‘¡La culpa no es de Pedro, ni de María, ni de Luis! La culpa es tuya’ por Daniel Mota
Así lo ve Mota |
Para los que necesitan aprender a asumir su responsabilidad
Sí a mí, Daniel Mota, me encomiendan una tarea que previamente ha sido planificada para tal fecha, tal día, con tales personas, no puedo encargar mi responsabilidad ni a Pedro, ni a María, ni Luis, la tarea es sólo mía y de nadie más.
Partiendo de las cargas familiares, laborales, y demás obligaciones y/o compromisos que tenemos día a día no podemos descuidar nuestras responsabilidades que, por cierto: van de la mano con nuestra integridad y eficiencia que es reflejada ante nuestro entorno. En muchas ocasiones muchos pudieran pensar ¨Es que no me dio el tiempo, Se me olvidó, yo le dije a él que lo hiciera por mí y no lo hizo¨, son alguna de las excusas o argumentos que pudiéramos escuchar cuando no se cumple del todo con el trabajo encargado. No solo es ser responsable en los planos mencionados, sino hasta en nuestras relaciones sentimentales.
El ritmo de vida que en la actualidad llevamos nos hace descuidar un poco la importancia que amerita ser responsable, tanto en el plano laboral como familiar. Una de las mejores maneras de ser responsables es Organizarse, bien sea tomando nota, escuchar bien, y hasta mirar a las personas cuando nos hablan a los ojos (Papel y lápiz siempre a mano, nos facilitará las cosas). Sin embargo, hay que apuntar que hay personas con mucha retentiva y otros que recurren a un Calendario planificado para ser más eficientes y cumplir con éxitos sus tareas, metas y responsabilidades. Cuando se nos confía un trabajo o el ejercicio de algo una cuartada muy sencilla y eficaz es priorizar.
De manera que si nos vamos de la teoría a la práctica sería algo como: Llega nuestro jefe, papá, mamá, amigo o todo aquél que requiera de nuestra capacidad y estamos despejados para ello, escuchamos bien lo que desea, apuntamos en un lugar visible lo que nos solicitó y es válido también resaltarlo con un color llamativo; de esta manera tendremos a primera vista nuestra responsabilidad a cumplir. Priorizamos, le hacemos seguimiento y emprendemos nuestra gestión. Recordemos que podemos requerir colaboradores, pero no hacedores del trabajo final. Es por ello que les digo: ¡Que la culpa de lo que pase no será ni de Pedro, ni de María, ni de Luis! Sino de nosotros mismo.
Al acercarse los días para hacer entrega de nuestro trabajo final, y/o rendir cuentas de lo que se nos encomendó tenemos que prever que todo esté casi listo y sin detallitos que puedan hacer dudar al solicitante de nuestra eficiencia y eficacia. Una vez llegado el día y entreguemos lo encargado nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos de la capacidad que hay en nosotros; pero si nos es así, habremos fallado, tanto a nosotros mismos como a los demás. Es normal fallar una vez, pero hacerlo un hábito es cuchillo para nuestra delicada garganta.
Y recuerda, si eres uno de los que no cumple con sus obligaciones organízate. Asume, y cúlpate a ti mismo, no ha Pedro, ni a María, ni a Luis.
Daniel Mota | TW @UnTalMota | IG @UnTalMota
Foto: Hombre confundido Shutterstock
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