Junio 08, 2017

¿Adulto y te persigue la sombra del ‘bullying’?

¿Adulto y te persigue la sombra del ‘bullying’?

Christopher Barquero | Life Coach @ChrisBarquero |

Cuando me informaba en internet sobre algunos datos estadísticos para sustentar este artículo, me encontré con historias como la de Mario, a quien un acosador, por más de dos años, todos los días, le escupía la comida en el comedor del colegio y le hacía comérsela ante la risa de sus compañeros… También leí sobre Lucas, un chico quien a los 11 años pesaba 42 kilos y uno de sus compañeros siempre le decía: “bola de grasa”, “el gordo”, “el pelota”. Lucas, un chico muy tímido, reaccionaba al principio llorando y luego aislándose totalmente del grupo… Llegó a mí también la historia sobre Carolina, quien recuerda con espanto lo que le hacían a uno de sus compañeros de clase, al “genio de las matemáticas”, como le llamaban. Le tiraban botellas de plástico, le pegaban, le rompían los cuadernos, le tiraban las gafas al suelo y a veces le ponían tierra en su comida…

Estoy convencido de que la vida me puso esas historias porque Yo también fui un Mario, un Lucas o una Carolina. Yo también fui víctima del bullying. Recuerdo mi sentimiento de angustia por no pertenecer al grupo de los chicos más populares del colegio, por no tener su físico, su popularidad y la tortura y desesperación que muchas veces significaba ir a clases. Cuando no fue por ser gordito y chaparrito, fue porque tenía una nariz demasiado grande o por el morbo, la burla y demás de si tenía esta u otra preferencia, que si esto y lo otro. El caso es que el colegio fue un infierno para mí, tanto, que por ejemplo, siempre conseguía un dictamen médico para no hacer educación física y hasta andaba con suéter -a pesar de haber altas temperaturas —, con tal de demostrar que “estaba enfermo” y evadir hacer ejercicio para no recibir burlas por mi físico o bien, porque no me gustaba el fútbol, deporte que domina las prácticas deportivas en mi país. Años después hasta me hice dos operaciones de nariz con tal de matar aquellos fantasmas a quienes les permití, por algo físico, minar mi valor, autoestima y generarme una gran inseguridad. Y ni hablemos sobre el complejo de inferioridad con el que por años luché.

Sé lo que es sentirse despreciado, sin valor, y lidiar con la burla de una gran mayoría. De ahí vengo. Pero ahora sé que eso lo sentí porque yo permití que me afectara.

Cada quien tiene y ha tenido sus propias “cargas” en esta vida. La mayoría de esas “cargas” optamos por llevarlas a cuestas de una manera voluntaria y tan no consciente.

Es por ello que, así como la vida nos presenta todos los recursos para llegar a donde queremos y obtener lo que deseamos, también la vida nos presenta muchos caminos que podemos tomar en rumbo directo garantizado a perder la esperanza, caminos que incluyen personas a quienes les damos el poder de que contribuyan a debilitarnos, desesperarnos, deprimirnos y hasta a derrotarnos, llegando, en algunos casos, hasta a pensar en el suicidio o incluso, como lo lamentablemente lo muestran las estadísticas mundiales, muchos toman esa decisión fatal.

De hecho, y por mencionar un ejemplo, el suicidio se ha convertido en la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 24 años, y el índice de suicidios ha aumentado en 60 por ciento durante los últimos 45 años, según la Organización Mundial de la Salud -OMS-.

A pesar de que los pensamientos suicidas se apoderaron en muchas ocasiones de mí, gracias a Dios no formo parte de las estadísticas, hoy y más bien soy parte de todos aquellos que podemos decir que la vida, a través de la actitud y con voluntad te puede cambiar para bien.

La cosa es buscar ayuda y llegar a ese nivel, cosa que por lo visto no todos hacen. Y entonces el bullying les persigue como una sombra en sus vidas. Precisamente, me llamó mucho la atención leer un estudio que afirma que las consecuencias del bullying pueden durar durante la etapa adulta y estoy convencido de que es así, pero en caso de no tomar el camino correcto, modificar acciones y clavarnos en un papel de víctima.

Según el “Duke University Medical Center” en Durham (Estados Unidos), el 24% de las personas que padecieron acoso escolar sufrieron un trastorno de ansiedad en comparación con el 6% de los que no vivieron esa situación. Además, los niños que contaron que eran acosados, eran más propensos a ser diagnosticados con trastorno de pánico o de depresión así como de considerar el suicidio de mayores.

El director del estudio, William Copeland, psicólogo clínico de la Universidad en Durham, afirma que, a corto plazo, se sabía lo problemático que era el bullying, pero le sorprendió “que una década después de que padecieran esta situación” todavía se vean marcas emocionales en las víctimas y sus agresores.

El estudio contó con una encuesta realizada a 1.420 jóvenes de Carolina del Norte, a los que se les preguntó sobre sus experiencias en relación al acoso escolar entre los 9 y 16 años. Más tarde, se les evaluó cuando tenían 26 años. Más de una cuarta parte de los niños y sus padres reconocieron que fueron intimidados al menos una vez, y cerca de uno de cada diez aseguró que habían intimidado a otros niños.

Los investigadores descubrieron que, en comparación con los que no habían sido acosados, los que sí lo habían sido tenían más riesgo para sufrir trastornos psiquiátricos. Por su parte, los jóvenes que intimidaban a otros tenían un riesgo cuatro veces mayor de padecer un trastorno de personalidad antisocial, caracterizado por la falta de empatía y el maltrato a los demás.

