Mayo 04, 2017

¿Qué son los gases lacrimógenos y cómo afectan la salud?

Los gases lacrimógenos son armas químicas utilizadas para dispersar disturbios civiles, su uso ha existido desde la Segunda Guerra Mundial y actualmente han sido utilizados por la policía y el ejército para dispersar a multitudes en lugares tan diversos como Egipto, Estados Unidos, Hong Kong, Turquía, Bahréin o Venezuela.

Los mismos son armas no letales y causan efectos primarios al organismo tales como lagrimeo, asfixia, irritación de nariz y garganta y algunos casos ceguera. También genera efectos en la piel como picor y enrojecimiento. Los síntomas primarios empiezan unos 20 o 30 segundos después de la exposición y desaparecen luego de 10 minutos que la persona respira aire limpio.

El gas lacrimógeno está compuesto por clorobenzilideno malononitrilo, también conocido como CS en honor a los científicos estadounidenses que lo descubrieron, Ben Corson y Roger Stoughton. En algunos casos los gases lacrimógenos están compuestos por otros químicos derivados del CS, mucho más fuertes y en algunos casos letales. Se estima que el área de dispersión de una bomba va desde los 60 a los 300 metros cuadrados.

Los estudios también afirman que una concentración mayor de gases lacrimógenos pueden causar otros efectos mucho más severos como vómitos, diarrea, quemaduras en la piel y daños oculares graves como un desagarre de la córnea.

No está confirmado al 100% los daños secundarios que se originan posterior a una constante exposición a los gases lacrimógenos, sin embargo, tras manifestaciones prolongadas en las que se usó dicho gas, las personas indican que algunos de los síntomas, como la tos persistente, el dolor en el pecho, las dificultades para respirar o la secreción nasal continuaron en algunos casos durante varias semanas después de la exposición.

Otras investigaciones afirman que los problemas respiratorios son persistentes y duraderos y que la población más afectada pueden ser los adultos mayores, los niños y las personas con problemas asmáticos y cardiovasculares.

A pesar de su no letalidad este tipo de armas químicas siguen siendo peligrosas y dañinas para el bienestar humano y en muchas protestas civiles son usadas sin ningún tipo de consideración o respeto.