleados?
Algunos de los beneficios más notables en el corto y mediano plazo (entre 6 meses y un año como mínimo) son: mayor consistencia en lo que se hace cotidianamente; búsqueda de sentido (el para qué hacemos lo que hacemos); mantiene vivo un espíritu de colaboración; fija estrategias para acompañar procesos difíciles que suelen pasar las empresas (fusiones, adquisiciones, reducciones o ampliaciones de personal, mudanzas); contribuye a mejorar los espacios, y optimizarlo; aporta visiones nuevas a partir del feedback que le dan los colaboradores; ayuda a que la compañía se comunique mejor; crea puentes y canales de diálogo de otras formas a los tradicionales de las áreas de RRHH; sostiene una estrategia de mayor bienestar compartido entre todos; ayuda a clarificar momentos de confusión y tensión; articula programas internos y externos que ayudan a la captación y retención de talento. También genera prácticas saludables en distintos aspectos: mental, físico, cuidado de la salud, tiempo de reflexión, etc.; promueve buenas prácticas corporativas del cuidado de los empleados, desde todas las perspectivas posibles: salarios justos, condiciones apropiadas, mejoras de procesos, ayuda a esclarecer conflictos, etc.; y mide el nivel de felicidad dentro de la empresa mediante índices, informes, encuestas y otras metodologías que se pueden implementar.
Un GeFe y la estrategia de felicidad y bienestar en el trabajo, ¿es aplicable a todo tipo de empresas?
La respuesta es “Sí”. Tanto en los pequeños negocios o las grandes empresas pueden fomentarla y desarrollarla, porque, desde la compañía, nace de una intención y un espíritu de que los empleados estén mejor en todos los aspectos posibles -no sólo en los escritorios, la luz natural o lo que ganen, o el salario emocional cotidiano-.
Foto: Shutterstock
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