El único yacimiento de esmeraldas del Imperio Romano pudo ser propiedad privada
El yacimiento de Sikait, en el Mons Smaragdus (desierto oriental de Egipto), fue el único yacimiento de esmeraldas del Imperio Romano. Un equipo de investigadores, dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha identificado una entrada a las minas del sitio en unas construcciones que denotan un carácter privado de la explotación de las vetas de mineral.
El yacimiento de esmeraldas, una variante verde del mineral de berilio, estaba probablemente vinculado a la ciudad de Berenike, fundada por Ptolomeo II en el siglo III antes de Cristo, y fue ocupado en época romana entre los siglos I y VI después de Cristo. Se ubica en un valle seco de una zona montañosa, con viviendas al cauce seco del río y edificaciones en las laderas del valle que, hasta ahora, también se habían identificado como viviendas. Los edificios están muy bien conservados, casi enteros, con muros de hasta cuatro metros de altura.
Con los datos recogidos a lo largo de la campaña de 2018, que ahora se publican en la revista Nilus, los investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han comprobado que es muy probable que las edificaciones de las laderas del valle fueran en realidad las entradas a una serie de minas de carácter privado.
A partir del estudio de uno de los edificios, que identifican como Six Windows Building, los científicos dedujeron que se trataba de un complejo productivo vinculado a la extracción y al primer trabajo de las esmeraldas, con espacios de descanso, vestuarios y avituallamiento. Allí se han encontrado monedas, un recipiente cerámico relleno de fruta desecada y también elementos militares que podrían pertenecer a los soldados que custodiaban estas entradas.
El elemento clave ha sido el descubrimiento, en la pared apoyada en la roca, de lo que parecía un armario o nicho que al ser excavado ha resultado ser la boca de una mina que se introducía en forma de galería. Al cabo de aproximadamente medio metro la galería se transformaba en un pequeño pozo vertical de acceso a las vetas de mineral. El hallazgo de abundantes fragmentos y restos de berilio en la habitación confirman esta propuesta.
“El hecho de que no haya textos en esta zona multiplica la importancia de estos hallazgos, ya que dan mucha información de cómo se vivía en aquella época”, afirma el coordinador de la investigación, Joan Oller, profesor del departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB.
El elemento clave ha sido el hallazgo de lo que parecía un armario o nicho que al ser excavado ha resultado ser la boca de una mina que se introducía en forma de galería
“El modelo económico que inferimos es diferente al esperado en esta área, ya que se trata de minas protegidas que podrían ser de propiedad privada, mientras en el imperio había muchas minas y canteras de titularidad pública”, añade. Al ser un espacio cerrado con la posible presencia de militares, “indicaría que no sería una explotación minera abierta, sino que existirían concesiones mineras privadas donde familias o grupos determinados podrían explotar una veta de berilio concreta”.
Si esta hipótesis se pudiera confirmar, esto podría variar radicalmente la visión sobre este asentamiento, dice el investigador. “Las estructuras situadas en la ladera rocosa de la montaña podrían estar vinculadas con la explotación minera de berilio y no con las áreas residenciales, que se concentrarían en el nivel del suelo del valle”, explica Oller.
Un yacimiento diferente
El complejo arqueológico cuenta con entre 150 y 200 estructuras documentadas. De su estudio, los investigadores también han observado que uno de los edificios de la población, que parecía de uso administrativo, era en realidad un templo. Se trata de un imponente edificio situado en una terraza en el acceso al asentamiento.
Su estructura, su posición preeminente y los materiales recuperados con una clara vinculación ritual, como estatuillas, pebeteros, vidrio de mosaico, deposiciones monetarias y una plaquita con iconografía posiblemente copta hacen pensar a Oller que «en realidad no estamos ante un edificio administrativo, sino más bien ante un templo».
El proyecto arqueológico Sika Project trabaja en el desierto oriental egipcio. Hizo la primera campaña en 2018 con financiación de la Fundación Palarq y el último mes de enero de 2019 llevó a cabo una segunda campaña. El interés principal es la zona del Parque Nacional de Wadi Gemal, donde están los únicos yacimientos arqueológicos de época romana dedicados a la explotación de esmeraldas. Cuenta con la participación de las universidades de Delaware (EE UU) y de Varsovia (Polonia) y con el apoyo del Ministerio de Antigüedades egipcio.
Referencia bibliográfica:
J. Oller. «L’explotació de maragdes a l’Egipte romà». Nilus, 27 (2018), 13-19.
Con información de Agencia SINC / Imagen: Shutterstock
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