Ochenta y cinco personas poseen la misma riqueza que la mitad de la humanidad
Esta semana se celebrará en Davos la asamblea anual del Foro Económico Mundial, en el que participan líderes empresariales, líderes políticos internacionales y periodistas e intelectuales. En este contexto, la ONG Oxfam Internacional ha presentado un informe que denuncia la desigualdad creciente entre pobres y ricos en el mundo, y hace algunas recomendaciones. Entre ellas, valentía política para frenar la influencia de la riqueza en la gobernanza de los pueblos.
Esta semana (entre el 22 y el 25 de enero) se celebrará en Davos la asamblea anual del Foro Económico Mundial , que reúne a los principales líderes empresariales, los líderes políticos internacionales y periodistas e intelectuales selectos, para analizar los problemas más apremiantes que enfrenta el mundo.
La desigualdad económica del planeta es uno de estos problemas: la brecha crónica entre los ingresos de los ciudadanos más ricos y los más pobres fue señalada por el informe Global Risks 2014 del propio Foro Económico Mundial en 2013, como “la segunda mayor amenaza mundial de los próximos 12 a 18 meses”.
En este contexto, la ONG Oxfam Internacional ha presentado el informe Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, que se difundirá en Davos, con la esperanza de que los participantes en el Foro Económico Mundial realicen los compromisos necesarios para contrarrestar el avance de la desigualdad en el mundo.
El informe de Oxfam pone de manifiesto que la desigualdad económica extrema es perjudicial y preocupante por varias razones: además de ser moralmente cuestionable, puede repercutir negativamente en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, así como multiplicar los problemas sociales. Asimismo, agrava otro tipo de desigualdades, como las que existen entre hombres y mujeres.
En muchos países, la desigualdad económica extrema resulta además preocupante debido a los efectos perniciosos que la concentración de riqueza puede acarrear para la equidad en la representación política.
Cuando la riqueza se apropia de la elaboración de las políticas gubernamentales secuestrándolas, las leyes tienden a favorecer a los ricos, incluso a costa de todos los demás. El resultado es la erosión de la gobernanza democrática, la destrucción de la cohesión social y la desaparición de la igualdad de oportunidades.
Datos alarmantes
Como consecuencia de la magnitud del incremento de la concentración de la riqueza, de la monopolización de oportunidades, y de la inequidad en la representación política, casi la mitad de la riqueza mundial actual se encuentra en manos de sólo el 1% de la población, denuncia Oxfam.
Así, la riqueza de ese 1% de la población más rica del mundo asciende a 110 billones de dólares, una cifra 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee la mitad más pobre de la población mundial.
Asimismo, la mitad más pobre de la población mundial posee la misma riqueza que las 85 personas más ricas del mundo; y siete de cada diez personas viven en países donde la desigualdad económica ha aumentado en los últimos 30 años. En países como España, las 20 personas más ricas poseen una fortuna similar a los ingresos del 20% de su población más pobre.
Fuente: Tendencias21
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