7 cosas que hacen las personas optimistas
Por Daniel Colombo |
El término optimismo tiene su origen en el latín “optimus” que significa “lo mejor”. Entonces, su significado tiene que ver directamente con la habilidad de comprender, observar y accionar frente a la realidad con actitud positiva.
En la psicología, el optimismo es un rasgo de personalidad individual, que depende en gran medida en cómo cada ser humano interpreta lo que le pasa. La persona optimista es aquella que sea da la oportunidad de ver, atravesar y asimilar los acontecimientos de la vida con una predisposición próspera y entusiasta; por lo que esto le ayuda a estar mejor preparado para atravesar los inevitables desafíos de cualquier tipo.
Ser optimista no se relaciona con la raza, religión, edad o entorno social donde te has desarrollado; va más allá de eso, porque, como has leído, es un aspecto inherente a tu forma de ver las cosas y de asumir los problemas. Entonces, ¿el entorno influye? Claro que sí; sin embargo, las personas optimistas acuden a su caudal de recursos internos para poder sobrellevar mejor -sin negar, ni dejar de sentir- lo que les pasa.
· Cómo ser más optimista
En el proceso de desarrollo personal, son millones las personas que eligen un mejor estilo de vida. Este concepto, tan ligado con la prosperidad económica, no se limita a eso, sino que abarca, fundamentalmente, las capas internas del Ser; aquello tan sutil y poco visible a simple vista, y que tiene una preponderancia fundamental en la expresión humana.
Personas que han vivido horrores en campos de concentración, pérdidas irremediables, que han confrontado con situaciones de las peores que serían deseables a cualquier ser humano o animal, que han sobrevivido a todo tipo de padecimientos, han encontrado en muchos casos la llave del optimismo interno. Quizás estaba apagada desde hace años; y esa situación límite los llevó a encender esta actitud con mayor fortaleza, como estrategia de supervivencia.
Aquí tienes una guía breve de 7 cosas que hacen las personas optimistas. Si deseas traer más de esta emoción positiva a tu vida, puedes encarar el proceso de practicar cada herramienta hasta que se manifieste naturalmente en tu cotidianeidad:
1. Escuchan a los demás. Las personas optimistas rara vez están exclusivamente centradas en sí mismas. En situaciones sociales, aplican la habilidad de la empatía, se silencian y prestan mucha atención a lo que el otro dice y muestra con sus gestos y con el tono de voz. Luego, aportan y acompañan sólo si tienen algo valioso que decir. No hablan por hablar.
Escuchar es la principal clave de la buena comunicación (Daniel Colombo)
2. No se interesan por los chismes. Una característica saliente de los optimistas es que no pierden tiempo con personas chismosas. Evitan hacerse eco de temas que no son propios, y tampoco agregan “de su propia cosecha” a las historias de los demás. Mantienen un genuino interés en lo que le pasa a las personas queridas que los rodean, aunque suelen ser firmes en poner límites cuando alguien quiere involucrarlos en cosas en las que no tienen nada que ver.
3. Cumplen con su palabra. El optimista considera su salud mental y física como parte de su mejor estrategia de vida. Dentro de ella está cumplir sus compromisos y decir que “no” asertivamente, para evitar incumplirlos. Son habilidosos en renegociar si necesitan hacer algún cambio, o surfear los inevitables imprevistos. Por eso generalmente son personas dignas de confianza.
4. Felicitan y reconocen los logros. Otra cualidad optimista es que no ahorran elogios y reconocimiento ante los aspectos destacados de los demás; no se lo guardan para sí, y lo más importante: no están pendientes de que el otro los reconozca por sus méritos. Lo hacen de corazón. Esta función dinámica del ser, de “desapegarse al resultado”, es otra de las claves que les permiten mantener su estado interno de gozo y bienestar.
5. Aceptación de los acontecimientos. Cuando la vida los confronta con experiencias que los humanos etiquetan como “negativas”, la persona optimista se permite vivirlos con la intensidad del caso; sentir a fondo, aunque no se queda enredado mucho tiempo en el lodazal de la desesperanza y la tristeza. Acepta, como primera condición para reconectar su optimismo. Aceptar no es lo mismo que justificar los hechos; se trata de que, ante lo inevitable que sucede, el optimista entrega su resistencia a “cómo deberían haber sido las cosas” (porque el hecho ya ha sido consumado), y automáticamente bucea profundo dentro de sí todo el tiempo necesario para rescatar el tesoro del aprendizaje oculto detrás de esa experiencia desafiante.
6. Buscan su equilibrio vital. En cualquier circunstancia, ser optimista es estar centrado permanentemente en el equilibrio que les permite alcanzar un estado de contento y bienestar. Esto incluye la tristeza, la depresión, el enojo, la ira, y cualquier otra emoción, como humanos que son como cualquiera de nosotros. Sólo que el optimista tiene presente siempre su eje para volver a centrarse en quien es en esencial. Y sabe que los acontecimientos pasan, pero su Ser subsiste a los embates de la vida.
7. Mejoran continuamente. Otra calidad que se observa es que dedican tiempo a sí mismos para estar en un proceso de mejora continua. Desde ejercitar su físico y su mente, hasta trabajar con su Ser y sus emociones. Es frecuente que asistan a cursos, seminarios, talleres; o que dispongan de tiempo en su agenda para meditar, leer a solas, o, simplemente, dedicarse un tiempo a la reflexión en la naturaleza en medio del ajetreo cotidiano.
Y tú, ¿eres optimista o pesimista? ¿Estás conectado con la parte positiva de la vida?
Daniel Colombo | www.danielcolombo.com | Tw @danielcolombopr | Ig: @daniel.colombo
Motivador y Master Coach Internacional especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libros y comunicador profesional
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