Enero 15, 2025

2025, por qué es tan difícil empezar un nuevo año después del Año Nuevo

¿Dónde quedó ese 2025 prometedor? Al regreso de vacaciones, las expectativas son sepultadas por nuestros sesgos cognitivos. Le proponemos cinco claves para remontar el vuelo y llegar muy alto este año.

2025, por qué es tan difícil empezar un nuevo año después del Año Nuevo

Hace unos días, con las 12 uvas en mano, pensaba en todo lo que deseaba lograr este nuevo año. Entre risas e inevitables atragantamientos, me di cuenta de algo curioso: lo que llamamos deseos son, en realidad, una mezcla de sueños lejanos, urgencias que evitamos y hábitos que deberíamos priorizar. Pero la magia del momento, llena de esperanza, se enfrenta pronto a la realidad. Al regresar a la rutina, la ilusión del “nuevo comienzo” se diluye entre pendientes acumulados y una vida que sigue igual. ¿Por dónde empezar cuando todo parece igual, pero debería sentirse diferente?

El lado oculto del inicio de año

Llegué al final del año agotado, deseando que terminara de una vez. Incluso ya estando de vacaciones, desconectar del todo fue complicado. Y días antes de regresar, comenzó esa sensación de tristeza por volver al ritmo diario. Ahora estoy aquí, en un nuevo año, pero con los mismos retos.

El meme de Travolta en Pulp Fiction.
Tenor

Todo parecía sencillo: cerrar un año y arrancar el 2025 lleno de alegría, éxitos y bienestar. Pero aquí estoy, en estos primeros días de enero, sintiéndome como el meme de John Travolta, buscando por todos lados ese 2025 prometedor. Esa fantasía de que el cambio de calendario traería cosas maravillosas tendrá que esperar.

El cierre del año suele estar marcado por un torbellino de emociones. Para algunos, es una etapa de alegría y nostalgia. Para otros, está teñida de soledad y tristeza. Esta combinación de experiencias puede dejarnos emocionalmente agotados, generando lo que muchos llaman una “resaca emocional”. De hecho, el 64 % de las personas reportan sentirse angustiadas al final de las fiestas, con síntomas como falta de energía, dificultad para concentrarse y alteraciones en el sueño. Este impacto emocional refleja lo difícil que puede ser retomar la rutina después de un periodo tan cargado de expectativas y compromisos.

Cómo nuestra mente sabotea el inicio del año

Nuestra mente tiene formas curiosas de influir en cómo vemos el inicio del año. En mi condición de psicólogo, observo sesgos cognitivos. Uno de ellos, el del optimismo, nos hace creer que todo será diferente solo porque el calendario cambie. Por otro lado, el efecto de arrastre nos empuja a establecer propósitos por presión social. Incluso el sesgo de disponibilidad, al amplificar emociones recientes como el cansancio o la euforia de las fiestas, puede distorsionar nuestra percepción del futuro.

Por ejemplo, podemos pensar que ahorrar será sencillo porque tuvimos un gasto controlado en los últimos días o que iniciar una rutina de ejercicio no requiere esfuerzo porque el entusiasmo inicial nos domina. Reconocer estas trampas mentales nos permite tomar decisiones más reales, alejadas de expectativas irreales y agotadoras.

Al arrancar el nuevo año, visualizamos quiénes queremos llegar a ser en esta nueva etapa: ahorrar, hacer ejercicio, pasar más tiempo con nuestros seres queridos o aprender algo nuevo. Estas metas pueden ser abrumadoras si no las conectamos con nuestras verdaderas prioridades.

La multitarea, tan común al inicio del año, puede generar más estrés que resultados. Abordar demasiados propósitos a la vez afecta nuestra salud emocional y nuestra capacidad de enfoque. Priorizar un solo objetivo nos permite avanzar de manera más consciente y sostenible.

Antes de saltar a soluciones prácticas, es crucial entender cómo nuestras propias expectativas y patrones mentales pueden complicar el inicio del año.

Cinco estrategias para empezar el año con equilibrio

Entonces, ¿cómo podemos manejar todas estas emociones intensas y encarar el inicio del año con fuerza y equilibrio? Es un desafío similar al que afrontamos para lidiar con la ansiedad cotidiana: requiere intención, pequeñas acciones sostenidas y una buena dosis de autocompasión.

  • Priorizar el autocuidado: Dormir bien, mantenerse hidratado y moverse para disfrutar pueden hacer una gran diferencia en cómo enfrentar cada día.
  • Fortalecer nuestras conexiones: Dedicar tiempo a actividades que apasionen y a quienes más importan. Las relaciones cercanas y los pasatiempos son anclas emocionales poderosas.
  • Simplificar y enfocar: Organizar el entorno y priorizar metas pequeñas, realistas y alineadas con lo que realmente se valora.
  • Integrar prácticas sostenibles: Mindfulness, yoga o incluso una caminata consciente pueden ayudar a manejar el estrés y mantener en el presente.
  • Aceptar el progreso gradual: El cambio no tiene que ser perfecto ni inmediato. Avanzar paso a paso y celebrar pequeños logros puede marcar una gran diferencia.

Por qué el descanso es clave para el nuevo año

Las vacaciones nos brindan un respiro necesario que revitaliza nuestra mente, mejorando habilidades como la concentración y la creatividad. Sin embargo, al regresar a la rutina, es fácil pasar por alto estos beneficios y quedar atrapados en la inercia del día a día. Reconocer este impacto positivo puede recordarnos que el descanso no solo es una pausa, sino una herramienta para comenzar el año con claridad y energía.

El inicio de un nuevo año también trae consigo niveles elevados de cortisol, la “hormona del estrés”, que puede afectar a nuestra memoria y capacidad de aprendizaje. Al priorizar prácticas como el autocuidado, las relaciones positivas y el manejo consciente del estrés, podemos fomentar un entorno mental que favorezca el éxito.

Estas estrategias no solo facilitan el inicio del año, sino que también crean una base sólida para un crecimiento más sostenible y equilibrado. Reconocer las dinámicas emocionales y sociales que nos impactan, junto con la implementación de acciones concretas, nos permite abordar el nuevo año con mayor claridad y propósito.

No se necesitan tener todas las respuestas en enero. Lo importante no es empezar perfecto, sino empezar con intención. 2025 no depende de cambios gigantes, sino de pequeños pasos que acerquen a lo que realmente importa.

¿Qué pequeño paso podemos dar hoy para transformar el año?The Conversation

Alejandro Olivera Ramirez, Decano Asociado de la Escuela de Negocios, Tecnológico de Monterrey

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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