Motivos para agradecer los cambios
Claves para aprender y crecer por @MaViGangi / Como sea que te haya tratado este año de cambios… Quiero decirte que sí hay motivos para agradecer los cambios en el 2020.
Gracias por leerme y estar aquí, junto a mi, aprendiendo y creciendo, estamos juntos en esto.
Hoy quiero comenzar hablando sobre algo a lo que muchos le tememos, el cambio.
La constante de este año ha sido el cambio, y no hay que ser filósofo para darse cuenta de eso. La nueva normalidad es ahora y lo será por algún tiempo algo normal, porque luego vendrán más cambios.
El ser parte de la aldea global de nuestro planeta nos obliga a evolucionar con todo lo que nos pasa. Y lo que nos pasa, siempre, es el cambio, es una constante que nos obliga a la natural evolución en todos los aspectos de la vida, de eso no hay duda.
Motivos por los que rechazamos el cambio
Pero nos cuesta, a pesar de que sí, es normal que las cosas cambien, nuestro cerebro está programado para actuar instintivamente repitiendo patrones de conducta y emocionales que hemos vivido en el pasado. Por eso odiamos, por eso amamos, por eso tenemos gustos y eso en parte nos hace únicos, también nos hace predecibles. Y también nos hace resistirnos al cambio, algo que hemos ejercitado bastante este año, y en algo en lo que hemos tenido que trabajar para poder evolucionar con la circunstancia que vivimos actualmente en el mundo.
Si alguien me pregunta, cómo definiría el 2020, yo diría que es el año de los cambios, así lo recordaré por siempre.
Aceptando los cambios
Para poder aceptar este curso natural de la humanidad hace falta que tomemos conciencia plena de todo lo que está pasando y como todo en la vida, para superarlo, lo que hace falta es aceptarlo, digerirlo. Y parte de eso es llorarlo, reírlo, recordarlo, sentirlo y… seguir adelante. Cuando nos negamos a lo que está pasando lo que hacemos es tapar el sol con un dedo.
En contraste, cuando vemos la película, cuando analizamos -con la mente- todo lo que rodea a ese cambio inevitable que nos tocó, dejando por un momento a un lado las emociones, las consecuencias inmediatas, le encontramos un sentido diferente, que con el tiempo, vamos a ir descifrando con mucha más claridad. Y solo así podremos aceptarlo, pasar la página, avanzar y agradecer.
Todo esto también nos debe llevar a tomar conciencia de que no estamos solos, que lo que hacemos importa no solo para nuestras vidas sino también dentro de nuestra comunidad y hasta del mundo.
Agradecer ante la adversidad no es fácil, requiere de mucha voluntad, de mucha paciencia y sobre todo mucho amor por nosotros mismos y por todo lo que implica ese cambio. Agradecer es un resultado generoso.
Para ser agradecido hace falta tener la humildad a tope, saber tomar algo que ahora parece negativo como por ejemplo un despido, una separación física, o hasta ese no que te dijeron. Y transformarlo en algo positivo, viendo más allá, viendo la oportunidad de hacer algo mejor, de actuar como siempre quisiste, de comenzar de nuevo o continuar con algo habías dejado a un lado. Tenemos la capacidad de convertir cualquier cosa que nos pase en algo productivo, ¿cómo? Con la voluntad, con la fe, con la confianza, con la fortaleza, con todo lo que hemos aprendido en el pasado y agradeciendo.
Solo agradeciendo reconocemos que ese cambio sirvió para algo.
¿Aún crees que no es posible agradecer el cambio?
Te voy a poner un ejemplo, este año un cliente me dejó en el aire, alguien en quién empleé tiempo, con quién llegué a sentarme a discutir todo sobre su marca personal y su futuro.
¿Qué hizo él? Se desapareció, ignorando mis mensajes y correos electrónicos. Y también puso en práctica los consejos que le dí. Todo le está funcionando… Lo veo en sus redes, sigue muchos lineamientos que le di para que su marca personal fuera más sólida, es constante y es consistente.
¿Qué hice yo? Lo primero que hice fue decepcionarme de él como persona, me dio rabia soy humana es normal. No me quedé así… luego puse la razón sobre la emoción. No culpé a nadie, ni a mí ni a él. Esto que me pasó me ayudó a darme cuenta de que no estoy equivocada en lo que hago, amo mi trabajo y ver que algo que yo propuse tiene resultados es una de las primeras cosas que agradecí en este caso en particular.
¿Qué más hice? Dejé de perder el tiempo en escribir mensajes para rescatar a ese cliente, pasé la página.
Esta persona rompió lo primero que debe existir en una relación, la confianza. No me tomen a mal, no le tengo rencor, simplemente ya conozco mejor a esa persona. Yo soy promotora de las segundas y terceras oportunidades… si se restaura la confianza y si el cliente decide volver a trabajar conmigo, yo no voy a tener problema en volverlo a ayudar, pero no puedo dejar que ocurra lo mismo de antes, y como sé que le cuesta adaptarse a las condiciones de pago, estas tendrán que ser menos flexibles.
Lo vi en zoom out pero sin generalizar, porque cada caso hay que verlo como único y particular. Además, aprendí de lo que pasó, y continúe, y fíjate que hasta le estoy sacando provecho porque lo usé como ejemplo.
¿Qué habría pasado si yo me hubiera quedado con ese veneno que producen las decepciones? Habría perdido tiempo valioso pensando cosas que a mí no me iba a servir para nada como… lo que le estaba pasando por la cabeza a esa persona, como lo ingrata que es esa persona, como lo mal que cae que no valoren el tiempo ni las capacidades que uno tiene y hasta cómo me perjudicó no haber recibido ese pago que dejé de percibir.
En fin que, eso que me cambió algo que yo tenía de alguna manera planificado me está sirviendo para mucho más de lo que yo pensaba. Y me ayudó a evolucionar, y fíjate que al final de cuentas lo que hice fue aceptar algo que yo no podía cambiar.
Todo esto no lo pude haber logrado sin realmente haber disfrutado el ayudar a ese cliente, lo que siempre digo de disfrutar el proceso y disfrutar hasta de aprender de los errores… Y allí es donde surge el inevitable y alegre agradecimiento.
Beneficios del agradecimiento
Practicar el agradecimiento nos llena el alma de generosidad. Agradecer el cambio, agradecer lo inevitable, nos lleva a reducir la insatisfacción, a ser más optimista y a adaptarnos a las circunstancias… Hasta nos ayuda a mejorar nuestra salud mental y nos eleva la confianza en nosotros mismos y el autoestima.
Agradecer hasta las críticas, porque esas críticas -cuando son reales- aunque sean negativas o sientas que son destructivas, tienen alguna razón de fondo y sirven para mantenernos alerta. Las críticas te puede llevar a mejorar algo, a cambiar, y al cambio ya sabemos que no hay que tenerle miedo, lo que hay es que agradecerlo.
Te dejo mucho en qué pensar…
Soy Mavi Gangi. Continuemos esta conversación en Twitter o Instagram. Me consigues como @MaviGangi. ¡Hasta la próxima!
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