Diciembre 06, 2018

5 claves para ser una persona más optimista

5 claves para ser una persona más optimista

Por Daniel Colombo |

¿Por qué hay personas que viven en la queja permanente, y otras que se mantienen optimistas y enfocados crear mayor bienestar para sus vidas y los demás? Esencialmente, por algo que las neurociencias han demostrado acerca de la forma en que los seres humanos accionan ante las situaciones estresantes.

Como justo en ese momento se desencadena una respuesta, de esa elección depende que puedas conectarte con el optimismo, el aprendizaje y la evolución hacia algo mejor, o bien, todo lo contrario.

Estos dos comportamientos básicos frente a cualquier episodio desafiante te exponen ante dos opciones: afrontarlo o escapar.

La mayoría de las personas escapan, tapan, se escabullen y hacen todo tipo de maniobras con tal de “aliviar” en apariencia el impacto del dolor, el sufrimiento, el desconcierto, la frustración, la decepción y las emociones que se rotulan muchas veces como negativas. Lo cierto es que las emociones “son”, sin necesidad de ponerles etiquetas.

·      El efecto “mente fría” ¿funciona?

En ciertos ámbitos se estimula que tener una “mente fría”, desapegada de las emociones, es conveniente y hasta necesario para una mejor toma de decisiones y sentirse optimista. Sería como colocarte un “bloqueador emocional” de la vida. Puede que funcione en algunos casos; aunque la implicancia de desconectar la emoción, y quedarse sólo en el espacio de la razón para procesar los desafíos, quizás encierre consecuencias indeseadas, ya que no existe eso de “tapar” las emociones.

Por ejemplo, en relaciones de pareja está el dicho “un clavo saca otro clavo”, aludiendo a que ni bien cortas un vínculo puedes reemplazarlo por otro para sentirte mejor, o dejar de sentir la ausencia o vacío. Como analgésico temporal quizás funcione; aunque sabemos que las vivencias emocionales tienen un nivel de profundidad que es difícil esconder: a la larga saldrán a la luz y te movilizarán.

·      Ventajas de una actitud optimista

Para empezar a ser más optimistas en los diferentes planos de la vida, es necesario integrar a las emociones como un componente ineludible del ser. Como una totalidad indivisible, son éstas las que te ayudan a darle sentido a los problemas cotidianos, buscar alternativas, y mantenerte atento en las distintas experiencias por las que necesitas pasar en esta escuela llamada vida.

Una actitud optimista permite observar los entornos con mayor calma, incluso los complejos, y hace “deponer las armas” de la tendencia natural de resistencia -propia de aquel comportamiento de huida referido más arriba-.

 

La forma en que te explicas a ti mismo los errores, fracasos, problemas y la disposición que pongas, es proporcional a la habilidad de resolverlos. Esto significa que, si tus pensamientos son positivos y los gestionas en forma inteligente y razonable, tienes mejores chances de resolver las cosas con mayor efectividad.

En su libro “Gestión del optimismo”, la conferenciante y neurocoach 4D Marita Abraham desarrolla su modelo, que invita a conocer los pilares para convertirse en un gestor del propio bienestar a través del optimismo. Uno de los recursos esenciales es el de cambiar el lenguaje, con su poder de crear realidades. “Con ellas podemos darnos fuerza y seguridad o restarnos toda posibilidad de hacer. Hay palabras que nos sirven como excusa perfecta para quedar a medias.  “Voy a intentarlo” ¿qué es eso? ¿hacia dónde me mueve? “Intentar” es la mejor excusa para nunca hacer, para quedarse tibio y mediocre”, explica.

 

·      5 claves para ser más optimista

 

1.     Desarrolla hábitos positivos. Desde hacer ejercicio con asiduidad, hasta nutrirte de lecturas, películas, podcast y música alegre, todo suma para ayudar a co construir un entorno que contribuya a tu bienestar interno. De allí a manifestarlo en la realidad de tu vida diaria hay tan sólo un paso.

2.     Evita tomar a la tremenda los fracasos. ¡Claro que a ninguno de nosotros nos gusta fracasar! Sin embargo, la actitud que asumas desde el primer momento es clave para determinar el impacto que ese hecho tendrá en tu vida y de qué forma lo afrontarás.

3.     Busca el sentido detrás de los fallos. Conectado con el punto anterior, aplica la técnica de resignificar (dar un nuevo significado) a eso que te sucede, para aprender de los errores y evolucionar. La transformación se basa en el ensayo y error, y la vida se conforma en una sucesión de experiencias inevitables de este tipo: la perfección no existe. Fluye con lo que se presenta de la mejor forma que puedas, sin oponer resistencia.

4.     Conecta con emociones saludables. La bondad, la comunicación asertiva, la cooperación, la solidaridad y el dedicarte espacio personal en medio de la vertiginosidad de la vida personal y profesional, son esenciales para despertar las emociones positivas que todos tenemos. Plantéate los momentos con la misma certeza que observas la lluvia y sabes que en algún momento volverá el sol.

5.     Rodéate de personas que te eleven. Los pesimistas quieren que los optimistas fracasen, porque, de lo contrario, esto los confronta con su propia inhabilidad para crear bienestar y felicidad en ellos mismos; y, además, como se sienten solos, quieren “arrastrarte” consigo. Elige bien tu entorno, ya que si estás en medio de un entorno tóxico será difícil poder despegar hacia algo positivo. Hay momentos en que te verás inmerso en relaciones poco favorables para su crecimiento interior, por lo que tu optimismo puede verse coartado porque así lo has permitido: no son los otros, si no tú mismo el que da ese permiso. Mantente atento a cómo se comportan los demás contigo, y cómo son tus vínculos, ya que de ellos depende en gran parte tu posibilidad de ser más optimista.

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