JAMA Psychiatry (una asociación médica americana), que ha analizado las secuelas del acoso escolar en la edad adulta, llegó a las mismas conclusiones que el mencionado estudio.

Estos datos son considerables, cuando, según la Unesco, hay un gran porcentaje de acoso en Latinoamérica. Ellos afirman que Argentina es el país que muestra las cifras más altas. Detrás figuran Perú, Costa Rica y Uruguay, donde más del 30% de los jóvenes afirman haber sido maltratados verbalmente, por algún compañero.

Respecto a la violencia física en las escuelas, según la Unesco, cinco países muestran altos niveles: Argentina (23,5%), Ecuador (21,9%), República Dominicana (21,8%), Costa Rica (21,2%) y Nicaragua (21,2%). Cuba nuevamente aparece como el país con el menor porcentaje de niños que señalan haber sido golpeados recientemente por compañeros (solo 4,4%).

Es por este motivo que si ya estás en la etapa adulta y fuiste víctima del bullying, te comparto algunos pasos a considerar para evitar engrosar tu vivencia del acoso como sombra en tu vida:

-Ten en cuenta que los pensamientos y las palabras que decimos sobre nosotros mismos generan sentimientos. ¿Qué dices de ti? ¿Cómo te quieres sentir?

– Todo pasa para algo en la vida, si en aquel momento del acoso, nos lo llegamos a tomar personal, aprendamos a analizar para qué la vida quería que viviéramos eso, qué lección de aprendizaje significa para ti.

– Considera siempre que las demás personas cargan mucha “basura emocional” debido a carencias, heridas, inseguridades, analiza bien quien te está diciendo lo que vas a tomar con importancia.

-Empodérate. Lo que los demás digan que eres no te define. Si un conoces a alguien que sufre de bullying motívale hazle ver que es una persona única en la vida y que fue creada con un propósito con frases como “eres grande”, “tú puedes”, “eres capaz”, “eres inteligente”, “eres hermos@” y demás que le haga vibrar en alto su autoestima y pueda reconocerse valiosamente.

– Evita caer en autobullying tú mismo. Recuerda que los pensamientos negativos, las palabras que afirmas negativamente en contra de ti, te llevan a sentimientos negativos y si no tenemos la conciencia o contamos con una mano amiga real, no hay quien nos saque de ese hoyo negro.

– Evita pensamientos autodestructivos que surgen por lo general a consecuencia de una ruptura amorosa, de problemas financieros, la pérdida de un trabajo, una enfermedad, un accidente, la pérdida de un ser querido. Nunca olvides que todo pasa para algo.

– Si en la etapa adulta te bloqueas en algún aspecto y no fluye, busca ayuda profesional con alguna nueva terapia como ressonance pattern, tetha healing, heal your life, o sesiones de coaching que te ayuden a identificar si el bullying que viviste es la causa, alguna agresión verbal, física o piscológica en específica.

– Toma en cuenta que muchas veces las personas nos decepcionan e intencionalmente hasta pueda que quieran hacerte daño, pero si tú sabes lo que vales, si tú sabes que hay un plan y un propósito para tu vida, eso estará encima de cualquier situación. Si tienes el valor de elegir una actitud positiva y sabiendo que todo pasa para algo y que todo son experiencias de aprendizaje en la vida, si te empoderas con afirmaciones que eleven tu energía y autoestima como “todo está bien en mi mundo”, “Soy valios@”,”me amo, merezco lo mejor y lo acepto”, “yo puedo”, lo lograrás. Verás la vida con otros ojos.

Por eso, es que no hay que descansar en la lucha por erradicar los procesos de acoso -en donde sea-, ya que no son sanos y además hay que esforzarnos si fuimos víctimas de este tipo de situación, por trabajar los resentimientos o situaciones que de esa época se nos arraigaron, para evitar formar parte de ese porcentaje que vive secuelas en la etapa adulta.

Haber tenido todo esto que te he comentado me hubiera dado en aquella época de colegio una perspectiva diferente, quizás no hubiera sido tan débil emocional y sentimentalmente ni hubiera tenido pensamientos o intenciones suicidas pero lo importante es que a través del camino la vida no solo me ha enseñado, sino que Dios me usa como instrumento para apoyar a los demás y es entonces cuando agradezco, puesto que todo lo que experimenté me da la sensibilidad para comprender a quienes pasan por algo parecido.

No es importante de dónde vengas, lo importante es lo que puedas hacer con quien eres hoy y el camino que eliges para ser una mejor versión de ti mismo cada día. Claro está, todo depende de esa gasolina llamada voluntad y ese motor llamado actitud.

Y recuerda: ¡Sonríe, agradece y abraza tu vida!

Sobre todo: ¡a Vivir, gente! VIVIR.

 

Christopher Barquero | Twitter: @ChrisBarquero | Facebook: Chris Barquero | Instagram: @ChrisBarquero

Christopher Barquero es periodista, productor y conductor de televisión costarricense radicado en México. Trabaja para la cadena Televisa y es colaborador de CNN. También dirige su propia agencia de relaciones públicas y mercadeo. Christopher es Life Coach, dedicado a impartir sesiones de Life Coach, Coach Ejecutivo y Empresarial. Es ferviente seguidor de las filosofías para el desarrollo, crecimiento personal y espiritual del ser humano, así como todo lo relacionado con la inteligencia emocional, autoayuda, meditación, metafísica, alimentación, ejercicio, programación neurolingüística,  aplicación mental, kabbalah y yoga. Actualmente escribe su primer libro, una guía para el bienestar emocional, físico y espiritual.

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