Así ha cambiado la tecnología la manera de comprar

El comercio online es uno de los sectores que lideran la economía mundial. A grandes rasgos, se calcula que más de 90% del total de la población compra algún producto o servicio a lo largo del año a través de internet. Es indiscutible que la aparición de las compras en línea ha cambiado la manera de hacer de muchos y, a continuación, repasaremos cómo han influenciado estos cambios de hábitos y qué novedades y adaptaciones también se encuentran en la red.

Ventajas del servicio digitalizado

Uno de los aspectos que generan gran consenso en el momento de valorar positivamente el servicio de compra online es la rapidez y la comodidad de todo el proceso. A diferencia de lo que sucedía en el pasado, no se requiere ningún tipo de desplazamiento físico y encontramos la gran mayoría de productos en plataformas nativas digitales y sin demasiadas barreras. De manera sencilla, y a través de cualquier dispositivo inteligente, se puede cerrar una transacción y en pocos días el producto está en el hogar.

Esto también sucede con servicios de todo tipo como, por ejemplo, los del juego online. En portales especializados en este tipo de entretenimiento, se pueden vivir experiencias como la de disputar una partida de póker, que ofrece diferentes sistemas de pago con dinero real, de una manera rápida y segura. Solo hay que escoger la opción de depósito que mejor se adecúe a las necesidades de uno y seleccionarla: reducirse a solo una ya forma parte del pasado.

Otro punto que cabe destacar es la competencia y la variedad, que hacen que las compañías luchen y se esfuercen por seducir a los diferentes clientes. El consumidor cada vez es más exigente y, si la oferta es mucha y diferente, se deben hacer esfuerzos para conseguir que el usuario se fije en el producto o servicio anunciado. Ejemplo de ello son los descuentos, las promociones o los programas de fidelización; diferentes maneras de llamar la atención.

Aspectos que se quieren mantener

Hay varias características del comercio tradicional que las nuevas tendencias de consumo quieren tratar de mantener y siguen buscando diferentes vías para que así sea. Uno de ellos es la atención personalizada, algo que a través de las pantallas es complicado de lograr, aunque poco a poco se van viendo avances en ese aspecto. Se busca crear una experiencia para el usuario, que se sienta el único cliente en aquel momento, algo complicado de conseguir en la era de la inmediatez.

El canal de información directa con los clientes es otro punto que se trata de cuidar cada vez más. Lo que en el mundo físico es tarea del dependiente o del responsable de la tienda, en el campo virtual todo queda diluido. En la actualidad, hay compañías que ni siquiera atienden llamadas telefónicas, y todo pasa por tres vías de contacto cada vez más profesionalizadas: el chat, los correos electrónicos o las redes sociales. No dar respuesta es muy mala publicidad.

Los métodos de pago digitales: seguridad y vanguardia

En los inicios de internet, realizar transacciones online no inspiraba demasiada confianza. Se desconocía a quién se estaba dando los datos de la tarjeta y qué podría hacer con ellos a posteriori. Hoy en día, los métodos de pago digitales están bajo unos estrictos parámetros de seguridad y cuentan con varios procesos de verificación. Ejemplo de ello es la introducción de un PIN que se envía al teléfono vinculado a la tarjeta, la confirmación vía correo electrónico o el reconocimiento biométrico, una forma de asegurar que el comprador es la persona titular.

Por último, cabe mencionar que en la actualidad existen diferentes métodos de pago, no solamente las tarjetas de débito y crédito o transferencias. Entre las alternativas, una de las más populares son los wallets, billeteras digitales que ejercen de intermediario entre el comprador y el vendedor y se basan en la tecnología NFC. Otros son los pagos a través del móvil, que algunas compañías de telefonía ya permiten; o el uso de criptomonedas, monedas virtuales que solamente tienen validez en el campo online.