6 ejercicios para tener más Inteligencia Emocional
Por Daniel Colombo | La inteligencia emocional es una de las habilidades indispensables en el mundo relacional de las personas, ya que permite conectar mejor con quienes somos y convivir eficazmente con el entorno en todo tipo de situaciones.
Se trata de la capacidad (innata, adquirida o desarrollada en base a la ejercitación) de elegir las mejores opciones para encontrar soluciones a los dilemas de la vida en cualquier ámbito, a partir de conjugar distintos tipos de inteligencias humanas.
El impulsor del concepto es el psicólogo norteamericano Daniel Goleman, quien hace énfasis en la capacidad de reconocer los sentimientos propios y ajenos para tener mayor habilidad en las cinco capacidades básicas de la inteligencia emocional: descubrir emociones en uno y en los demás, reconocerlas, manejarlas, crear un motivador propio y gestionar las relaciones.
Beneficios de la inteligencia emocional
Para Goleman, la inteligencia emocional permite a las personas que quienes le rodean se sientan a gusto con él; que al estar a su lado no experimenten sensaciones negativas y que confíen en él cuando necesiten algún consejo, guía u orientación ya sea personal o profesional.
A su vez, la persona con inteligencia emocional desarrollada puede reconocer y de gestionar convenientemente lo que experimenta como emociones del tipo negativo; posee una mayor capacidad de relación con los demás, porque consigue empatizar -ponerse en sus zapatos- más rápidamente; aprovecha las críticas como algo positivo; analiza, procesa esta información, y las transforma en aprendizaje. Además, posee una cualidad mayor para conectar con la felicidad, porque sabe encauzar sus emociones de impacto negativo. Esto le permite afrontar los problemas y no quedar atrapado en ellos.
Qué es la neutralidad emocional, y cómo practicarla para vivir mejor
6 ejercicios prácticos para tener más Inteligencia Emocional
Si deseas desarrollar tu inteligencia emocional, empieza practicando estos ejercicios en forma continuada. Probablemente algunos serán más sencillos que otros; sin embargo, el resultado lo obtendrás en el tiempo y persistiendo en tu ejercitación.
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Reconocer las emociones
En vez de reaccionar en automático como lo hace la gran mayoría de las personas, este desafío te invita a observarlas ni bien sientes internamente que están llegando; busca entender cómo influyen en ti y cuál podría ser el resultado posterior si te dejaras llevar por ellas de inmediato, tal cual se presentan.
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Evita hacer un juicio inmediato sobre cómo te sientes
Frases como “jamás en la vida me he sentido tan mal…”, “estoy tan enojado que sería capaz de hacer cualquier locura”, “me quiero morir” son sentencias que crean un estado de conciencia especial y que no te favorecen en términos de tu inteligencia emocional. Las emociones están diseñadas para darte información.
Objetivo: entenderlas te permitirá ser más astuto para evitar reacciones desproporcionadas entre lo que sientes, los recursos que tienes y lo que realmente pasa.
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Evita clasificar las cosas como “buenas” o “malas”
Más del 90% de las personas vive enfocado en el registro de las cosas “malas” de la vida, por lo que las “buenas” quedan totalmente disminuidas. Si te entrenas, podrás adquirir la destreza de poner en la balanza también las cosas por las que puedes estar agradecido aquí y ahora.
Objetivo: lograr equilibrio emocional.
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Expande tu diccionario emocional
Las emociones básicas son entre cuatro y seis, y generan todas las demás: alegría, tristeza, enfado, miedo, angustia, sorpresa.
Objetivo: conviértete en un observador de la sutileza de tu mundo emocional, ya que te permitirá dibujar mejor tu mapa interno para ser más asertivo en cada momento que vives.
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Reconoce cómo te comunicas: más del 90% es no verbal
En la comunicación interpersonal las palabras ocupan menos de un 10% del total; el otro 90% son los gestos y el tono de voz. Reconociendo estos últimos podrás destrabar muchos aspectos anudados dentro de ti.
Objetivo: enriquecer el proceso de comunicación que tienes con otros, para empatizar mejor.
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Gestiona los pensamientos
Si bien no se puede controlar lo que piensas, sí puedes conducirlos en maneras más asertivas, que vayan en consonancia con tus objetivos para ese momento. Los pensamientos crean estados de conciencia, y esos estados de conciencia son los que se manifiestan en la realidad; de allí la importancia de que aprendas a gestionarlos.
Objetivo: Quedarte con los pensamientos más apropiados para lo que quieres lograr, y dejar pasar aquellos que te desvían o distraen de la meta.
Foto: Shutterstock
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