Cómo cocinar una buena idea de negocios
Por Daniel Colombo |
En el mundo actual cada vez más personas quieren emprender su propio negocio. En muchos casos están agotados de ser empleados o de vivir una vida corporativa, y anhelan un cambio. En otros, aun permaneciendo en sus trabajos fijos, tienen energía y tiempo para encarar algo nuevo.
Como sea, siempre existe la oportunidad de descubrir, potenciar y desarrollar una idea de negocios.
-
Dos técnicas creativas para despertar ideas
El proceso creativo, que lleva incluso a la innovación, es una parte estratégica de tu diseño de negocios. Hoy no alcanza con tener una buena idea, sino saber explotarla, descubrir sus aspectos diferenciales, cómo comunicarla y generar valor a partir de algo distinto que el mercado necesita. Estas técnicas te van a ayudar:
Los tres tipos de pensamiento de Walt Disney
Robert Dilts, referente en PNL, Programación Neurolingüística, recuperó a mediados de los ’90 esta técnica que, se dice, era la que llevaba adelante Walt Disney en su pensamiento creativo. Se divide en tres tipos: soñador, realista y crítico.
Se asignará un tiempo determinado para cada fase (por ejemplo, media hora).
-
Pensamiento soñador
Reunidos preferentemente en equipo, se invita a que todos piensen a la vez sobre un tema o idea determinada. Serán soñadores despiertos. La intención es generar un cúmulo de ideas sin filtrarlas y sin criticar lo que uno o los otros registran en papel.
Preguntas para disparar el pensamiento soñador: ¿Qué quiero?, ¿Qué soluciona esta idea? ¿Cómo es esta solución? ¿Qué beneficios trae el aplicarla? ¿Cómo me sentiré al hacerlo? ¿Cómo se sentirán los clientes al beneficiarse con esta idea?
-
Pensamiento realista
A continuación, el mismo equipo pasará al modo de pensamiento realista.
Disparadores: ¿Cómo vamos a convertir estos sueños en realidad? ¿Son de aplicación realista? ¿Qué plan de acción debe seguirse? ¿Cómo se planifica el tiempo para concretarla? ¿De qué forma evaluaremos el éxito o fracaso de estas ideas?
-
Pensamiento crítico
Llegados a esta fase, se trata de revisar los puntos débiles de las ideas anteriores que se han puesto en común.
Para preguntarse: ¿En qué pueden fallar estas ideas que se nos ocurrieron? ¿Hay cosas que no hemos considerado? ¿Por qué no las podríamos aplicar? ¿Hay algún freno interno que imposibilita concretarlas? ¿Este plan tiene debilidades? ¿Con qué contras podemos encontrarnos al llevarlas a la práctica?
La síntesis del proceso de pensamiento de Walt Disney permite traer un caudal importante de información, considerando los universos racionales y emocionales que nos mueven como personas. A partir de esta producción de ideas, surgirán temas de debate, intercambio, investigación y propuestas de valor para tener otros puntos de vista en la balanza.
Los 6 sombreros para pensar de Edward de Bono
El psicólogo de Bono planteó un esquema entretenido para pensar, generar ideas y reproducir de alguna forma cómo funciona la mente humana.
Se utilizan 6 sombreros (o similares), de distintos colores. Cada uno representa un prisma, una forma de ver la realidad. Al colocárselo, cada persona planteará su parecer sólo desde esa perspectiva.
Al hacerlo, esto ayuda a pensar fuera de la caja, de manera diferente a lo habitual.
Los colores de los seis sombreros son:
Blanco: Neutro. Planteo básico: ¿Cuáles son los hechos fríos?
Amarillo: Positivo. ¿Qué beneficios tiene?
Negro: Negativo. ¿Qué desventajas tiene? ¿Cuáles son las contras?
Verde: Creativo. ¿Qué alternativas aparecen?
Rojo: Emocional. ¿Qué sentimientos nos produce?
Azul: Control. ¿Qué pasos concretos y tangibles se deben dar?
La idea es seguir este orden al colocarse los sombreros y detectar internamente cómo cambia el esquema de pensamiento más allá de lo habitual en cada persona.
Se toman notas, se registran las ideas que van surgiendo listadas por positivo, creativo, negativo, emocional, control, etc.; se depuran las listas y surgirán visiones de conjunto nutridas por el pensamiento de todos.
7 formas de cocinar ideas
Independientemente del sistema creativo que se aplique, hay otras formas de cocinar ideas de negocios, como estas:
-
Adapte localmente ideas internacionales.
Investigando a nivel global sobre distintos temas, generalmente surge inspiración para traer al mercado local algo que ya está funcionando en otro. Podrá comprar una franquicia, o bien crear su punto de innovación particular que tomará algunos elementos de aquel, pero que se distinguirá con sus propios atributos.
-
Aproveche eso que hace muy bien y transfórmelo en un producto.
La madre de un amigo, ya en sus 70 años, se apasionó de tal forma en dibujar y pintar mandalas, que, al cabo de tres años, abrió su propia tienda para venderlos, hacerlos a medida tomando pedidos por internet, y brinda talleres. Todo es cuestión de ingenio.
-
Observar cómo se mueve la sociedad.
En Iberoamérica prevalece la idea de copiar y reproducir un mismo negocio, hasta agotarlo. Sin embargo, si el emprendedor observa el movimiento social detectará brechas de oportunidades para proyectar su actividad en forma diferencial.
-
Innove sobre algo de otro sector.
Muchas personas han creado sucesos de negocios a partir de tomar como referencia algún aspecto, por más pequeño que sea, de cualquier sector disímil al de su interés; y traerlo al suyo.
-
Detecte qué hace falta.
Los grandes negocios surgen cuando se anticipan las necesidades de los clientes. Estar atentos, indagar e investigar, y desarrollar soluciones de distinto tipo es una forma excelente de dar un buen primer paso en su negocio. Muchas personas crearon sus imperios comerciales a partir de su propia experiencia insatisfecha.
-
Verifique qué cambia en su país en temas regulatorios.
Si analiza concienzudamente, verá que periódicamente se cambian disposiciones y suelen aparecer oportunidades. Conozco un fabricante de envases plásticos que supo de antemano que se eliminarían las bolsas de polietileno en los supermercados, se adelantó y estaba listo seis meses después cuando salió la disposición de no entregar más esos empaques: fabricó millones de bolsas reutilizables, y fue el primero que las colocó en más de 15.000 negocios.
-
Mejore un producto existente.
Las tendencias de consumo cambian permanentemente. Hay productos clásicos, y otros que pueden ser mejorados. Por ejemplo, una fábrica artesanal de patatas fritas innovó y llegó a conquistar cinco países en tres años, gracias a que mejoró la fritura del producto y agregó tres variedades que no existían: con sal marina, otra con sal y pimienta y otra con ají chili. A veces un toque hace la diferencia.
- Me gusta 1
- Me encanta 0
- Me divierte 0
- Me asombra 0
- Me entristece 0
- Me enoja 0