5 motivos por los que la mayoría no consigue sus metas (y qué hacer), por Daniel Colombo

Se dice que sólo un 5% de las personas casi siempre consiguen lo que se proponen. ¿Por qué este porcentaje es tan bajo? ¿Qué sucede con el restante 95% de los humanos?

Las creencias limitantes y la falta de definición de objetivos claros, certeros y tangibles, son dos de los principales motivos; muchos más fuertes que la falta de oportunidades, los entornos socioeconómicos adversos y la condición educativa, por citar algunos ejemplos.

La mayoría de las personas que no alcanzan logros que sean relevantes para ellos comparten ciertos rasgos en común, que pueden sintetizarse en:

1. La inacción y la falta de toma de decisiones es uno de los principales obstáculos. Son cómodos.

 

2. Victimización. También muy frecuente es echar la culpa a todo el mundo… menos a sí mismos sobre sus logros fallidos o el hecho de una “suerte esquiva”, como suelen llamarla.

 

3. Falta de responsabilidad. Otro aspecto relevante es no hacerse cargo con todo lo que implica. El pensamiento manifiesta la realidad de la vida; y cuanto menos responsable seas de cada uno de tus actos -incluso de lo que mantienes en mente- es fácticamente muy poco probable que alcances resultados.

 

4. Confundir sueños y deseos con metas. Para la inmensa mayoría de la persona es un error frecuente mezclar estos dos conceptos, que son diametralmente opuestos a conseguir las metas. Los sueños y deseos son excelentes para impulsar un canal de energía que ayuda a visualizar lo que quisieras obtener… aunque esto sólo no alcanza. Las metas necesitan encontrarte en movimiento permanente.

 

5. Rendirse ante el primer obstáculo. Más del 90% de las personas intenta sólo una vez las cosas. La media de resultados exitosos se obtiene, en general, sobrepasando una decena de veces en el hacer, fallar y volver a empezar. Quiere decir que esta práctica es la que les permite mejorar el método.

 

• Qué hacer para conseguir tus metas

 

El secreto que comparte el 5% de las personas que sí consiguen casi todo lo que se proponen es exactamente inverso a todo lo anterior.

Las metas necesitan ser creíbles, tangibles, posibles, precisas (tener absoluta claridad sobre lo que “quieres obtener” -a la mayoría les resulta más cómodo pensar en lo que “no” quieren-); estar asentadas por escrito, tener fecha de vencimiento y un plan de mini-metas; es decir, las acciones pequeñas continuadas y eslabonadas que permitirán alcanzar aquel gran objetivo.

A su vez, la persistencia y la voluntad son dos aliadas de valor incalculable para desarrollar el potencial hacedor en cualquier ámbito. Es justo en estos aspectos que se incluyen la confianza en sí mismos, el mantener la energía alta y vigorosa para seguir tras la meta, y la responsabilidad, entendida como la habilidad para responder ante las situaciones y desvíos que puedan presentarse.

Ahora ya lo sabes: puedes elegir ser parte del 95% de los que se viven quejando porque las cosas “no les salen” porque afirman que tienen “mala suerte”; o empezar a actuar hoy mismo para pasar al equipo del 5%.

Lo concreto es que, obtengas o no lo que te propones -porque en el proceso de la vida no hay resultados garantizados-, adquirirás mucha más experiencia en este segundo grupo que en el primero, y, desde allí, es posible proyectar un futuro deseado mucho más acorde con lo que quieres conseguir para ti.

Daniel Colombo

Facilitador, Máster Coach especializado en CEOs, alta gerencia, profesionales y equipos de trabajo; comunicador profesional; conferencista internacional; autor de 28 libros.

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