El Zika puede causar problemas de salud de por vida
Los miles de bebés nacidos en Brasil con cabezas y cerebros anómalamente pequeños, algo que se cree que es causado por la infección en el útero con el virus del Zika, por lo general se enfrentan a toda una vida de problemas de salud, señalan los médicos. Pero no todos están destinados a una vida de dolencias médicas.
Los bebés brasileños, que podrían ser más de 4,000, sufren de una afección conocida como microcefalia. Y en entre un 85 y un 90 por ciento de los casos de microcefalia, los bebés también sufren de un desarrollo cerebral atrofiado, comentó el Dr. Edward McCabe, vicepresidente principal y director médico de March of Dimes.
La gravedad de la discapacidad del desarrollo depende en gran medida de qué tanto ha atrofiado el virus al crecimiento cerebral, apuntó el Dr. Ausim Azizi, presidente de neurología de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple, en Filadelfia.
«Si el cerebro es realmente pequeño, es más probable que el niño sufra de una discapacidad grave», dijo Azizi. «Si el cerebro es moderadamente pequeño, es probable que el niño tenga menos discapacidad».
La microcefalia no tiene cura. La mayoría de los niños nacidos con el defecto congénito tendrán dificultades todas sus vidas, y algunos podrían necesitar atención durante toda la vida, apuntó Michelle Kelly, enfermera practicante pediátrica y neonatal, y profesora asistente de la Universidad de Villanova, en Pensilvania.
«Los niños afectados necesitarán una intervención temprana en el desarrollo, fisioterapia, terapia del habla, terapia ocupacional, además de medicamentos diarios para controlar las convulsiones y otras afecciones neuromusculares», advirtió Kelly.
Y aunque todavía no se ha probado que el virus del Zika, transmitido por los mosquitos, tenga la culpa de la ola de defectos en Brasil, el patógeno parece representar una emergencia de salud pública «con el potencial de devastar al niño y a la familia, y de abrumar los recursos de salud y educativos de las comunidades de todo el mundo», concluyó Kelly.
Según lo que los investigadores han podido determinar hasta ahora sobre la epidemia de microcefalia que comenzó la primavera pasada en Brasil, las mujeres en el primer trimestre del embarazo parecen ser las que tienen el mayor riesgo con el virus del Zika. El virus, que se identificó por primera vez en 1947 en Uganda, solo parece plantear una amenaza de salud para las mujeres embarazadas y sus fetos.
Pero en un giro interesante, los líderes gubernamentales de Colombia reportaron durante el fin de semana que aunque ha habido aproximadamente 3,000 casos de infección con Zika en mujeres embarazadas en ese país, no hay evidencias de que el virus haya provocado ningún defecto congénito.
En Estados Unidos, la microcefalia es un efecto congénito raro, que afecta a entre uno y doce bebés por cada 10,000 nacimientos vivos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Aparte del Zika, otras infecciones virales se han vinculado antes con la microcefalia. Los bebés expuestos a la varicela, al sarampión, a la toxoplasmosis o el citomegalovirus en el útero también corren el riesgo de desarrollar el defecto congénito, comentó la Dra. Lisa Emrick, neuróloga pediátrica del Hospital Pediátrico de Texas, en Houston.
La genética también puede tener que ver con la microcefalia. Los bebés expuestos al alcohol, a las drogas, a las sustancias químicas e incluso al plomo en el útero también tienen un riesgo más alto de microcefalia, según March of Dimes.
Además de las discapacidades mentales y del desarrollo, los niños nacidos con microcefalia pueden sufrir de convulsiones o parálisis cerebral, y carecer de un control adecuado de sus músculos, dio Emrick. Algunos bebés con microcefalia también podrían experimentar pérdida del oído o de la visión, según los CDC.
Pero esas discapacidades ocurren a lo largo de un espectro, y McCabe anotó que en un 10 a un 15 por ciento de los casos, los bebés nacidos con microcefalia no sufrirán de ningún problema.
«Por definición, tendrán microcefalia, pero se desarrollarán de forma completamente normal», apuntó McCabe, y añadió que no necesariamente se trata de un defecto congénito en todos los bebés que la presentan.
Los expertos enfatizan que la rehabilitación es el único tratamiento real para la microcefalia. Cuanto antes se administre la terapia al niño para abordar sus deficiencias específicas, mejor, apuntó McCabe.
«No es algo que el bebé vaya a superar», lamentó. «Posponerlo con la esperanza de que el bebé lo supere no es un método adecuado».
Más allá de la terapia, los niños también podrían necesitar medicamentos diarios para ayudar a controlar sus convulsiones o a que desarrollen un mayor control de brazos y piernas, dijo Emrick.
La microcefalia se puede detectar en el útero, usando ultrasonido o una IRM fetal en el segundo o tercer trimestre, dijo Emrick.
Cuando la microcefalia es provocada por un virus, los médicos pueden intentar limitar el daño tratando a la madre con antivirales.
«Hay tratamientos potenciales que se pueden administrar a la madre para ayudar a reducir la carga viral», dijo Emrick, aunque añadió que este tipo de terapia preventiva aún es experimental.
Si el daño cerebral aparente es demasiado significativo, algunas familias podrían considerar la posibilidad de abortar, plantearon Azizi y Emrick.
«Es muy duro y muy difícil para las familias», dijo Emrick. «Es la conversación más difícil que se puede tener con una persona, decirle que su embarazo normal no es normal».
Kelly añadió que «independientemente de la causa, los niños con microcefalia tienen retrasos del desarrollo y un deterioro cognitivo significativos. Necesitarán un respaldo significativo en toda la niñez, comenzado con servicios de intervención en el desarrollo temprano. Las implicaciones de una generación de niños cuyas madres sean afectadas por el virus del Zika son abrumadoras para las familias, las comunidades y la comunidad mundial en general».
Debido a las consecuencias potencialmente devastadoras de la microcefalia, las autoridades sanitarias de EE. UU. urgen a las mujeres embarazadas a evitar los viajes a más de 30 países y territorios afectados por el virus del Zika, y a abstenerse del sexo o usar un condón si su pareja ha viajado a, o vive en, un área donde haya una infección activa con el Zika. Las áreas de riesgo se localizan por todo Centro y Sudamérica y el Caribe.
Con información de HealthDay | Hola Doctor | | Mosquito Shutterstock
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